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jueves, 10 de abril de 2014

Ensayo sobre la piscina (II): De rituales previos y gafas del Averno


" Oh vosotros los que entráis, abandonad toda esperanza "
Dante Alighieri, La Divina Comedia;
Infierno, Canto III, sentencia 9

PECADOS
Condenado para la eternidad realiza un triple salto del demonio. El jurado enloquece (fuente)

En este capítulo nos zambulliremos de lleno en el auténtico protagonista del presente ensayo: la piscina propiamente dicha. Una vez el intrépido individuo - al que denominaremos en este estado como prenadador - ha conseguido superar la prueba del vestuario, esa cámara estanca que separa el mundo civilizado del infierno azul, se encuentra en el umbral donde ya no hay vuelta atrás. Tímidamente, su pie enchancletado avanza y chapotea en el húmedo, resbaladizo y traicionero suelo que rodea el pozo de inmundicia líquida. Atónito, hace un barrido de 180º con la poca movilidad que el obligatorio profiláctico que corona su cabeza, envasándola al vacío, le permite. Y lo que su atribulado y a estas alturas totalmente desconcertado centro neurológico recibe, podría describirse fácilmente como una imagen sacada de la prosa de Dante Alighieri o extraída de una ventana hacia el Jardín de las Delicias de El Bosco.

PiscinaPetada

jueves, 13 de marzo de 2014

Ensayo sobre la piscina (I): De los vestuarios y su fauna endémica

La piscina, ese remanso de frescor entre los ardores del verano, oasis cristalino donde abreva el cansancio estival, reminiscencia de la quietud y paz del útero materno. Qué sería de nosotros sin esta artificial imitación del agua primigenia donde nuestros ancestros comenzaron su oxigenada andadura, un viaje en el tiempo que nos devuelve a la infancia, chapoteando sin complejos como si no existiese un seco mañana al que retornar.

Pero como todo en este universo, la piscina tiene un reverso tenebroso, un lado oscuro, un yang, una cara marcada en el dólar de plata. Frente a la inocente y pura piscina de verano al aire libre, el ser humano en su retorcimiento infinito creó... la piscina de gimnasio.


Muchos investigadores perdieron su salud documentándose para el presente ensayo. Honren su sacrificio leyendo hasta el final (imagen)