El cálido ambiente del laboratorio

- ¿Hola? ¿Mantenimiento? Sí, buenas, llamo del laboratorio del tercer piso, al parecer el aire acondicionado no funciona bien, hace mucho calor y el congelador de -80 está subiendo de temperatura... sí, en el termómetro del laboratorio ahora mismo pone que estamos a 28º y subiendo... sí, el termostato del aire estaba a 25, lo hemos ido bajando hasta 15 y sigue haciendo cada vez más calor... ajá... vale, muchas gracias.

- ¿Qué, has hablado con Lalo? ¿Van a subir o qué?

- Sí, bueno, no era Lalo, al parecer está de vacaciones, pero el chico que lo sustituye me ha dicho que tomaba nota y que ahora lo miraría.

- Bueno, pues espero que no se lo tomen con mucha calma, porque esto parece una sauna, macho...

- Qué se le va a hacer, peor se estará fuera, seguro.

- No te creas... desde que cambiaron los cristales de la fachada, hay un efecto invernadero que no veas...

. . .

- ¡Hola gente, cómo va eso!

- ¡Hola, Lalo! ¿Qué tal las vacaciones?

- Bien hombre bien, pero dime, ¿qué tal las cosas por aquí, algún incidente importante?

- Pues la verdad que para ser agosto, bastante ajetreado... al parecer en casi todos los laboratorios había alguien trabajando.

- Claro que sí, se nota que nunca habías trabajado en un centro de investigación... aparte de eso, ¿algo complicado?

- Pues mira, ahora que lo dices, el viernes pasado a pesar de la ola de calor abrasador el laboratorio del tercer piso estaba llenito... y llamaron diciendo nosequé del aire acondicionado, que no iba bien.

- ¡Qué me dices! ¿Y lo pudiste arreglar?

- Erm, a decir verdad, entre que era viernes por la tarde y hoy lunes venías tú, pues lo dejé correr...

- ¿¿Cómo??

- Uy, ¿que he hecho mal?

- ¡Pero hombre de Dios! ¡Cómo se te ocurre dejar que se asen esos pobres desgraciados!

- ¡Pero que era viernes por la tarde!

- ¿¿Y qué?? ¿Es que acaso no sabes que esa gente no conoce lo que es un fin de semana, llueva, truene o haga 40º?

- Yo que sé, en la última oficina donde trabajé a las cinco de la tarde ya no había ni un alma los viernes...

- ¡Eh, vosotros, dejad de gritar, que ha llamado el director diciendo algo de subir a ver el tercer piso que está atascada la puerta y nadie responde!

- ¡Ay Dios, se masca la catástrofe! Anda, coge esas herramientas y sígueme, que la has hecho buena.

- Sí Lalo, ya voy.

. . .

- ¿Hola, hola, hay alguien?

- No contestan, ya te lo he dicho, ¡quieres intentar abrir!


- ¡Ya lo intento, pero la goma está como derretida! Espera espera... ¡aaaahora! ¡Uf, vaya chorro de aire caliente! ¡Y qué hedor!

- Creo que hemos llegado demasiado tarde...

- Pero, ¿dónde están todos?.. Mira, hay una bata en el suelo, encima de un gran charco...

- Veamos... ajá, como imaginaba, el charco es todo lo que queda del cuerpo.

- ¿Cómo? ¿Quieres decir que...? Oh Dios creo que voy a vomi...

- ¡Mantén la compostura, haz el favor!

- Sí sí, perdona Lalo, es sólo que... en fin, no entiendo cómo pudo seguir con bata puesta con el calor que debía hacer para acabar derretido y fundido en un charco...

- Es comprensible, al parecer estaba trabajando con geles de agarosa. El miedo a contaminarse con bromuro de etidio es muy común en esta gente... como puedes ver, los geles también se fundieron y se han mezclado con el cuerpo del desdichado... ¡qué muerte más irónica para un becario, fundido en un mismo charco con los geles que pretendía cargar! Bueno, ya hemos encontrado a uno, pero ¿y los demás?

- ¡Allí, junto al ordenador! ¡Un cuerpo!

- Éste está más entero, al menos no iba con bata... pobre infeliz, murió deshidratado frente a su portátil... pero, ¿quién podría seguir sentado tecleando, sintiendo más y más sed y deshidratación?

- Mira, en la pantalla pone algo... "MATERIALES Y MÉTODOSSSSSDFRETEGFSDC"

- Sí, la cabeza está aplastando el teclado, no pudo acabar la sección... esto lo explica todo, el pobre desgraciado quería acabar la tesis a toda costa...

- Vaya Lalo, se nota que tienes experiencia con esta gente...

- Así es, así es. Y lo peor es que siempre hacen igual, se dejan los materiales y métodos para el final, y ahora ni siquiera ha podido dejar el legado de una tesis doctoral completa... una lástima, la verdad.

- Mira, parece que allí hay algo, bajo la bancada.

- A ver... ah sí, es cierto, hay un cuerpo entre las cajas de corcho... intentó refrescarse metiendo brazos y piernas en hielo... pero con la de la cabeza se le fue la mano... murió ahogada, sin ninguna duda.

- Me estoy mareando otra vez...

- Entonces no te acerques por donde el congelador de -80... está a medio cerrar, no me extrañaría que alguno se metiese allí dentro.

- ¡No puede ser! ¡Estás exagerando!

- Es cierto, me equivocaba: no hay uno, sino tres.

-¿Cómo?¿Tres personas en el -80?

- Sí, y lo increíble es que están abrazando sendas cajas de alícuotas llenas de células... si las hubieran sacado hubiera cabido otra persona, pero evidentemente prefieririeron no compremeter la integridad de sus muestras... ¡ah, qué profesionales!

-¿Profesionales? ¿¿Profesionales?? ¡Lo que estaban es todos locos! ¡Cinco personas trabajando en fin de semana con 40 grados en el exterior y el aire acondicionado estropeado!

-¡Oye, chaval! ¡Ojito con lo que dices! Tú no tienes ni idea de lo que es esto; he trabajado en este centro durante diez años, y en otros centros de investigación antes que éste. He visto cómo los chavales pasaban horas y horas frente a sus ordenadores, peleándose con la escritura de la tesis y los trámites burocráticos durante meses; les he visto pedirse favores unos a otros, para intentar ahorrarse venir todos los fines de semana del año; les he visto venir los domingos a última hora, con el ansia de adelantar unas horas del experimento del día siguiente; he conocido su mirada de angustia cuando han acudido a mi con un aparato averiado, deseosos de repetir un experimento crucial; he escuchado sus maldiciones cuando los revisores les han pedido experimentos imposibles, para los cuales no tenían el equipamiento adecuado, y les he ayudado para apañarse con la precaria instalación del centro, uniendo nuestros conocimientos para lograr lo imposible. Sí, esta gente está loca, no lo niego, pero sus energías y dedicación deberían ser un ejemplo para muchos colectivos.

- Perdona Lalo, no sabía nada de esto... pero creo que te has pasado un pelín, ¿no? Me cuesta creer que todos los investigadores sean así de trabajadores...

- Bueno, vale, tal vez no todos, pero a las pruebas me remito, mira lo que ha pasado aquí...

- Eh... perdonen, ¿está el señor director por aquí?

- Hace un momento lo he visto vaciando las centrífugas refrigeradas, que al parecer estaban llenas de latas de refrescos y botellas de agua...¿por?

-Es que hay unos chicos que dicen que les vendría muy bien, cuando terminen de vaciar el laboratorio, que les dejasen utilizar las bancadas para trabajar aquí, que en su laboratorio están ya muy apretados.

- ¡Pero si el aire acondicionado aún no funciona!

- Creo que ya lo saben y no les debe de importar, porque  van en bermudas y chanclas, cargados con ventiladores y neveritas llenas de muestras biológicas y bebidas isotónicas.

- Dios... por más años que trabaje con esta gente, nunca acabaré de entenderlos. Empiezo a preguntarme si más que profesionales y dedicados, no estarán realmente un poco mal de la chaveta todos ellos...

- Pues imagínate yo, que sólo te he sustituido un verano y mira la que he liado.

- Mira, mejor tú te callas y vas yendo a por un mocho. Y si te cruzas con el director, le dices que te vaya preparando el finiquito.

- Sí, Lalo.