Quiero lanzar varias preguntas, porque me gustaría encontrar opiniones y matices distintos a mis pensamientos, por lo que ruego encarecidamente a todo aquél que lea ésto, aporte su razonamiento personal al respecto.
Desde hace bastantes décadas, el ser humano del primer mundo, entre cuyos afortunados nos encontramos nosotros, no ha parado de descubrir y de inventar. Todos estos adelantos, nos están permitiendo vivir más años y más cómodamente, nos hacemos más sedentarios, trabajamos más intelectualmente que físicamente... Cada vez vivimos con más higiene y más limpieza. Nuestros antepasados más recientes no se duchaban todos los días con gel y champú. En cuanto a los adelantos médicos, nos estamos curando casi todas las enfermedades, la esperanza de vida aumenta casi cada año, las parejas que no pueden reproducirse de forma natural, se reproducen, los recién nacidos que antes no podían seguir viviendo, por cualquier motivo, ahora lo consiguen. ¿No es ésto acaso, una selección artificial?¿No nos estaremos volviendo más vulnerables? ¿Se nos ha olvidado que somos animales y que el proceso evolutivo no se detiene? ¿Forma parte de la evolución nuestra inteligencia, para alterarla? ¿O somos un mal virus que le ha salido a este planeta? Ninguna especie es capaz de destruir ni de reproducirse como nosotros. Somos capaces de alterar el clima y hasta la órbita terrestre.
Si con todo ésto realmente la especie se está volviendo más débil y vulnerable, en caso de una desgracia natural o pandemia (de las de verdad, no de las mediáticas), ¿serán los habitantes del tercer mundo los herederos del planeta? Al menos serán más resistentes y estarán mejor preparados. Y si todos los humanos nos extinguimos, ¿heredarán el planeta las cucarachas, como siempre ha dicho la sabiduría popular? Se me ocurren más preguntas, pero espero que a partir de aquí se pueda crear algo así como un foro de debate al respecto.
Un saludo a todos los que os habéis enganchado a las faldas del Batablanca.
Fer
La pregunta clave de las formuladas por Fer, en mi opinión, sería: "¿Forma parte de la evolución nuestra inteligencia, para alterarla?"; y creo que estamos lejos de poder responderla. Pienso que los seres humanos actuales estamos muy desligados de lo que se puede entender como "evolución", al menos en un sentido amplio. Desde que la inteligencia, lo que entendemos por inteligencia "humana", digamos, se convirtió en una característica de la especie que le permitió adaptarse cada vez más rápido a su entorno, la ventaja evolutiva que supuso produjo un cambio radical: la especie fue capaz con este nuevo atributo de saltarse a la torera muchas de la barreras que seguían limitando a otros seres vivos. Le permitió crear armas para enfrentarse a sus predadores, mejorar sus viviendas para luchar contra las inclemencias meteorológicas, hollar nichos previamente inviables, y un largo etcétera. Por lo tanto, el desarrollo de la inteligencia paradójicamente "estancó" al ser humano al alejarlo del proceso de la selección natural, y lo separó del resto de sus parientes animalescos. Los mecanismos evolutivos son muchos y complejos, pero me parece que básicamente toda la comunidad científica asume que la selección natural no opera sobre las poblaciones humanas desde hace miles de años, lo cual no significa que nuestro genoma no se vea sometido a los mismos mecanismos evolutivos a nivel molecular que el resto de seres vivos. Creo sin embargo que esto no nos hace más vulnerables, ya que el desarrollo de la inteligencia y con ella de la ciencia y la tecnología nos han dado una herramienta fascinante para superar las adversidades del hostil planeta que es nuestro hogar.
Lo malo es que la desigualdad patente entre poblaciones humanas (lo que Fer ha llamado "primer" y "tercer" mundo) hace que esta afirmación no sea del todo precisa, ya que en según qué lugares, ni la tecnología es accesible a todos ni las barreras naturales están tan solventadas... pero tampoco en estas poblaciones digamos que los seres humanos siguen atados al efecto de la "selección natural", ya que incluso allí las causas de vida o muerte están supeditadas a la acción de otros humanos, no mejor adaptados, sino "mejor remunerados" o "mejor armados". Por lo tanto, me temo que los pobres no tienen ni eso, y si hubiera un cataclismo a escala planetaria no creo que estuvieran especialmente mejor adaptados que los demás.
La paradoja de todo ésto, como se puede intuir, es que la inteligencia que nos ha "liberado" de los designios de la selecición natural y las adversidades del entorno no nos ha cambiado por completo. Al parecer hay algo en esta inteligencia que nos hace peligrosos para nuestros semejantes; tal vez sea el dilema de un ente enfrentado a sus condicionantes más primitivos, latentes aún en cada uno de sus genes, y los dictados de un cerebro hiperdesarrollado en el que se almacenan otro tipo de condicionantes: sociales, históricos, culturales... parece que la mente racional intente controlar unos instintos primarios anclados en la "supervivencia del más apto", "lucha por el territorio", "conquista de las hembras", conceptos que como hemos dicho ya quedaron obsoletos en su papel por hacer avanzar a la especie. He leído algo referente a esta dicotomía que la relaciona con los hemisferios cerebrales y su uso predominante según individuos, pero me parece que estas afirmaciones tienen escaso rigor científico. Ni que decir tiene, que todas estas reflexiones pueden ser peligrosas: recordemos que la obra de Darwin ha sido esgrimida como justificación de teorías fascistas, precisamente por interpretar el concepto de "supervivencia del más apto" de una manera que nada tiene que ver con las ideas de nuestro amigo de frondosas barbas.
No sé si algún día conseguiremos controlar estos instintos: tal vez esa evolución silenciosa a nivel molecular llegue a producir mutaciones que supriman el instinto del hombre para dañar a sus semejantes, para despreciar su entorno, para no pensar en el futuro de sus descendientes. Mientras tanto, tendremos que recordarnos constantemente que podemos enfrentarnos a nuestros instintos, que debemos pensar las consecuencias de nuestros actos y que lo que vale para el león y la gacela ya no vale para nosotros. Lo que está claro es que por más que nos queramos engañar, seguimos siendo, en el fondo, unos confusos animalillos que nos hemos salido del camino impuesto por la naturaleza y a veces vamos muy, muy perdidos.
Como nota final, resaltar que la cuestión de la evolución de la inteligencia humana es de los temas más controvertidos y aún sujeto a debate. Aunque conocemos cada vez más acerca de la morfología del cerebro y de los mecanismos neurológicos, el salto brutal entre nuestro desarrollo cognitivo y el de los primates más cercanos a nosotros es algo que descoloca a todos los estudiosos de la evolución y que tardará en ser discernido con total exactitud. Hasta entonces, es en este punto donde caben perfectamente intervenciones divinas de toda índole, para muchos la única explicación de este gran salto evolutivo, y de paso, la excusa perfecta para separarnos del resto de los animales. Sin embargo, y tirando de gustos personales, yo recomendaría otro tipo de elucubraciones más imaginativas: yendo al terreno de la ciencia ficción sugeriría a todo aquél con curiosidad por el futuro de la humanidad y el desarrollo de sus capacidades la lectura de la obra El fin de la infancia, de Arthur C. Clarke. Del mismo autor podemos encontrar también una explicación a la súbita aparición de la inteligencia humana más cercana a la "intervención externa" en la famosísima novela 2001: Una odisea espacial (mucho más explícita que la versión fílmica, la cual no deja de ser genial, ojo).
No he respondido muchas de las preguntas planteadas por el texto de Fer, pero bueno creo que he ampliado un poco la reflexión: sería muy valioso que algún lector con mayores conocimientos de evolución, sociología o neurobiología aportase algo. Y si esto es mucho pedir, pues al menos que alguien diga alguna tontería ingeniosa, leñe.