Postal navideña

En estas fechas tan señaladas (me gustaría saber quién es el que las señala, con lo feo que está eso), suele ser habitual postear algún tipo de felicitación navideña. El año anterior me limité a cumplir someramente, ya que era el primero y no sabía cómo enfocarlo. Pero este año el blog y los que lo sacamos adelante hemos madurado, y esta vez lo que traigo sólo puede ser calificado de momento histórico y milagroso. Esta es la historia de un acontecimiento tan mágico como el que debió acontecer hace más de dos mil años, una estampa que ha traspasado barreras temporales, físicas y sobrenaturales, para hacernos meditar.

Porque, queridos lectores, lo que hemos encontrado al abrir varios congeladores del centro, nos ha sobrecogido por su naturaleza divina y absolutamente milagrosa:

¡Contemplad la recreación del portal de Belén a -20º C!

(seguid leyendo para contemplar estampas aún más sobrecogedoras)

Atónitos ante semejante aparición, caímos postrados de rodillas, presenciando la estampa que muestran estas instantáneas. No menos milagroso fue observar el milagro repetido en distintos congeladores, la mayoría de ellos ubicados en distintos habitáculos de nuestro centro de investigación, y todos ellos a la friolera de -80º C.

Por si fuera poco, la postal se completó en algunos casos con la presencia de un mamífero úrsido sustituyendo a los clásicos mula y buey de los belenes tradicionales. Este hecho no hace sino reforzar la idea de que la aparición no ha sido fortuita, sino orquestada por una mente superior que con toda seguridad decidió adecuar la tradición  al ambiente de laboratorio:

Esperemos que tal vez este acontecimiento sirva para reconciliar a la Iglesia Católica con el colectivo científico e investigador; la representación del nacimiento del Hijo de Dios junto a alícuotas de células (quién sabe si acaso células embrionarias, incluso), y productos de clonación, puede sentar precedente y aunar el rigor científico con la permisibilidad del Vaticano, consiguiendo así hacer frente común contra las enfermedades y los males del Mundo, tanto físicos como espirituales.

Con este bello pensamiento, me despido y os deseo unas felices fiestas.

NOTA FINAL - Lamentando mucho atentar contra la catalogación milagrosa del hecho, y restando cualquier posibilidad de beatificación para nuestro laboratorio y sus integrantes, mi naturaleza científica me impele a aportar una última instantánea que contradice la hipótesis "milagrosa" y sostiene más bien una posible explicación cachondeística y coñil de la estampa:

Eso sí, no me negaréis que el sentimiento de buen rollo y felicidad que transmite es aún mayor, si cabe.

A pasarlo bien.

Este post va dedicado a los geniales compañeros que pese a no participar activamente en el blog me inspiran día a día para crear entradas tan increíblemente absurdas como la que hoy nos ocupa. Hoy se han superado, y no he tenido más que insertar las fotos y escribir unas líneas para tener el post solucionado. Gracias chicos.