martes, 31 de diciembre de 2019

El desafío del Gnosynaikon: lo mejor de 2019

Los que me conocen a menudo me tachan de entusiasta, y alegan que me dejo fascinar muy fácilmente. Puede que esas afirmaciones no sean totalmente carentes de fundamento, y bien es cierto que a menudo demuestro cierta tendencia a la hipérbole. Advertido todo esto, puedo comenzar este post-resumen de lo mejor del año con una simple a la par que rotunda afirmación:

El desafío del Gnosynaikon es lo más grande que se ha publicado en todo 2019.

martes, 24 de diciembre de 2019

Inktober 2019


No quería dejar que pasase el fin de año sin antes haber contado por aquí una de las experiencias más gratificantes relacionadas con la divulgación y la creatividad que he vivido en los últimos tiempos. Durante el mes de octubre me embarqué en una loca empresa que aúna divulgación científica, dibujos, frikez y chorradas a partes iguales. Una combinación idónea para ser narrada en esta Santa Casa. Se trata nada más y nada menos de una iniciativa conocida en redes sociales como Inktober, algo que empezó como una simpática reivindicación del proceso de entintado en las artes gráficas y que ha ido evolucionando, con la memética y deriva evolutiva tan característica de las redes, en múltiples formas. El reto original consistía en hacer cada día de octubre, desde el 1 al 31, un dibujito en tinta negra utilizando como inspiración una lista de 31 palabras elegidas de manera aleatoria y sin ninguna relación entre ellas. El año pasado cuando descubrí que existía esto, se me ocurrió la genialidad de rebautizar el método como "Scienktober" y asumir el reto desde el punto de vista científico-divulgativo, es decir intentar relacionar las palabras propuestas con términos o conceptos científicos que pudieran dibujarse. Tan original propuesta, evidentemente, ya se le había ocurrido a más gente y mi contribución en aquella ocasión se limitó a, si no me engañan las cuentas... dos dibujos roñosos hechos aprisa y corriendo. Al olvidárseme por completo el tercer día que tenía que hacer un dibujo, me sentí desbordado, así que me rendí sin pena ni gloria.


Este año, se acercaba el mes de octubre y pronto empezaron a aparecer las primeras listas, tanto la oficial como otras derivadas... y pensé "bueno, por qué no intentarlo de nuevo". Abrí mi armario de los horrores, y rescaté una libreta de papel "güeno" apenas utilizada, y unos magníficos rotuladores de tinta que mi socio el genial Gerardo Sanz me había regalado durante una de nuestras quedadas para preparar páginas de OOBIK. La primera palabra, #RING, encajaba muy bien con mi trabajo en investigación; así que decidí probar suerte con algo sencillo y rápido. Y a partir de ahí...

A partir de ahí, no me preguntéis cómo, pero cumplí con el reto durante TODO el mes.