Con el advenimiento del dospuntocerismo, la proliferación de los listófonos, las tabletitas y el ubicuo 3G, es más que habitual encontrarse personas agazapadas sobre un teclado o equivalente cuando se viaja a bordo de un transporte de larga distancia. Para mí no es algo tan habitual; de hecho no dispongo de conexión en este preciso momento y el mini-portátil desde el que escribo, acunado por el suave traqueteo del tren, es prestado. Pero pensé que dado el motivo del mencionado viaje merecería la pena de traer el cacharrete y pasar el viaje aporreando sus teclas en lugar de leyendo o escuchando música. Y no me equivoqué: me he visto en la obligación de escribir acerca del evento al que acabo de asistir, pese a que en los próximas días la red se verá saturada de crónicas similares en numerosos blogs. Porque este evento no es otro que unas Jornadas de Divulgación Científica celebradas este fin de semana en la Universidad de Murcia, bajo el título “Los blogs como medio emergente de divulgación científica”. Y por mucho que se hable en otros sitios de ellas, yo no voy a dejar de hacerlo. ¿Porqué, os preguntaréis? Pues muy sencillo: porque este es mi blog, y en él hablo de lo que me da la gana. Esta ha sido precisamente una de las frases más escuchadas durante las jornadas, y una de las pocas conclusiones que uno podría extraer.
La otra conclusión inmediata que he extraído del acontecimiento es que vale la pena conocer en persona a esa gente que - al menos virtualmente – presentan afinidades con uno, parecen divertidas e interesantes. Pues sí, lo parecen y lo son. La experiencia es curiosísima: se puede conocer bastante bien a una persona a través de sus textos, sus comentarios, sus respuestas y sus tuiteos, por extraño que parezca. Y cuando te los encuentras de frente, es como si ya los conocieras de antaño. La sintonía es evidente desde el principio, y además es divertidísimo intentar descifrar las auténticas identidades en base a unos avatares que van desde diminutas fotos tomadas en condiciones imposibles hasta retratos pixelados con una caducidad manifiesta. Por no hablar de presentarse unos a otros con esos apodos no exentos de ridiculez o directamente impronunciables; a este respecto menciono el único punto negativo de toda la experiencia, descubrir que el que me parecía apodo divertido y entrañable resulta más que vergonzante cuando tienes que utilizarlo para que la gente sepa quién eres (sí amigos, decir “Hola, sí, yo soy, ejem… “doctor litos” a estas edades y con este tamaño que calza un servidor, es más que bochornoso).
También lamenté no poder conocer por completo a los equipos de JoF y Hablando de Ciencia, aunque sí desvirtualicé a muchos de sus miembros y los que falten no se escaparán de la próxima reunión. Por no mencionar otros asistentes, algunos blogueros de renombre, otros estudiantes interesados en el tema, algunos otros de er tuiter e incluso alguno ya conocido en persona como el amigo Copépodo (lo mencioné el día que lo desvirtualicé y lo mantengo: para ser un pequeño invertebrado, es un gran hombre). Incluso había gente sin blog ni twitter (como la compañera Carmen*, que me acompañó en la aventura y se hizo un montón de amigüitos).
Como sólo pude asistir a la última parte de las jornadas, no voy a comentar lo sucedido al principio, aunque al parecer hubo una buena dosis de debate no exenta de polémica (lo cual, pienso, es una buena señal). Así que me limitaré a comentar lo que sí pude vivir de primera mano: las charlas correspondientes a la sección “divulgación amateur”, en las cuales se escuchó a cinco blogueros que sin lugar a dudas se encuentran entre lo mejorcito a la hora de transmitir nociones científicas a un amplísimo público ( y lo más importante, todos ellos tremendamente divertidos): mentiras pseudocientíficas en el etiquetado de alimentos y cosméticos, la búsqueda de señales de vida en Marte, las epidemias causadas por virus en el cine de catástrofes, zombies y vampiros, la dura vida de un bloguero experto en transgénicos y los atentados contra su autoestima y su manera de vestir, y finalmente la aventura de intentar instaurar una manera divertida y original de estudiar física en la universidad mediante el visionado de películas de superhéroes y ciencia ficción. Suena divertido, ¿verdad? Precisamente, esa es la clave: los temas tratados son útiles, necesarios para nuestra actual sociedad (reglas de etiquetado en la alimentación, la investigación aeroespacial, el estudio de los virus causantes de enfermedades, el desarrollo de cultivos transgénicos, y la enseñanza de la física en las universidades), y todos pueden ser enfocados de una manera amena, incluso divertidísima. Y todos esos temas y ese estilo de tratarlos es la tónica habitual de los blogs regentados por esos magníficos oradores. Supongo que todos los blogueros o seguidores habituales habrán adivinado las correspondencias, pero para los despistados estos oradores eran @ScientiaJMLN de Scientia, @Edocet de Experientia Docet, @eroyuela de Feelsynapsis, @jmmulet de Los productos naturales, ¡vaya timo!, y @ondasolitaria de Física en la Ciencia Ficción Plus. Esto sólo es posible porque los que crearon esos fantásticos blogs son personas expertas en sus campos, rigurosos, detallistas, pero sobretodo curiosos, inquietos y apasionados. Y gente divertida, que disfruta con lo que hace. Y nos hace disfrutar a los demás. Disfrutar y aprender (parece imposible, pero no lo es).
Como muestra de las memorables charlas, aquí tienen al emblemático Jose (@ScientiaJMLN) metiéndose al público en el bolsillo. Me ha parecido indicadísimo ponerle a él puesto que hoy es su cumpleaños: ¡Felicidades!
Pero lo que más me ha movido a escribir una absurda reflexión sobre las jornadas es algo que me ha parecido totalmente novedoso (bueno, creo que más o menos lo mismo que voy a comentar lo explicó y seguramente mucho mejor @Irreductible en su charla Bares y Ciencia, pero lamentablemente me la perdí porque fue el día anterior). El uso del blog como herramienta para la difusión de la ciencia es tremendamente versátil: hay muchas maneras de divulgar, muchos públicos, muchos estilos… Lo que nunca me había planteado es hasta qué punto el círculo de lectores y autores de blogs – más o menos científicos – es algo cerrado. Cuando intentamos llegar a gente de fuera de nuestros ámbitos tanto laborales como blogueriles, nos encontramos con grandes dificultades. En última instancia, los que más leen, comentan y comparten nuestras paranoias son gente del mismo ámbito, otros blogueros interesados por la ciencia y que gustan de aprender a base de leer cosas divertidas. Pero sólo con estas cinco charlas a las que asistí me percaté de algo: de repente, esas personas anónimas, sin rostro, cuyas historias he seguido con interés durante tanto tiempo, se convierten como por arte de magia en unos oradores fascinantes, con un discurso estructurado, ameno, provocando auténticas carcajadas entre el público y aplausos que arrancan espontáneamente.
El científico anónimo, dale que te pego con las teclas sin saber si alguien va a leer sus delirios (para conocer el origen del dibujo, leed este post)
Me doy cuenta entonces de algo que jamás se produce en el blog, al menos no de esta misma manera: la catarsis colectiva. Por mucho que nos divierta un post, por mucho que aportemos y se nos responda en los comentarios, por mucho que retuiteemos y discutamos acerca de cuánto nos ha gustado…. hay algo especial en la experiencia colectiva, en el vivo y el directo. Lo mismo que hace que no sea lo mismo ver Avatar en la tele del comedor que en una pantalla de 25 metros cuadrados en una sala llena de gente, lo mismo que hace que en el estadio de fútbol te levantes y chilles como un energúmeno cuando en tu casa miras el partido con un ojo mientras con el otro lees el periódico (bueno, esto no lo sé de primera mano, pero imagino que será algo así). Pero todo esto no es sólo cosa del vivo y el directo; para que semejante emoción sea completa, existe un fondo que sólo se ha conseguido por la experiencia bloguera previa. La persona que habla no es totalmente anónima, no es desconocida, aunque para muchos es la primera vez que la vemos. El tema que trata nos es familiar, la referencias son automáticamente reconocidas. Estamos disfrutando en directo y junto a otra gente que comparte nuestra afición de una forma de ver la ciencia como algo divertido, fascinante, y el poder reírnos a carcajada y comentar a viva voz nuestras impresiones es algo totalmente nuevo.
Esta retroalimentación convierte a la experiencia de la divulgación blogueril en algo mucho más enriquecedor, que proporciona el ingrediente que falta para que la difusión de la ciencia recupere algo fundamental: el público, la complicidad. Ambos medios se beneficiarán mutuamente, tal vez la formación bloguera facilite que vuelva esa figura del divulgador ameno y conocido por todos; ese Carl Sagan que desde los libros de divulgación entró en todos los hogares a bordo de su nave espacial por medio de la televisión, puede verse reencarnado en el investigador que en sus ratos libres escribe sobre ciencia: el día que ese investigador decide o recibe la oportunidad de difundir su ilusión a una audiencia expectante, puede adquirir un poder de convocatoria y empatía con el público que hará que todo llegue mucho más lejos. Me pregunto, y quisiera conocer la opinión de los lectores, ¿sería posible que este tipo de charlas, esta versión “en directo” de los blogs fuera el enlace que falta entre esta blogosfera científica y el público más generalista? ¿podrían nuestros familiares y amigos, a los que les da tanta pereza leer nuestras constantes y cansinas actualizaciones, disfrutar viéndonos hablar en público, y se despertaría en ellos la curiosidad por la ciencia? ¿Podría entonces facilitarse la profusión de espacios divulgativos en televisión, donde se hablase de auténtica y rigurosa ciencia que constituyese además un espectáculo divertido? Todos somos conscientes del impacto del programa Redes, y que cada vez hay más intentos de crear espacios basados en ciencia en los medios audiovisuales (como el proyecto Escépticos). Blogs, podcasts, conferencias en streaming, programas de televisión… de nuevo la multidisciplinariedad puede ser la clave para conseguir el objetivo – nada superfluo, por cierto – de hacer que la mayoría de la sociedad sea consciente de la importancia de la ciencia en nuestra vida cotidiana, de que la cultura científica es igual de importante que la cultura de Humanidades – de hecho son inseparables -, de que las calves de nuestro bienestar actual reposan en el avance científico-técnico y el pensamiento crítico, en gran medida.
Menudo rollazo he soltado; pero en fin, así es servidor de ustedes, buscando siempre cinco pies al gato y queriendo interpretar cualquier acontecimiento más allá de lo evidente. Cuando en definitiva, se podría haber cerrado el post diciendo que reunirse con gente que comparte tus aficiones y tu pasión por un tema, es algo recomendable, sano y divertido; y que el ejemplo de estas Jornadas organizadas, no lo olvidemos, por Daniel Torregrosa (@DaniEPAP para los amigos) y el ya mencionado José Manuel López Nicolás (qué grandes personas además de blogueros, menudo caché le dieron al evento con sus presentaciones y organización) ojalá pronto se extienda en otras universidades. Estoy convencido de que a muchísima gente le encantaría asistir a este tipo de actividades, y posiblemente sean el acicate necesario para que muchísimos jóvenes se den cuenta de que las carreras que están estudiando pueden tener muchas más aplicaciones de las que ellos piensan.
Mi consejo a todos los que invertimos algo de tiempo en este tipo de acontecimientos científico-lúdicos, es que no dejemos de asistir y participar en estos eventos. Es toda una experiencia disfrutable desde ambos lados de la barrera.
ENLACES Y ACTUALIZACIONES:
- Presentación y programa de las Jornadas en Amazings
- Imprescindible decálogo de la divulgación científica, por ScientiaJMLN
- Reseña en el blog de Galiana - Imprescindible decálogo de la divulgación científica, por ScientiaJMLN
- *¡Al final Carmen se ha hecho twitter! Podéis encontrarla como @Canxuki
Cuando a mitad de leer un post empiezo a sentir algo, un hormigueo y algo asoma por el ojo...es que ese post merece ser elevado a la gloria. Mira Carlos, eres la bomba. Hoy he escrito un post.Lo de los 500 Km era en honor a ti.Solo lo sé yo así que podría mentirte...pero no.
ResponderEliminarNo voy a poner nada más.Sobran las palabras. Gracias por todo.
PD:Te voy a contar un secreto. Toda la vida he jugado al fútbol. En mi camiseta, con el ocho a la espalda, empezó acompañándome un nombre: Jose.
Luego pasó a Joselito...pero como no cabía en la camiseta y además yo era muy grande, se quedó en...¡"LITO"!
Scientia
Menuda reseña más completa, me ha gustado mucho. A todo lo que dices sólo me gustaría añadir algo de lo que ya me he dado cuenta en las ocasiones que he tenido de conocer en persona gente "de internet" (tú incluido). Hace tiempo, tampoco tanto, se consideraba por mucha gente que internet era una forma de aislarte de la sociedad, de encerrarte en un mundo virtual. Creo que el tiempo hace evidente justo lo contrario: que internet te permite ponerte en contacto y conocer a personas con las que compartes intereses sin las limitaciones de la distancia... y cuando toca quedar, pues se queda. Personalmente, esto es lo que más me gusta de los blogs: conocer gente.
ResponderEliminarPedazo de crónica, Don Carlos. Me encantan sus reflexiones sobre la catarsis colectiva-blogueril.
ResponderEliminarUn placer conocerte en persona, aunque con poco tiempo para la charla y el intercambio de impresiones debido a la vorágine del día.
Gracias por tus palabras y sobre todo, por acercarte a #MurciaDivulga.
Un abrazo chillao al grito de ¡Daaaaaaaaaaaarwinnnnnnnnnnnn!
Jefe, quién te iba a decir a ti que te iba a pasar esto cuando te dio el arrebato blogueril... si es que la vida es como una casa de bombones, mazapanes y cacas de oveja... nunca sabes lo que te va a tocar.
ResponderEliminarPara cuando una reunión de estas en el extranjero, digamos... Alemania...
Muchas gracias chicos; Scientia siempre me toca la fibra sensible, ¡encima ahora resulta que somos medio tocayos!
ResponderEliminarDaniEPAP, tu abrazo también me ha llegado mu hondo, sobretodo por la BSO. Tenemos pendiente una larga plática.
Copépodo, qué decir, yo tampoco imaginaba jamás que "esto" pudiese servir para conocer gente tan molona.
Y Banchsinger tío, a ver si consigues financiación que los alemanes son muy espléndidos, y nos vamos todos p'allá!
Después de leer vuestros comentarios y lo que me han dicho también por twitter, me alegro muchísimo de haber asistido y de haberme molestado en compartir mis impresiones.
Estimado Dr. Litos, te puedes presentar con orgullo, tengas el pié que tengas, como Dr. Litos, porque desde luego eres un genio.
ResponderEliminarCuando estaba leyendo la entrada me han ido dando unas ganas de organizar encuentros blogeriles y de divulgación por todo el territorio....pero acojonantes.
Enhorabuena por la entrada, espero poder algún día participar de alguno de estos eventos porque desde luego parece haber merecido, y mucho, la pena.
Amigo Oskar HR, emociónanme tus palabras. Pues organiza hombre, hay que hablar de ciencia y pasarlo bien, es la única manera de popularizar algo, hacerlo divertido. Y popularizar la ciencia no sólo es importante, es más necesario hoy que nunca.
ResponderEliminar