El pasado 14 de junio los investigadores salimos a protestar, sí, otra vez, por la situación de la I+D en nuestro país. Aunque no fue una movilización tan multitudinaria como la anterior (al menos a nivel de Valencia), sí acudieron bastantes medios de comunicación de prensa escrita, radiofónica y televisada. En el lugar de los hechos tuve la oportunidad de expresar mi opinión y mi punto de vista al respecto de la situación de la investigación frente a los mentados medios, al igual que muchos de los compañeros que allí nos manifestábamos. Y de mi interacción con estos medios, una vez visto en qué han quedado las palabras que transmití, extraigo una serie de conclusiones que voy a intentar poner por escrito, más que nada porque esto me ayuda a reflexionar aún más, y por desahogarme un poco.
A pesar de soltar un rollo considerable, haciendo hincapié en por qué la investigación, la ciencia y la tecnología son los pilares de nuestra sociedad y están tambaleándose ante el desprecio y la indiferencia de políticos, ciudadanos y de los propios científicos (sí, hay que dar palos a todo el mundo y en este post no se escapa nadie), no sólo me insistieron en que contara en qué me afectaban los recortes "a nivel personal"; sino que cuando se han puesto por escrito o televisado dichas declaraciones, es éste y precisamente este el único fragmento de toda mi diatriba que ha trascendido: que si me quedan pocos meses de contrato, que si mi investigación en concreto puede quedar totalmente detenida, que no hay buenas perspectivas a la vista... Cuando las cámaras/micrófonos se centraron en mis compañeros más jóvenes, lo que trascendió fue lo mismo: Aquí no hay nada, habrá que irse... Me tengo que ir a hacer la tesis fuera, aquí ya no hay ni becas... No sé, si me voy, si podré volver...
El minuto de gloria de Dr. Litos. Todavía está esperando que lo llamen de Sálvame.