Mejor búscate otro hobbit

- Hola, señor Frodo, ¿le puedo molestar un momentito?

- Hola, Sam. Anda, pasa.

- ¿Seguro que no le interrumpo? No quisiera importunarle.

- Que pases, Sam, que pases.

- Gracias señor Frodo. La verdad es que tiene que ser muy molesto ser interrumpido cada dos por tres cuando uno está terminando de escribir... por cierto, ¿cómo va la cosa?

- Vamos a ver, Sam, ¿cuántas veces te he dicho que no es nada agradable que te anden preguntando cuánto te queda para terminar la tesis? ¿Es que no lees mi blog o qué?

- Ya, tiene razón, lo siento pero es que me ha salido espontáneo... si está usted todo el día escribiendo, pues qué voy a hacer, la pregunta sale sola...

- Pues te la guardas.

- ¿Lo ve? Al final le he molestado. ¡Samsagaz Gamyi, eres un maldito boacazas!

- Por favor Sam, déjalo estar, de verdad. Y no hables de ti en tercera persona, te lo ruego, que das más grima que Lengua de Serpiente. Y su nombre de pila era "Gríma".

- De acuerdo señor Frodo, no le agobiaré más. Además, tampoco es para preocuparse, total el señor Bilbo después de tanto trabajo, tanto viaje y tanta estancia fuera, se dejó la tesis a medias y gracias a eso usted ha podido terminarla. Bueno, casi terminarla, porque no le quedará mucho, ¿no? ¡Ay, perdón! Ya empiezo otra vez...

- Mira Sam, la verdad es que, entre tú y yo, mi tío no es un buen ejemplo a seguir... pero la verdad sea dicha: después de tener al mismo director de tesis que él, comprendo perfectamente que no terminase de escribir a pesar de tener resultados de sobra... a qué mala hora me decidí a seguir los pasos de Bilbo y aceptar la tutela de Gandalf el Gris.

- "Gandalf el Blanco" ahora, recuerde, señor Frodo.

- Ya, encima eso. Desde que lo ascendieron, empezó a preocuparse cada vez menos por lo que sufríamos sus estudiantes y más por lo que rodea a los altos estamentos de la profesión. ¿Acaso intercambiaste muchas palabras con él después de lo de Moria? El tío desaparece, nos deja pringados en medio de un marrón que no veas, y reaparece luego con la bata bien blanquita, en plan aquí no ha pasado nada: "es que ahora tengo responsabilidades mayores... si eso ya vas escribiendo tú a la vuelta en La Comarca... mira a ver si puedes terminarme lo del Anillo Único, que al final nos lo van a chafar...". Total, el único que nos podía chafar lo del anillo era el becario ese que se quedó medio tonto y casi cegato de tanto estar encerrado en el laboratorio. El pobre no pudo ni sacarse una beca, claro que con sus problemas de personalidad cualquiera le dirige una tesis. Ni Gandalf se atrevió.

- Pero señor Frodo, es normal que con un nuevo puesto vengan nuevas responsabilidades... no creo que estar todo el día viajando de un congreso a otro, desde Rohan hasta Gondor, reuniéndose con los peces gordos del I+D en la Tierra Media, sea fácil de llevar.

- Oh, qué ingenuo eres, Sam. Qué sabio fuiste al no querer hacer la tesis y quedarte con el puesto de técnico de apoyo a la investigación... sin tener que diseñar experimentos, ni darle vueltas a la cabeza a los resultados raros... la de quebraderos de cabeza que sufrí con el dichoso anillo y la forma tan enrevesada de procesarlo que salió de la preclara mente del señor doctor Gandalf. Encima, el experimento definitivo resultó ser completamente irreproducible, dime tú ahora cómo narices hago yo un análisis estadístico decente para escribir el último capítulo.

- Ciertamente, creo que el señor Gandalf se precipitó un poco con aquel asunto, sí... ¿cree que tuvo algo que ver con su rivalidad con aquel otro científico, ese que siempre iba de negro?

- Pues claro Sam, pues claro. Ya se sabe cómo son estos profesores veteranos, con tal de adelantarse en los resultados y publicar antes, hacen cualquier cosa.

- Sí, tampoco me gustó la forma en que el señor ese nos miraba cuando nos acercamos por su laboratorio. Era casi como tener un gigantesco ojo envuelto en llamas ardientes enfocado encima de tí, si se me permite la metáfora.

- Qué metáfora ni qué wargo muerto, Sam. Era justo eso: un gigantesco ojo envuelto en llamas ardientes enfocado encima de nosotros.

- Ya, cierto... la verdad es que las cosas de lengua nunca se me dieron bien.

- Pues a la lengua precisamente le das bastante bien.

- Ay, si usted supiera, señor Frodo...

- ¿Cómo dices?

- Nada, nada, cosas mías. Siga con lo que me estaba contando.

- Bueno. En fin, supongo que de tanto ir con él, algo de Gandalf sí has aprendido: anda que no sabe ese de camelar a la gente con palabrería y falsas promesas. Mira mi pobre tío Bilbo: el viejo le convenció para que se fuese de Erasmus al país de los enanos, y mira cómo al final ni terminó la tesis ni nada; y aquí estoy yo ahora pringado por seguir sus pasos. Si es que no escarmiento...

- Me entristece oírle hablar así, señor Frodo. A mi me da la impresión de que Gandalf se portó muy bien con nosotros: formó un equipo multidisciplinar y nos llevó de congreso a Rivendel, nada más empezar. ¡Eso contará para algo!

- Mira, miraaaaa no me tires de la lengua. ¿Equipo multidisciplinar? A ver, repasemos: un aristócrata haciéndose pasar por mendigo para recorrerse los bares de la Tierra Media; un elfo iletrado con más horas de surf y skate que de estudios a sus espaldas; un vagabundo bajito y cascarrabias cuya única excusa para su poca destreza en el laboratorio era siempre "es que los enanos somos así"; y un humano cuyo única virtud fue, Eru me perdone, morir con dignidad y honor; después, eso sí, de haber estado a punto de jorobar todos los experimentos del grupo en diferentes ocasiones. Suma luego a cuatro hobbits despistados, ninguno de los cuales hemos terminado aún el doctorado, y todos guiados por el jeta ese viejales que después de gastarse la mayor parte de los fondos bebiendo y riendo junto a Elrond en el congreso que mencionas, luego a la hora de continuar viaje se juega nuestras vidas con rodeos absurdos con tal de ahorrarse la pasta de un viaje en condiciones. "Oh, iremos por el paso de Caradhras, no me quiero arriesgar blablabla..." Con que Caradhras... ¡mucha caradhura es lo que tiene el tío! Y encima, luego va y se monta un numerito con el pobre estudiante de intercambio aquél, que no se enteraba de nada y se metió por Khazad-dûm buscando el campus del Pelennor... Vamos, he oído de directores de tesis que pasaban de sus doctorandos, pero lo del hombre este raya el absurdo. Mira, no me lo mentes más, ni a él, ni a nuestro proyecto de locos.

- Jo, señor Frodo; lo cierto es que visto así, no sale muy bien parado... aunque seguro que en el fondo se arrepintió de todo eso. Ya ve cómo al final estuvo al lado de nuestros amigos cuando...

- Sí, claro; cuando el aristócrata por fin tuvo a bien dar la cara y anunciar a bombo y platillo que como dirigente del lobby más influyente en aquel momento en la Tierra Media, iba a invertir en investigación y desarrollo lo que no había hecho nadie antes... sí, entonces bien que se plantó a su lado, con ascenso, bata nueva, y vehículo oficial propio. ¡Así cualquiera! Anda, mira Sam, me sabe mal sacarte de tu infantil ingenuidad, pero te lo tengo que enseñar: mira lo que  me mandaron por Elwässap el otro día Merry y Pippin, mientras iban de camino a su luna de miel en las cataratas del Niágondor:

- Ah, pues sí que parece estar pasándoselo bien. Y hay que ver la calidad de video que saca el tal Elwässap, el servicio de correos élfico ha ganado mucho con su fichaje.
- Ya te digo. En fin, para que luego andes preocupándote de que sus becarios hablemos mal de él. ¡Que se hubiese preocupado más de nosotros!
- Entonces, señor Frodo... ¿qué piensa usted hacer cuando por fin termine de escribir?
- Pues qué voy a hacer, Sam... lo mismo que cualquiera que quiera seguir siendo investigador de profesión: ¡pues emigrar! Aunque incluso eso está chungo hoy en día, al parecer en los Puertos Grises ya están poniendo pegas a todos los que salen. Por culpa de los elfos que se han marchado en tropel, ahora en Valinor se han puesto muy quisquillosos y están hartos de recibir inmigrantes, por muy bien formados que estén. El único que consiguió una plaza estable y vive tranquilamente a raíz de sus importantes descubrimientos fue mi tío lejano, el Bolsón de Higgs. Vaya crack.
- Menudo panorama... la verdad es que si no fuese porque nos encanta este trabajo, no duraríamos ni dos días con tanta penuria y precariedad. Y al final, por culpa de eso, nos tratan como si más que nuestro trabajo fuese nuestro hobby. ¿Se imagina, señor Frodo? A lo mejor por eso el profesor Gandalf estaba tan empeñado en contratar hobbits para sus proyectos; me imagino a su antiguo jefe, el tal Saruman, diciéndole "anda Gandalf, mejor búscate otro hobby que ya estás viejo para esto", y él va y se pone a buscar a Bilbo, ¡jaja! ¿Lo pilla, señor Frodo? ¡Se fue a buscar un hobbit! ¿Lo pilla?
- Oh, Sam...
- ¿Sí, señor Frodo?
- Cállate.
- Sí, señor Frodo.

Este post está dedicado, con cariño y sin ánimo de desanimar, a todos los que se encuentran en la preciosa e inolvidable etapa final de su tesis doctoral, y en especial al amigo @pakozoic que comprenderá mejor que nadie las frustraciones del colega Bolsón. 
Y a los que no se hayan decidido todavía, estoy seguro de que el Profesor Gandalf, PhD, les daría este consejo: