viernes, 13 de septiembre de 2013

Disturbios celulares (3)

ANTERIORMENTE EN DISTURBIOS CELULARES: Antes de pertenecer al Servicio de Transfecciones Celulares y mucho antes de establecerse por su cuenta como Investigador Celular, el intrépido investigador Batablanca vivió una primera misión en la que debía infiltrarse en un equipo de antidisturbios para obtener información de primera mano acerca de peligrosos agitadores celulares. Tras vestirse con el equipo de protección antidisturbios, todo el grupo es transfectado a la célula en discordia (1) . Una vez allí, el novato Batablanca presencia cómo en el interior celular las proteínas defectuosas son degradadas de forma contundente. El pelotón se dirige hacia el epicentro de los disturbios (2).

Intentaba borrar de mi mente la terrible escena de degradación proteica cuando el jefe del pelotón nos hizo una seña para detenernos. Comenzó a vociferar una serie de instrucciones que no dejaban lugar a dudas: ya estábamos metidos de lleno en los disturbios. Nuestra misión comenzaba de forma explosiva.

- ¡Pelotón! Estoy viendo justo ahí delante un agregado de proteínas no autorizado. Quiero que forméis dos grupos: en uno quiero a cualquiera que vaya equipado con dominios de unión a grupos fosfato; en el otro, los que llevéis barriles de hojas beta para interacción con proteínas. Mientras los primeros se unen a los aminoácidos foforilados de los agitadores, los segundos intentarán reclutar a los miembros del equipo de conjugación de ubicuitinas más cercano. Quiero una maniobra rápida y directa: nada de preguntas, nada de concesiones. Cualquiera que esté fosforilado será degradado. Ya tenéis las órdenes, ¡adelante, vamos vamos!

 


“…en el otro, los que llevéis barriles de hojas beta para interacción con proteínas…” (Imágenes sacadas de aquí y de aquí)

jueves, 5 de septiembre de 2013

Reporteros ¡Jindetrés, sal! (23): al otro lado del mundo

Retomamos una de nuestras más longevas secciones con unas fotos que tenía en la reserva, enviadas por nuestra compañera Rosa tras su impresionante viaje a las antípodas. Sí amigos, como reza el título, esta vez nuestros emisarios han llevado la Palabra de Jindetrés al otro lado del mundo, a los paisajes impresionantes, variados y acongojantes de la asombrosa Nueva Zelanda. Aunque la reportera en cuestión tuvo que impresionar un cartel jindetresero de lo más improvisado, y sólo se atrevió a posar en la primera foto, nos adjunta toda una serie de instantáneas que dan testimonio de la belleza de este paraje, irremediablemente asociado en el imaginario colectivo desde hace unos cuantos años a la mágica Tierra Media inventada por Tolkien y plasmada en la pantalla grande por Peter Jackson y sus huestes. 

Sin más, os dejo con las fotos:

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Aquí vemos a Rosa a la entrada de una impresionante zona geotermal que podemos ver en detalle en la siguiente foto.

sábado, 24 de agosto de 2013

#JoF nº11 y las políticas de la Edad del Bronce


El número veraniego de JoF llega cargadito de buena ciencia y aún mejores reflexiones. Creo que la portada es autoexplicativa, pero por si alguien no lo pilla puede pasar directamente a leer el artículo en el que el divulgador e investigador Bernardo Herradón hace un exhaustivo repaso a todo lo bueno, y lo malo, de la política científica en nuestro país. Una política más acorde con la Edad del Bronce, siendo generosos, que con el supuesto mundo moderno en el que vivimos. Aunque probablemente los hombres prehistóricos, para ser justos, actuasen de manera más científica y racional que la mayoría de nuestros políticos. La actual situación del CSIC y otros desastres a los que estamos asistiendo en materia de ciencia se entenderán mejor tras esta lectura, aunque, aviso, también puede generarse un gran cabreo como efecto secundario. Si os quedáis con ganas de más, leed el editorial del creador de la revista Enrique Royuela, que tampoco tiene desperdicio y expresa a la perfección y con un lenguaje llano, claro y cristalino (no exento de cierto lirismo) cómo nos sentimos todos los que trabajamos en ciencia.


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domingo, 11 de agosto de 2013

Abierto por vacaciones

Son tiempo convulsos en la galaxia. En un universo donde el buque insignia de la investigación científica española pende de un hilo, donde programas absurdamente llamados de "telerealidad" son líderes de audiencia y un señor despeinado que no se entiende ni él mismo es el único capaz de llevar la ciencia a los hogares, un reducido grupo de idealistas trasnochados invierte energías y esfuerzo en intentar hacer más cercano, entendible y ameno su científico trabajo. Y entre estos idealistas, un investigador con demasiados pájaros en la cabeza se dedica a producir la más variopinta mezcolanza de contenidos científico-lúdicos, paródicos, sociológicos, cinéfilos y comicófilos, todos ellos producto de una misma necesidad tanto creativa como de desahogo, una auténtica terapia que proporciona satisfacción al que la ejercita y (supuestamente) cierto grado de diversión al que la recibe. En esta extraña dualidad, jugando con la llamada "divulgación científica" pero partiendo desde las más pútridas raíces de la egoblogoirrelevancia, dicho investigador se ha convertido en un paria de la blogocosa: demasiado inestable y raruno para ser considerado un auténtico divulgador de la ciencia, pero a la vez demasiado centrado en sus desvaríos y con suficientes seguidores como para no poder considerarse un auténtico adalid de la egoblogofecalidad, con un ego lo bastante grande como para hablar de sí mismo en tercera persona pero no tanto como para tomarse realmente en serio que su blog pueda ser un auténtico referente en la difusión de la ciencia, este outlier sigue contra viento y marea dispuesto a dar la lata, le pese a quien le pese y le lea quien le lea.

Pero son tiempos convulsos, como decimos; y lo que empezó como un desahogo creativo, ha terminado arrastrando una serie de colaboraciones, de proyectos y subproyectos (véanse las cada vez más abundantes pestañitas en la cabecera del blog); y como aunque no lo parezca este investigador con ínfulas de narrador de historietas es, en el fondo, un simple ser humano. Y como todos ellos, necesita tanto como el agua y el alimento dedicar parte de su tiempo y su ATP... a derrocharlo. A no hacer nada. Sí, hablamos de las vacaciones. Aunque los que se dedican a un trabajo que requiere de exprimirse el seso, saben bien que esto es en realidad una especie de eufemismo, pues el periodo de relajación y distensión, sin la presión de fechas, de compromisos ni de agotar al máximo el poco tiempo libre del trabajo, produce en el cerebro una especie de explosión creativa, una predisposición a resolver las lagunas que quedaban pendientes, de encajar las últimas piezas de los rompecabezas diarios, a encontrar el camino por el que seguir la senda de la imaginación. Así que estoy seguro de que después de estas vacaciones podréis encontraros no sólo con nuevo material, sino con continuación de historias pendientes, y aunque parezca increíble, con nuevos y emocionantes proyectos que se están gestando desde ya mismo.

Por mi parte, me pensaba retirar durante un tiempo indefinido, para estimular este proceso de descanso-inspiración; y esa era la razón de ser de este post, que comencé a escribir antes de las vacaciones. Pero hete aquí que llegó el amigo Banchsinger con esta ración de verdades que debían ver la luz, y me vi obligado a publicarlas; y hete aquí también que como bien vaticinaba en los primeros párrafos, en estos días de desconexión parcial ya ha comenzado el proceso de generación de locuras, y me encuentro a mí mismo retomando este post vacacional, pasando de la tercera a la primera persona y cambiando el "cerrado" del título por "abierto". Qué será lo siguiente, no me lo preguntéis porque sinceramente, no lo puedo prever.

Eso sí, por si no lo he dicho nunca por escrito, que quede constancia aquí mismo de una vez y para siempre: esto del bloguerismo es una experiencia única, divertida, emocionante e impredecible. Si te engancha como lo ha hecho conmigo, te cambia la vida. Y da igual que tu blog sea monotemático, politemático, atemático, relevante, famoso, desconocido o fecal hasta la inmundicia; si lo amas lo suficiente como para escribir todas y cada una de sus entradas con la pasión que se merecen las cosas amadas, jamás te arrepentirás de haber publicado una primera entrada.

Buen verano a todos.

miércoles, 7 de agosto de 2013

Llama a ira, verlos caer.

NOTA DEL DR. LITOS: pensaba publicar un post titulado "cerrado por vacaciones", pero el amigo, compañero y mercenario de la ciencia Banchsinger, tras regresar a Alemania y habiéndonos visitado recientemente en el que fue su laboratorio y sigue siendo el mío, me pidió por favor publicar esta misiva; cosa que en ningún momento dudé hacer, dada no sólo la actualidad de lo narrado sino la visceralidad y sinceridad que emanan todas sus palabras, las cuales suscribo al milímetro y no hubiese sido, seguramente, capaz de expresar tan rotunda y certeramente. Una muestra más de los preclaros científicos y la voluntariosa gente que exportamos sin pretenderlo a otros lugares, para que cada uno saque sus conclusiones. Sin más, os dejo con sus palabras.


...de vuelta entre los bárbaros*... empezando a afilar mis pipetas, despertando al microscopio... 
Aquí estoy de nuevo, después de otras vacaciones visitando a los míos. También volviendo de pisar los suelos de ese viejo edificio del CSIC apuntalado con mil reformas donde se forjó el científico que soy. Siempre que vuelvo, intento visitar a mis viejos compañeros, quizá porque siempre soy recibido entre sonrisas, también porque solo tengo buenos recuerdos, porque de lo que soy ahora, ellos tienen gran parte de culpa, porque algunos son mis amigos. Esta vez no fue diferente porque tienen el coraje y la resiliencia de los titanes.  

Para mí fue diferente. Entré con el temor de no volver a recorrer los pasillos del viejo edificio, y lo que es peor, salí con la mala hostia de pensar que aquellos a los que dejé detrás de esos muros partiéndose la cara contra enfermedades de todo tipo y lagunas inmensas en el conocimiento del hombre, habrán sangrado en vano largos años, desdeñados por la conjura de los necios.

No voy ha hacer análisis detallado de la situación del CSIC, se debe saber lo que se dice, ser un experto con todo el peso del término (otros ya lo han hecho extensa y convenientemente). Y además, se debe ser imparcial y uno no puede serlo nublado por la ira. De lo único que sé es de la ciencia que practico, de eso sí soy un poco experto. Esa ciencia dice que cuando la presión del fluido supera a la de la integridad del contenedor, el sistema revienta. Para evitarlo en mis propias carnes, voy a desahogarme un poco en vez de liarme a echar maldiciones cuyo significado nadie de por aquí siquiera imagina.  No soy analista económico-político pero  lo que sí puedo hacer es explicar lo que veo, lo que siento y lo que pienso después de ver y leer día tras día como los mamarrachos que nos gobiernan o gobernaron no solo nos estafan, sino que además se ríen en nuestra cara.

Cuando escribía ya hace tiempo desde mi recién estrenada atalaya en tierra extranjera, lo hacía con pena por no tener perspectivas de volver a casa, como tantos otros.  Hace ya tiempo asumí que si volvía sería para despertar el tractor de mi padre y afilar la azada de mi abuelo, porque si la ciencia no crecía en mi país, pocas eran las posibilidades de volver para un científico de masa crítica (como dirían por aquí). Albergaba sin embargo la secreta esperanza de que las instituciones científicas españolas, al menos, se mantuviesen como estaban. Incluso con sus defectos internos, que en todas las casas cuecen habas, es toda una hazaña la suya: aun con la escasez comparativa de recursos y personas, algunas de ellas eran capaces de codearse de cuando en cuando con entidades científicas internacionales cuyos recursos ponderados vapuleaban a la más boyante de las patrias. 

Iluso, no solo no las van a mantener siquiera en el precario estado que se encontraban ya antes del reventón del pelotazo, además les van a dar la puntilla. Y lo van ha hacer una cuadrilla de estafadores incultos y pusilánimes que no se atreven a hablar si no les escriben el discursito y ya tal (fin de cita). Y no hablemos de en más idiomas que el de Cervantes. Una gresca de mamones y mamarrachos con la sinvergüenza de preferir proclamarse lerdos subnormales antes de dar la cara como hombres cuando los pillan "in fraganti" en oscuros tejemanejes. A mi no me da vergüenza, me da asco. Y al que me excuse este comportamiento caciquil, trepa y criminal con el muy extendido: "que el ciudadano de a pie hace lo mismo pero a mas bajo nivel" más vale que lo haga donde no escuche mis gritos. Que se entere ese estrecho de miras de una vez que los hijos hacen lo que ven hacer a sus padres y que el que tiene poder tiene más alta responsabilidad y debería tener más alta moral, que el que manda tiene que dar ejemplo, que los ejércitos que vieron a sus generales o reyes matando y muriendo en la línea de frente se comieron el mundo.

Regueros de mentiras mojan nuestro pensamiento desde que tenemos uso de razón. Hace falta mucha suerte y más formación para ser capaz de discernir la verdad entre tamaña patraña, tan vieja y vasta como el viejo imperio. Y como muestra de la gran falacia, un botón. Servidor es bioquímico, pero dentro de su interés general por la ciencia no se le escapan las energías renovables. Por eso la pondré como ejemplo de la hipocresía y pérfido hacer de nuestros regidores. Mientras que allí, en el país del sol, del aire y del mar, llevan lustros proclamando la ineficiencia y elevado coste de las energías renovables (y además ahora casi prohibiendo su uso por particulares). Aquí, en un país con un sol negro sin brillo, donde el viento se esconde de sus más de ochenta millones de habitantes, que no ven el mar si no es pisando nuestro suelo, aquí, ha habido en los últimos 3 años periodos estivales puntuales donde el suministro renovable de energía ha rozado el 50% de la demanda del país (80 millones de personas, ojo). Cuando de manera normal el suministro renovable, según fuentes, ronda entre el 10% y el 20% (prácticamente lo mismo que en España). Todo ello con costes para mi bolsillo no superiores a los que tenía en mi casa en Valencia… En fin, se podría seguir así de manera indefinida, porque en el resto de temas, mienten igual o más, pero me es más difícil pillarlos, desconozco las bases, por eso me abstendré, que no es este ni el sitio ni el momento, no hay vino ni una barra de bar en la que pegar golpes para enfatizar su latrocinio.

Por eso, al bárbaros de comienzo le he puesto un asterisco, me he tomado la licencia, permitídmelo, de usar un peyorativo para referirme a un país, que no tiene nada de bárbaro (a parte de su endemoniada lengua). De los Pirineos hacia abajo se los pintará como se los pinte, pero ni son la eficiencia nivel Dios, ni la canciller es el del bigote. El que te roba es menos ladrón si alguno de tu casa le deja la puerta abierta para luego recibir su comisión, pensadlo bien, que eso es lo que han hecho.  Mientras que ellos apuntalan su economía a base de I+D (subvencionada con capital humano por los PIGS), ingeniería de mercado y energías renovables; yo, fue en el CSIC, pero podría haber sido en cualquier universidad, escuela u hospital, vi a un  director dispuesto a mendigar.

Volví a ver a un hombre de atentos ojos detrás de grandes gafas y de la misma mesa que me recibieron ya antes de acabar la carrera para ver si empezaba en su laboratorio con una de esas extintas becas "bicicleta". Yo me hice científico bajo sus alas. Me habló entonces desde la desesperación y el coraje de aquel al que empujan a la guerra y se convierte en guerra. Él es uno de los cien firmantes de una misiva pidiendo, casi suplicando, a la Sra. Secretaria de Estado que no deje caer a la principal institución investigadora de España. Él es uno de esos 9 directores de centro del CSIC que día 31 de julio fueron al ministerio a mendigar las migajas del festín de los necios para evitar el colapso de lo que muchos, empezando por Giner delos Ríos, Gumersindo de Azcárate y Nicolás Salmerón y pasando por el mismísimo Ramon y Cajal, levantaron. Me da pena que la mayoría de la gente no sepa el verdadero calibre y valía de lo que se quieren llevar por delante los que nos gobiernan. Esto último es culpa nuestra, quizá nos hemos dado cuenta demasiado tarde y no nos da tiempo a mostrarlo. Ojalá nos quede una tregua para hacer llegar la importancia real de la ciencia a aquellos que infravaloran su utilidad, ignoran su robustez y desconocen su belleza. Me llena de ira que los que nos rigen, que sí que saben lo que se llevan por delante, guillotinen las cabezas de la ciencia, la educación y la sanidad, que son las que nos han de sacar del pozo a todos, porque lo harán sin justificación ni necesidad alguna, por su propio provecho (dirán lo que quieran, yo sé lo que aquí veo, solo quieren permanecer fuera del pozo ellos) y lo que es peor, lo harán haciendo más pobres a los pobres, más desvalidos a los desvalidos y asegurándose su posición mediante la incultura del pueblo. Cercenan así el esfuerzo y la esperanza de decenios por conseguir un país mejor para la mayoría. Eso, me perdonen ustedes, ya se ha hecho muchas veces en otras épocas y es de criminales. 

Nos distraen con memeces, clichés y banderas; llaman a la(s) patria(s) nublando las cabezas al mentar al corazón y aprovechan nuestra ceguera para el divide y vencerás. Así se lo van a llevar todo, todo el esfuerzo de décadas de nuestros padres y abuelos, y todo gratis. Y serán ellos, los de siempre, los que no necesitan nada porque ya han robado, confabulado, estafado y acaparado tanto poder que hasta sus tatatatatataranietos vivirán de la herencia (escuela, universidad y sanidad, privada, of course).  Mientras, los nuestros, o serán bárbaros, o se molerán el lomo, como ya hizo el bisabuelo analfabeto, para gloria del señorito y a la salud de la milana.  Bueno ya acabo, gracias por su hombro, señorita o caballero. Sea usted feliz en los pequeños momentos, si los encuentra, que la felicidad que nos forjaron con sudor y sangre nuestros padres se la ha llevado el hombre del saco, a Suiza por lo menos...




viernes, 26 de julio de 2013

HIST-BIRTH, un proyecto innovador que puedes ayudar a hacer realidad

Hoy os quiero hablar de un proyecto de investigación que participa en un concurso internacional de proyectos innovadores. Hay muchas razones por las que recomendar que aportéis vuestro voto para ayudarles a conseguir, como mínimo, el premio del público; pero como no me gusta recomendar cosas "porque sí", voy a explicar de qué va el proyecto y quiénes están detrás, para que cada cual juzgue.*




miércoles, 17 de julio de 2013

Los primeros serán los últimos

Esta es la historia de un becario. Sí, el becario, esa figura que adolece de una inmerecida mala fama, alguien que se asume como inexperto, novato y molestón que por no tener experiencia no merece siquiera que su trabajo se vea correspondido por unos derechos laborales equiparables a los demás trabajadores. En realidad un becario es, sencillamente, alguien que disfruta una beca, y hasta aquí todo sería normal cuando se es todavía estudiante o se te premia por tus méritos con una beca durante un corto periodo, mientras esperas una financiación más adecuada. Lamentablemente en el mundo investigador se asumió durante muchos años que esta dedicación era algo vocacional y caprichoso que por tanto debía ser remunerado, en todo caso, en forma de beca, sin que a nadie se le cayesen los anillos, aunque dicho periodo becario se alargase durante décadas y el disfrutante peinase canas y tuviese cuatro hijos a su cargo. Pero bueno, los tiempos han cambiado y ya sólo se adjudican becas un tiempo limitado, pasando a cotizar enseguida y a ser considerado un trabajador más. Lo malo es que el estigma de "el becario" sigue existiendo, y si bien es la forma correcta de nombrar a alguien que disfruta (o sufre) una beca, opino que deberíamos referirnos a los trabajadores predoctorales o novatos de otra manera, y no en función de la naturaleza de su financiación. Pero esta es mi opinión y no hay por qué tomarla demasiado en serio. Y además, efectivamente los tiempos están cambiando, más que nunca, pero no para mejor, así que no cantemos victoria porque dentro de poco incluso los viejunos podemos acabar mendigando por una beca con tal de pagarnos las habichuelas. ¿Y a qué viene todo este alegato introductorio? A que hoy os voy a hablar, queridos lectores, de mi becario (sí, cuando se habla de los becarios también se autoadjudican a uno mismo, como un material de laboratorio más, en la tradición esclavista más tradicional).

Los seguidores fieles echarán en falta la presencia de un jovenzuelo redactor que asomó por aquí hace unos meses, publicando pocos pero importantes posts (alguno de los cuales, como este, se encuentran entre los más leídos) y prometiendo aportar savia nueva a este científico-lúdico lugar. Se trata de Pablunchu, a quien vimos por última vez como corresponsal especial en tierras turcas (por mi parte niego cualquier relación entre esta visita y posteriores acontecimientos en la zona, preguntadle a él). 
El chico dejó de frecuentar estos lares absorbido por un trabajo de fin de carrera (de carrera de las de estudiar, no de correr; biotecnología en concreto) que servidor le estaba dirigiendo. Fue justo en ese momento cuando el amiguete @carlespal nos tomó una foto por sorpresa, durante el precioso momento de corrección de una de las últimas versiones del trabajo, y nos obsequió con esta fantástica viñeta que viene que ni pintada para conmemorar lo bien que acabaría todo el periplo que comenzaba con dicho trabajo, como podéis leer más adelante:

lunes, 8 de julio de 2013

Máster Yoda, PhD: una biografía no autorizada

En un post anterior pudimos disfrutar de la transcripción fidedigna de una conversación entre un entrañable joven dispuesto a comenzar su andadura en el mundo de la investigación y su contrariado padre. Allí se mencionaba a un investigador de renombre sobre el que se rumoreaba que llevaba años viviendo de las rentas de unos pocos y afortunados trabajos, mientras en la actualidad sus métodos formativos para con los nuevos becarios dejaban mucho que desear. Desde la redacción de ¡Jindetrés, sal! pensamos que es de recibo aportar unos cuantos datos que arrojen algo de luz sobre esta situación para ver si podemos limpiar el buen nombre de este anciano científico, o más bien demostrar fehacientemente que los rumores tienen una base real y el pobre no tiene mucho más que decir en el mundillo de la investigación.

Para los despistados, el investigador en cuestión es el Dr. Yoda, apodado frecuentemente "Máster Yoda" por la circunstancia excepcional de que en sus aproximadamente 900 años de vida llegó a cursar más de 2500 másteres en distintas disciplinas.

domingo, 30 de junio de 2013

Vivir sin ciencia no es mi problema, es el de todos

El pasado 14 de junio los investigadores salimos a protestar, sí, otra vez, por la situación de la I+D en nuestro país. Aunque no fue una movilización tan multitudinaria como la anterior (al menos a nivel de Valencia), sí acudieron bastantes medios de comunicación de prensa escrita, radiofónica y televisada. En el lugar de los hechos tuve la oportunidad de expresar mi opinión y mi punto de vista al respecto de la situación de la investigación frente a los mentados medios, al igual que muchos de los compañeros que allí nos manifestábamos. Y de mi interacción con estos medios, una vez visto en qué han quedado las palabras que transmití, extraigo una serie de conclusiones que voy a intentar poner por escrito, más que nada porque esto me ayuda a reflexionar aún más, y por desahogarme un poco. 

A pesar de soltar un rollo considerable, haciendo hincapié en por qué la investigación, la ciencia y la tecnología son los pilares de nuestra sociedad y están tambaleándose ante el desprecio y la indiferencia de políticos, ciudadanos y de los propios científicos (sí, hay que dar palos a todo el mundo y en este post no se escapa nadie), no sólo me insistieron en que contara en qué me afectaban los recortes "a nivel personal"; sino que cuando se han puesto por escrito o televisado dichas declaraciones, es éste y precisamente este el único fragmento de toda mi diatriba que ha trascendido: que si me quedan pocos meses de contrato, que si mi investigación en concreto puede quedar totalmente detenida, que no hay buenas perspectivas a la vista... Cuando las cámaras/micrófonos se centraron en mis compañeros más jóvenes, lo que trascendió fue lo mismo: Aquí no hay nada, habrá que irse... Me tengo que ir a hacer la tesis fuera, aquí ya no hay ni becas... No sé, si me voy, si podré volver...

El minuto de gloria de Dr. Litos. Todavía está esperando que lo llamen de Sálvame.

lunes, 17 de junio de 2013

El extraordinario caso del chapapote en el pañal

Este post está dedicado con cariño al amiguete Moisés, quien supongo que ya se habrá enfrentado, o si no lo hará en breve, a episodios parecidos al que se narra. ¡Enhorabuena compañero!

El relato que prosigue no es apto para timoratos ni para personas de mente impresionable. Se trata de acontecimientos que muchos desearían no conocer jamás, donde se sugieren imágenes capaces de perturbar el sueño de incluso aquellos que se vanaglorian de poseer espíritus inquebrantables. Pocos rincones quedan sobre la faz de la Tierra capaces de albergar misterios para el ser humano moderno; no obstante, apenas alcanzamos a vislumbrar los terribles horrores que se ocultan tras el esparadrapo que cierra el pañal del recién nacido. Todos hemos escuchado narraciones extraordinarias en torno a este dispositivo del diablo: anécdotas terribles plagadas de fluidos y excrementos de inenarrable repugnancia, viscosa consistencia y coloraciones imposibles; cuentos de padres primerizos sobrepasados por kilos y kilos de desechos, bolsas de pañales usados rebosantes de una inmundicia que ni los más expertos profesionales municipales se atreven a recoger en las noches de luna llena. Pero por encima de todas estas anécdotas, algunas rozando la leyenda urbana, se alza el truño misterioso y esquivo conocido como... el meconio.

No, no es un meconio; no podía mancillar la cabecera del post con semejante ignominia así que he echado mano de esta simpática caca toriyamesca que confeccionó nuestra amiga Xofa y que regalé a nuestro amigo Eulez como nos cuenta él mismo.