Esta entrada nace con la intención de romper lo que en mi humilde opinión son unos tópicos que se han ido convirtiendo en estandarte de las reivindicaciones a favor de la investigación, y que si bien en un principio tenían mucho sentido, su uso y abuso por parte tanto de los propios investigadores como de los medios de comunicación, ha terminado por resultar contraproducente. Estoy hablando de dos conceptos que seguramente reconoceréis: “fuga de cerebros” y “jóvenes investigadores”. Tras la reciente jornada de protesta acaecida el 19 de diciembre en gran parte de España*, es momento de reflexionar y creo que uno de los debates que deben empezar a plantearse son estos, así que ahí van unas cuantas ideas.
Nunca me gustó demasiado el término “fuga de cerebros”, lo reconozco (siempre imagino una horda de viscosos cerebros arrastrándose pesadamente, huyendo de quién puede imaginar qué horror; pero es que yo soy muy así). Primero por reducir toda una entidad humana como puede ser un investigador, a un único órgano; me parece un poco feo. Pero además, perpetúa el también tópico de que los investigadores somos unos auténticos cerebrines, unos genios, unos brillantes incomprendidos cuyo trabajo no tiene cabida entre el resto de trabajadores mortales. Que alguno habrá que encaje en esta definición, pero yo conozco más bien pocos. Últimamente se ha repetido tanto esta frase, que empieza a dar una idea equivocada de las razones pro las que un investigador abandona su país. Esto enlaza un poco con el estigma de asociar los problemas de la investigación con la juventud, como veremos a continuación.
Nuestro campo se ha visto siempre asociado a migraciones de algún tipo. Pero si bien en tiempos pretéritos, para la correcta formación de un científico esto era algo imprescindible, hoy día con las nuevas tecnologías se está volviendo menos crítico. Por supuesto sigue siendo muy útil, recomendable y en algunos casos concretos realmente necesario, desplazarse a otros países, ver otras formas de hacer las cosas, tomar perspectiva y aprender; pero la idea de que tu formación como científico solo es completa si pasas una buena cantidad de años en el extranjero, es algo falso. De esto podríamos hablar largo y tendido, muchas reflexiones útiles salieron de este interesante post y no entraremos demasiado en ello. Más bien quisiera que recapacitemos acerca de lo que implica el concepto de “fuga”. El problema no es que un investigador marche al extranjero… el problema es que no vuelva.
Lo que está sucediendo en estos tiempos aciagos, no es sólo que la gente se vea obligada más que antes a buscar fuera el trabajo que no encuentra aquí. En algunos casos así es, evidentemente; pero en otros, simplemente uno termina la tesis y marcha al extranjero como parte de su formación. Un caso muy claro sería el narrado en primera persona en este artículo, cuyo protagonista no tenía ningún interés especial en marcharse, podía haber elegido continuar en el entorno donde realizó su tesis, pero eligió deliberadamente marchar a realizar una estancia postdoctoral en Estados Unidos. ¿Es el suyo un caso de fuga de cerebros? En absoluto. Le ofrecieron un puesto bien jugoso, y decidió aceptarlo. Pero no por necesidad (en principio; cabe decir que la situación en nuestro país, pues como que tampoco le ató demasiado).
El caso que debe preocuparnos es el de aquellos investigadores que ya se fueron en su momento o que no volverán. Nuestra sociedad invirtió una cantidad estimable de dinero en preparar a un científico que en cierto momento decidió seguir trabajando y formándose en el extranjero. No pasa nada con esto. De hecho, hubiera sido genial que una vez terminada seu formación adicional en otro país, ese científico volviese para, con su nivel de rendimiento y preparación al máximo, consolidar un nuevo grupo, dando cabida a su vez a nuevos científicos en formación, y transformando la inversión de la sociedad en un producto concreto y productivo: nuevo conocimiento, nuevas generaciones de investigadores, consolidación de líneas de trabajo, colaboraciones, riqueza científica, tecnológica e incluso industrial, en algunos casos. De las posibilidades de transformar todo esto en riqueza inmediata y cuantificable, ya se ha hablado y muy bien en este recomendable post.
Por lo tanto, cuando estas personas en sus países de exilio encuentran que su retorno no se puede producir, y que en dichos países les ofrecen continuar sus proyectos, incluso ampliarlos, con una dotación económica y unas garantías laborales excelentes… es entonces cuando tenemos un problema. Eso no es una fuga señores, es un secuestro en toda regla. Un canto de sirenas que seduce a los incautos investigadores que pensaron retornar a su país y se encontraron perdidos para siempre. Sólo que los perdidos no son ellos, sino su país, donde ni los nuevos investigadores, ni los estamentos que invirtieron en ese marinero perdido a la deriva, verán asomar tras el horizonte el mástil del navío donde navega el futuro. De haberse visto inmerso en la odisea de la carrera investigadora, Ulises jamás hubiera regresado a Ítaca.
Como el lector avispado habrá sabido apreciar, el tema de la “juventud” viene rondando tras todo este discurso. Este investigador imaginario, este Ulises que intenta regresar a su amado hogar y su familia evitando las sirenas, ya no es tan joven como cuando se marchó. Por supuesto la juventud es relativa, pero en estos casos al reivindicar tan insistentemente la figura del “joven investigador” estamos dando una idea muy equivocada: este concepto nació para reivindicar una figura muy clara, cuando trabajar en ciencia casi no era posible. Nadie destinaba dinero a que un joven universitario realizase una tesis doctoral y se dedicase a la investigación. Los movimientos como FJI-precarios y sus versiones locales (Joves investigadors en Valencia) acuñaron precisamente este término en sus denominaciones para demostrar que se estaba dejando de lado a un colectivo numeroso de personas en proceso de formación, pero que pese a ser jóvenes estaban en el mismo espectro social que cualquier trabajador remunerado al uso. Gracias a esta reivindicación y al trabajo de estas organizaciones, se consiguió con los años que la situación cambiase sustancialmente y si algunos como yo mismo hemos disfrutado de contratos y cotizado en la seguridad social en lugar de las tan conocidas “becas”, ha sido gracias a ello. Y no hay que dejar de luchar en ese sentido: todo el que empieza es joven, y tristemente aún quedan muchas cosas por solucionar en este aspecto (sin ir más lejos, lean las desgracias que tienen que padecer los aspirantes a las ayudas predoctorales). Por esta razón, y ante la falta de una plataforma generalizada que luche por los derechos de los investigadores en todas sus etapas, este rol se ha llevado a cabo bajo la etiqueta de las plataformas de “jóvenes”, y así seguimos a día de hoy. Lo malo es que cuando esto llega a los medios, y de ahí a la sociedad, la imagen que se transmite es que “los jóvenes” ven peligrar su futuro. Pero el futuro está aún lejano, y los jóvenes pueden con todo. Y son idealistas. Y puede que no vean la realidad como ciertamente es. ¿Se entiende por dónde voy?
Pero la reivindicación de los tiempos actuales va mucho más allá: estamos tocando fondo. Todo el colectivo investigador. Los que empiezan, y los que no pueden empezar. Los que llevan ya unos años, y no pueden continuar. Los que están fuera y quieren volver. Los jefes de grupo que ven de pronto sus laboratorios vacíos. Los directores de centros enteros de investigación que se ven obligados a cerrar. Y lo peor de todo, en muchos casos por mera cuestión de una cantidad de dinero irrisoria en otros contextos, sólo y exclusivamente porque se considera que las puertas que se están cerrando no llevan a ninguna parte. Este es un problema que ha trascendido de las esferas más jóvenes del mundo de la investigación: cuando los que tienen que emigrar son los investigadores con trayectorias consolidadas, los contratados Ramón y Cajal a los que pese a haber alcanzado el nivel máximo exigido para un científico, se les niega la plaza prometida en sus contratos, y se ven olbigados (esta vez sí) a emigrar con toda su familia a cuestas, gente que supera ya la treintena de años… ya no estamos hablando de la misma reivindicación.
Afortunadamente, (siempre hay que buscar el optimismo, una luz al final del túnel para seguir luchando por salir de él) somos un colectivo con unas necesidades muy concretas y compartidas: la misma financiación puede determinar el futuro de alguien que empieza, de alguien que quiere volver, o del jefe de grupo que busca personal. Es un mismo Ministerio (o Secretaría, o vete a saber qué en el futuro), un mismo presupuesto, una misma batalla. Por eso, hoy más que nunca, debemos estar unidos todos, y eso es lo que sucedió ayer en Valencia en la estación del norte (ver * para los detalles), donde personal de institutos del CSIC, Jóvenes Investigadores, trabajadores del Centro de Investigación Príncipe Felipe, trabajadores de las universidades (perdóneseme si no cito a todos, realmente éramos un grupo muy diverso)… nos movilizamos y nos hicimos visibles para la sociedad. Pero simulamos un exilio, una migración, un “tren de la dignidad” al que nos subíamos los investigadores en busca de un futuro en otros lugares… por tanto, contribuyendo al estigma, y en los medios a día de hoy sólo se lee jóvenes investigadores y fuga de cerebros. La visibilidad la conseguimos (en otros lugares de España se hicieron cosas similares), pero hay que empezar a pensar si estamos acertando en la forma de reivindicarnos. Por algo se empieza.
Personalmente, creo que es hora de ir más allá, de salir a la calle, hacer jornadas de puertas abiertas, tener más presencia en los medios, y explicar tanto a periodistas como a transeúntes que lo nuestro no es el vigor de la juventud ni las ganas de quedarnos en casa (cosa muy respetable, por otro lado). Que si la Ciencia se detiene, se muere; y que sin ciencia, no hay futuro en una sociedad como la que hemos creado, totalmente dependiente de la tecnología, del conocimiento, y de un vertiginoso avance en todos los frentes.
Ahí dejo la cuestión para que se abra el debate pertinente. Se supone que lo nuestro es pensar, buscar soluciones, probar cosas; a ver si entre todos encontramos la manera de demostrar sin atisbo de duda que una sociedad basada en el conocimiento es mejor que una basada en el ladrillo, en el ocio, o el turismo de sol y playa. Y a lo mejor, de tanto pensar, igual llegamos a la conclusión de que esta hipótesis es errónea. En ese caso, puede que lo mejor sea dejar de preocuparnos tanto y abrir un chiringuito. Pero preferiría saberlo cuanto antes para no perder más el tiempo.
Sobre la protesta en Valencia:
http://www.lasprovincias.es/20121219/comunitatvalenciana/valencia/fuga-cerebros-valencia-201212191303.html
http://www.levante-emv.com/comunitat-valenciana/2012/12/19/jovenes-investigadores-suben-tren-dignidad/961087.html
http://ccaa.elpais.com/ccaa/2012/12/19/valencia/1355923087_400066.html
http://www.lasprovincias.es/videos/valencia/ciudad/2044627801001-protesta-investigadores-valencia.html
El 19D en la tele:
http://www.antena3.com/videos-online/noticias/economia/investigadores-manifiestas-recortes_2012121900124.html
http://www.telecinco.es/informativos/sociedad/Cientificos-recortes-protestas-Gobierno_2_1527255114.html
http://www.rtve.es/v/1619304/
Otros enlaces más o menos recopilatorios:
http://www.cadenaser.com/sociedad/articulo/cientificos-movilizan-varias-ciudades-recortes-gobierno-i-d-i/csrcsrpor/20121219csrcsrsoc_1/Tes
http://www.jovesinvestigadors.org/es/2012/12/19/exito-concentracion-de-investigadores-en-valencia/
http://esmateria.com/2012/12/19/centenares-de-cientificos-salen-a-la-calle-en-toda-espana-contra-los-recortes/ (incluye muchas fotos chulas)
Incluso en la prensa extranjera especializada:
http://blogs.nature.com/news/2012/12/spanish-scientists-take-to-the-streets.html
Enhorabuena por esta entrada! Muy bien explicado todos los problemas y (posibles) soluciones, ¡ojalá tuviéramos a alguien con cabeza para escucharte(nos)! Pero yo ya no sé qué pensar de la clase política de este país, que prefiere rescatar mil veces Bankia antes que resolver las FPU y demás convocatorias pendientes...
ResponderEliminar(Como detalle friki yo también me imagino los cerebros ;P)
Por cierto, mi tío ingeniero que se fue a USA (ya ha vuelto) con una beca de La Caixa, el Rey en su discurso les pidió a los becados que volvieran a Spain. Y mira que no me cae bien el Rey, pero al menos eso sí lo tenía claro :P
EliminarMe gusta mucho la viñeta. Una pena que la pongas tan pequeña, que hay que pinchar para verla. Por lo demás, pues sí. Pues eso.
ResponderEliminarMuy lúcido, como siempre. A mí tampoco me agrada la expresión "fuga de cerebros", ¿qué narices? Ni fuga (muchos preferirían/mos quedarnos) ni de cerebros (sino de personas, de ciudadanos, de familias; muchos simples "hormiguitas de la ciencia"-la clase media de la investigación que comentáis Eulez y tú-). No sé si al darle un nombre tan pomposo se frivoliza el hecho o no, pero a veces lo pienso.
ResponderEliminarLos motivos para el optimismo no son muchos, pero me alegro de ver la respuesta que hubo ayer. La gravedad destructiva que estamos viviendo es tan grande que no nos hacemos aún la idea, en todos los sentidos, no sólo el investigador. Es por nuestra propia dignidad de personas por la que hay que expresar públicamente el descontento. Muy buena recopilación de enlaces.
Aclaración por alusiones: en realidad a mí no se me presentó ninguna oportunidad para permanecer en España como investigador. De haber sido así, es muy posible que me hubiese quedado, pese a que esté contento con la decisión.
He tardado mucho en venir a responder los comentarios, la verdad es que no hay mucho que añadir. Agradecer los ejemplos y comentarios, decir que sí, que la viñeta sale pequeña pero bueno, como era repetida tampoco me preocupé mucho (los tamaños predeterminados del blogger la dejan pixelada y fea, no me apetecía complicarme).
ResponderEliminarY bueno, la aclaración del amigo invertebrado: tomo nota, creo que no hace falta cambiarlo porque el enlace al post ya es auto-explicativo y además podría darse el caso de que así hubiese sido, lo dejaremos como está teniendo en cuenta el comentario como aclaración, si le parece al aludido ;)