lunes, 29 de abril de 2013

La genética y el metabolismo, o cómo engordar comiendo lo mismo

La entrada de hoy es especial (¿cómo? ¿qué no lo son todas?); tiene su origen en una propuesta de una de nuestras lectoras más antiguas, Maremoto, que me planteó lo siguiente:  que intentase responder a una duda existencial que tiene ella,  en base a mis conocimientos de biología, en forma de post. La pregunta en cuestión sería la siguiente:


¿Por qué me es tan difícil perder peso incluso comiendo lo más mínimo, cuando personas a mi alrededor comen como malas bestias y son auténticos tirillas?

Ahí es donde la propuesta se convirtió en reto, porque mis conocimientos en estos campos son bastante limitados. Pero como lo que más me gusta de la blogocosa es la interacicón entre sus habitantes, y sé de buena tinta que tengo lectores y amigos blogueros expertos y muy expertos en estos temas, me dispongo a escribir una respuesta a Maremoto sin consultar demasiadas fuentes, simplemente hablando de nociones básicas que pueden ayudarnos a comprender el dilema. Y aprovechando la tesitura de que la pregunta encaja a la perfección con el tema de la III Edición del Carnaval de la Nutrición (La muldisciplinariedad científica en el desarrollo de la Nutrición Humana), espero que algún lector más experto en el tema recoja el testigo y decida completar y mejorar mi respuesta, bien en los comentarios, bien en su propio blog, a ver si así entre todos podemos reconfortar un poco la inquietud de Maremoto que por cierto se refleja, para el que quiera conocerla mejor, en un blog personal con el título de Cómo perder 60 kg y no rendirse en el camino.

Sin más dilación, allá voy a divagar un poco.

Seguro que muchos alucinaríais con las escenas de banquetes salvajes que se pegaban estos dos amigotes; sin embargo, el uno estuvo siempre más flaquico que el otro, ¿verdad?

miércoles, 24 de abril de 2013

El Colapso: los neutrinos superlumínicos vs crisis financiera.


A mediados de 2011, un grupo de reputados laboratorios del CERN hacía público el hallazgo de neutrinos super-lumínicos. La teoría de la relatividad de Einstein, vigente hasta la fecha, se desmoronaba, arrastrando en su colapso todo el conocimiento y los avances tecnológicos de la última centuria. A pesar de la discrepancia de otras pruebas y de la mayoría de físicos teóricos mundiales, los datos de los experimentos que descubrieron esta violación de la velocidad de la luz, no fueron publicados en su totalidad y no pudieron ser revisados convenientemente por la comunidad científica. 




Apunte de Dr. Litos: el genial Gerardo Sanz en su tira de divulgación científica Conversaciones con el Huracán dedicó varias historietas a esta anécdota de los neutrinos. Pinchad aquí para leer esta viñeta al completo y las demás

El prestigio del CERN no dejaba lugar a dudas. Todas las investigaciones debían cerrarse, jamas seríamos capaces de descubrir como funcionaba el universo, no había mas alternativas. La falta de un paradigma sólido a seguir sumió a la ciencia en la oscuridad. Esto fue aprovechado por las pseudociencias, la magia y la religión, que medraron con fuerza como no lo habían hecho desde principios de la edad media. Después de años de retroceso sumidos en superstición y a merced de la brujería, se accedió finalmente a las instalaciones del CERN y se revisó el material de los experimentos para encontrar que un cable de fibra óptica defectuoso unía una unidad de GPS y un ordenador generando así una lectura de velocidad errónea.  Pero ya era tarde.  El CERN admitió el error en la publicación pero defendió el resto de sus decisiones, que ya fueron aplaudidas e impulsadas en su día por los entusiastas del oscurantismo, que obtienen su poder de la ignorancia de las gentes. Parece a todas luces claro que los embusteros habituales usarán cualquier brecha o incongruencia mostrada por la ciencia para ensalzar su inutilidad e inconsistencia en pos de ensalzar la religión, y el oscurantismo no terminará nunca.

Este es el escenario que han visto mis ojos esta mañana cuando he leído con los ojos como platos el artículo de Paul Kruman traducido en El País como La depresión del Excel. Eso de ahí arriba es lo que hubiese tenido que escribir su homónimo científico si la ciencia, con todos sus defectos y mezquindades (que las tiene), se comportase como parece lo han hecho ciertos economistas y políticos.

Yo de verdad, no me cabe en la cabeza, y mira que la tengo gorda.

domingo, 21 de abril de 2013

JoF números 8 y 9: una reseña doble pero breve

Los lectores que sean seguidores de la prestigiosa revista Journal of Feelsynapsis, en la que los que hacemos este blog (es decir, servidor y Banchsinger que se pasa de cuando en cuando a publicar sus delirios) tenemos el honor de participar, habrán notado que hace tiempo que no se habla de ella por aquí. Bien, pues por falta de tiempo no pude reseñar el número 8 de la revista y me ha pillado el 9, recién salido; así que vamos a presentar a ambos someramente, porque basta con leer el índice en cada caso para que se vendan por sí mismos (ojo no se lleven a error, recuerden que esta es una publicación GRATUITA):


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jueves, 11 de abril de 2013

Reporteros ¡Jindetrés, sal! (22): desde el Mediterráneo con amor


Seguimos recuperando el archivo de instantáneas pendientes de publicación, enviadas por nuestros intrépidos reporteros alrededor del globo. En esta ocasión dos equipos de numerosos y jóvenes reporteros, encabezados por la compañera @canxuki en el primer caso y por nuestro becario del blog @pablunchu en el segundo, se lanzaron a la conquista de las costas mediterráneas congelando preciosos momentos en Grecia y Turquía respectivamente:

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jueves, 4 de abril de 2013

La unión hace el cristal

El nerviosismo podía palparse en el ambiente. Se encontraban en un espacio demasiado pequeño para albergar semejante número de proteínas, y la mayoría flotaban caóticamente en el extraño medio, golpeándose con las demás, desestructurando a algunas de sus compañeras y formando agregados que, inevitablemente, precipitaban. Nadie sabía con exactitud para qué habían sido colocadas allí, lo cual no ayudaba mucho a calmar los nervios. Asustadas, seguían agrupándose intentando evitar que extraños solutos acoplasen en sus cavidades. Se sentían ultrajadas, sacadas de su entorno, en un pH que no les correspondía y en el que no se sentían cómodas.