Esto es lo que parece, otra vuelta de tuerca, otra apreciación sutil (aunque no tanto) a esta pregunta
¿Hasta cuándo piensas vivir de la Ciencia? que Dr. Litos desarrollaba no ha muchos días, desatando enfervorecidos comentarios y una avalancha de visitas que por poco nos quema el servidor (atención, puede ser una exageración). Ese oportuno post del jefe, se le aparece a servidor en una época especialmente adecuada: final inminente del primer postdoc en el extranjero (Sí, fui de los que abandonó el barco, obligado por cierto).
Sigo sin tener intención de colgar la bata, no descarto buscar en la privada, pero lo quiero evitar por el momento. Dicen las malas lenguas que el I+D en la privada es como un agujero negro. Del que se va a la privada, no se vuelve a ver la luz de su ciencia, jamás regresa. No obstante, el firme propósito de seguir en ciencia trae a mí una sensación olvidada. Un sentimiento desenterrado de cuando hace casi tres años acepté el postdoc que hoy canta el rosario de la aurora. Y, no se equivoquen, la palabra acepté no implica elección, NO hubo elección. Tras enviar más de 20 solicitudes de postdoc a lo largo y ancho del viejo mundo, sólo aquí se me dio la oportunidad. Agradecido infinitamente, he trabajado en algo que, siendo francos, me ha llegado a gustar, dándome un postdoc personal y científicamente muy productivo (aunque sigo sin retractarme). Finalmente hubo suerte, pero no nos engañemos, cuando lo solicité, fue con una frase en la cabeza: "Por pedir, que no sea...". Así pues, solicité todo lo que se ofrecía a un perfil como el mío. Eso incluía cosas que no terminaban de interesarme. Y menos mal, si no ya llevaría tres años sin trabajo. Hoy llevo una semana repitiendo el mismo proceso "solicitudil", consciente ya de que con mucha probabilidad acabaré convertido en un Mercenario.
Sigo sin tener intención de colgar la bata, no descarto buscar en la privada, pero lo quiero evitar por el momento. Dicen las malas lenguas que el I+D en la privada es como un agujero negro. Del que se va a la privada, no se vuelve a ver la luz de su ciencia, jamás regresa. No obstante, el firme propósito de seguir en ciencia trae a mí una sensación olvidada. Un sentimiento desenterrado de cuando hace casi tres años acepté el postdoc que hoy canta el rosario de la aurora. Y, no se equivoquen, la palabra acepté no implica elección, NO hubo elección. Tras enviar más de 20 solicitudes de postdoc a lo largo y ancho del viejo mundo, sólo aquí se me dio la oportunidad. Agradecido infinitamente, he trabajado en algo que, siendo francos, me ha llegado a gustar, dándome un postdoc personal y científicamente muy productivo (aunque sigo sin retractarme). Finalmente hubo suerte, pero no nos engañemos, cuando lo solicité, fue con una frase en la cabeza: "Por pedir, que no sea...". Así pues, solicité todo lo que se ofrecía a un perfil como el mío. Eso incluía cosas que no terminaban de interesarme. Y menos mal, si no ya llevaría tres años sin trabajo. Hoy llevo una semana repitiendo el mismo proceso "solicitudil", consciente ya de que con mucha probabilidad acabaré convertido en un Mercenario.
(imagen inspirada en estos otros mercenarios)
Eso, Mercenario, es lo que acaban siendo la mayoría de aquellos que tienen el deseo, la suerte o la desgracia de seguir trabajando en ciencia, aquellos que no se cansan de la sangre y la trinchera (o del Bromuro y la Poyata). Una tropa de pago sin ideal, sin bandera y sin honor. Solo saben de la guerra y de la guerra, donde fuere y contra quien fuere, se alimentan. Científicos a sueldo sin hogar, aprendices de todo y maestros de nada. Masa crítica, fuera de la élite. Sólo la Élite está llamada a elegir. Pero mire usted por donde, esa élite acaba usando mercenarios, que son los que hacen el trabajo "sucio". Son carne de cañón durante un tiempo y luego, cuando empiezan a conocer la guerra en la que se han metido, se los echa. Que se busquen la vida. Solo son soldaditos de fortuna.
Ya sé, me estoy oyendo, esto suena a pataleta. Pero no, no es una rabieta. Es la apreciación de un hecho que tiene sus pros y sus contras. Un mercado de gente que se ha comportado así desde que la ciencia dejo de ser cosa de gente crack y/o con tanta pasta que, aburrida supinamante, dedicaba su tiempo a hacer preguntas y buscar respuestas.
Lo bueno de ser Soldado de fortuna es que no llegas a aburrirte, haces muchos contactos y en una década habrás hecho tantas cosas y usado tantas armas diferentes dentro de esas guerras, que te reirás de John Rambo. Por supuesto, todo lo bueno tiene su contrapartida. Las desventajas de ser mercenario de la ciencia, acaban a menudo convirtiéndose en una desventaja para la ciencia. Terminas guerreando en incursiones cortas, en forma de contratos cortos de uno, dos o tres años. Se esgrime el argumento de que la renovación constante de personal trae ideas nuevas, nuevos puntos de vista, nuevas tácticas de combate. Es totalmente cierto, pero tengamos visión de juego, eso beneficia más a los mandos que a tu carrera profesional. Al final serán ellos quienes ganarán la guerra a costa de tu sangre en el campo de batalla. Esto último tiene una explicación muy sencilla, depende del tipo de batalla (proyecto más bien) para el que te contraten. El problema es que, normalmente, la complejidad de los proyectos es suficiente como para que tu contrato acabe antes de que puedas acabar la batalla. Por tanto, tu hoja de servicio podrá estar muy manchada de sangre, pero mostrará bien pocas victorias. Al final, solo las batallas ganadas te servirán para ganar medallas y quizás poder elegir (pocos afortunados lo logran, pasando al Estado Mayor). La falta de tiempo no te dejará conocer en profundidad al enemigo al que te enfrentas y por tanto no lo podrás atacar desde todos los frentes posibles. Si tenes suerte, y te contrata un país con pasta, a fuerza de bomba nuclear quizás ganes la contienda, pero seguirás sin conocer de verdad a tu enemigo. Pronto abandonarás esa guerra para partirte la cara en otra, y a lo que estés en condiciones de enfrentarte a tu nuevo enemigo se habrá pasado de nuevo la mitad de tu contrato. Un día verás que eres ya viejo para ir de guerra en guerra arrastrándote por trincheras con diferente barro, y la falta de un hogar te desmotivará para seguir peleando. Bajarás las armas y levantarás las manos, te darás cuenta de que has luchado en muchas batallas, salido victorioso de muy pocas, pero jamás ganado una guerra.
ACTUALIZACIÓN: Post en Menéame, por si a alguien le apetece votarlo pinchando aquí.
Ya sé, me estoy oyendo, esto suena a pataleta. Pero no, no es una rabieta. Es la apreciación de un hecho que tiene sus pros y sus contras. Un mercado de gente que se ha comportado así desde que la ciencia dejo de ser cosa de gente crack y/o con tanta pasta que, aburrida supinamante, dedicaba su tiempo a hacer preguntas y buscar respuestas.
Lo bueno de ser Soldado de fortuna es que no llegas a aburrirte, haces muchos contactos y en una década habrás hecho tantas cosas y usado tantas armas diferentes dentro de esas guerras, que te reirás de John Rambo. Por supuesto, todo lo bueno tiene su contrapartida. Las desventajas de ser mercenario de la ciencia, acaban a menudo convirtiéndose en una desventaja para la ciencia. Terminas guerreando en incursiones cortas, en forma de contratos cortos de uno, dos o tres años. Se esgrime el argumento de que la renovación constante de personal trae ideas nuevas, nuevos puntos de vista, nuevas tácticas de combate. Es totalmente cierto, pero tengamos visión de juego, eso beneficia más a los mandos que a tu carrera profesional. Al final serán ellos quienes ganarán la guerra a costa de tu sangre en el campo de batalla. Esto último tiene una explicación muy sencilla, depende del tipo de batalla (proyecto más bien) para el que te contraten. El problema es que, normalmente, la complejidad de los proyectos es suficiente como para que tu contrato acabe antes de que puedas acabar la batalla. Por tanto, tu hoja de servicio podrá estar muy manchada de sangre, pero mostrará bien pocas victorias. Al final, solo las batallas ganadas te servirán para ganar medallas y quizás poder elegir (pocos afortunados lo logran, pasando al Estado Mayor). La falta de tiempo no te dejará conocer en profundidad al enemigo al que te enfrentas y por tanto no lo podrás atacar desde todos los frentes posibles. Si tenes suerte, y te contrata un país con pasta, a fuerza de bomba nuclear quizás ganes la contienda, pero seguirás sin conocer de verdad a tu enemigo. Pronto abandonarás esa guerra para partirte la cara en otra, y a lo que estés en condiciones de enfrentarte a tu nuevo enemigo se habrá pasado de nuevo la mitad de tu contrato. Un día verás que eres ya viejo para ir de guerra en guerra arrastrándote por trincheras con diferente barro, y la falta de un hogar te desmotivará para seguir peleando. Bajarás las armas y levantarás las manos, te darás cuenta de que has luchado en muchas batallas, salido victorioso de muy pocas, pero jamás ganado una guerra.
No sé si la ciencia avanzaría mas o menos sin usar mercenarios, pero la cuestión es:
¿Estás tú dispuesto a ser un Mercenario?
Si te consideras Mercenario, haz un comentario...
¡y si no también, coñe!
ACTUALIZACIÓN: Post en Menéame, por si a alguien le apetece votarlo pinchando aquí.
Pedazo de post, hamijo, y que uso de la terminología militar más apropiado.
ResponderEliminarY que política/científicamente incorrecto es, cuando lo que gusta escuchar al Estado Mayor es que te encanta el problema biológico/enemigo al que te enfrentas, y que desde tu primer chupete deseabas desentrañar los misterios de la chipiriflautización proteica en el coñosoma.
Sí tío. Lo que yo te diga. Ya no me acordaba de como era eso de escribir cartas de presentación. Y cuando ya había mandado unas cuantas, mi teutón jefe lee una, que no sé si me pidió por curiosidad o por pena y a los 10 minutos vuelve con todo tachado diciéndome que donde voy con eso. QUE NO ME SE VENDER. La rehíce como me aconsejó y llegue a esta conclusión: Si te gustan más los tomates que las rosas te será casi imposible hacer "Application letter" cubriéndote de flowers. Que mal te venderás!
Eliminary como te sugirio?
Eliminarsoy estudiante y aun no se de eso de ser o no mercenaria
saludos!
Cuestión de cine y lectura de novela, prensa e historia. Hay mucha información ahí fuera que puede ser utilizada. ;-)
EliminarEl camino del postdoc es largo, arduo y dificil. No te puedes poner al día en un tema de investigación y en los métodos de investigación de un labo, por mucho doctor que sea sea, en menos de un año. Así que para hacer algo el postdoc tiene que ser al menos de tres. Y eso dejándote los cuernos.
ResponderEliminarSí, es una putada. Hay un montón de gente ahí fuera en ese plan, hay gente que lo lleva muy mal y otros que lo llevan muy bien. No todo el mundo está preparado para una vida de mercenario o de misionero, que es lo que parece que hay que ser si te consideras científico.
Gracias por el meneo inicial eulez. Creo que eres el primero que me menea un post (y vale de pensar guarradas!). Ese es el punto, aquí para ser científico, hay que hacer algunas cosas insólitas que alguien se inventó en su día y que hoy no tienen razón aparente mas que joder al soldao de a pié. Pero mira si quieres juegas (y que te den por el c*) y si no, que te den por el c* igualmente, pupulacho, chusma...
EliminarEs que lo de los proyectos científicos no tienen ningún sentido ni en el extranjero ni aquí ni en ningún lugar del multiverso; ya lo habéis dicho, el tiempazo que hace falta para poner a punto cualquier parida, y se te vuela el proyecto.
ResponderEliminarEstá bien que se diga todo esto, porque yo personalmente estoy hasta las pelotas de que el no querer irse fuera se considere que es no querer trabajar de esto lo bastante en serio, como si para todo el mundo fuese igual de fácil abandonar tu patria, familia, y un largo etcétera. En plan "ah, qué comodón, no se quiere ir fuera, le tira demasiado el sol, el jamón y la tortilla de la mami". Pues aparte de que me parecen motivos bien dignos, puede haber chorrocientos más, el primero de ellos a lo mejor ser un idealista y querer que en tu país haya carrera científica y predicar con el ejemplo haciendo carrerón sin necesidad de emigrar.
O que no te salga de los huevos, que como digo también es un motivo, faltaría más.
Jefe usted ya me conoce... a mi el idealismo me lo han partido a ostias. Quizá no lo blindé bastante. No leí tantos cómics en la infancia como debería haber hecho, de hecho no leí ninguno. De cualquier manera, la situación la que estamos ahora me recuerda a las historias de mis tíos que emigraron a Francia y Alemania durante unos años. Las vieron muy putas unos meses, pero los que se quedaron pasaron hambre muchos años. Descorazonador el arcano augurio.
EliminarVIVA EL POSITIVISMO VIVA!!!
Vaya, yo que me esperaba algo para subir la moral y resulta que el postdoc va a ser lo peorérrimo del mundo...
ResponderEliminarBueno, pues se presenta el cadete Copépodo, con su recién adquirido carnet de mercenario entre los dientes. No espero ganar guerras ni batallas. No espero llegar a alférez. No me meto engañado con falsos sueños de grandeza, publicaciones en Nature y cosas por el estilo. He visto ya caer a mucha gene por el camino, a gente que era mucho mejor que yo y cuyo esfuerzo y talento y esfuerzo no se vio recompensado con justicia. Yo lo que espero, ingenuamente, es tener el plato de rancho durante los años que me toquen, mientras pueda y mientras disfrute del oficio. Ya os iré contando desde la trinchera.
De todas formas, como ya dejé caer en su momento en otro post del estilo, creo que hay que tener en mente que podemos ser felices y realizarnos si eventualmente, acabamos trabajando en otra cosa. La investigación es un poco "torre de marfil" y no hay que tenerle miedo al exterior, si el destino acaba llevándonos fuera.
"desentrañar los misterios de la chipiriflautización proteica en el coñosoma" Eso me ha encantado, Devils
A ver, la mayoría de los que nos olíamos el percal, ya nos fuimos a por el rancho pensando como tú Copépodo. Teniendo en mente lo de la felicidad y la realización mientras se pueda. Pero coño, no neguemos que, después de tanto esfuerzo, no solo nuestro, sino de nuestros padres y de ciertos sectores de la sociedad, en una puta miseria para todos los implicados.
EliminarCreo que voy camino de Mercenaria...
ResponderEliminarEstoy pendiente de ver si el Ministerio me concede la FPU (si no empezaré otra carrera, porque tampoco tengo curro: justo por priorizar la tesis :P). Y luego... a la rueda, hasta que llegue el momento de colgar la bata porque no se pueda más o por lo que sea.
De momento he defendido el máster en una materia que no me interesaba especialmente (elegí mal, aunque reconozco que al final me ha gustado, y he decidido dedicarme a la investigación aunque cambiando de tema...), pero tampoco me quejo: cambié de planes radicalmente en una semana, cambié de irme a Roma a estudiar teología a quedarme en España a hacer un máster... Estando fuera de plazo de admisión ya tuve suerte de entrar en un máster (luego resulta que era la única alumna de mi universidad así que..., ejem ejem): ¡a ver en qué acaba esta aventura mercenaria!
Mucha suerte Banchsinger!!!!
Te recomiendo que te compres un cuchillo cojonudo, un paracaídas de los buenos, no de Decatlón y un buen chaleco antibalas. Ah y barritas energéticas. Congélalas para cuando dejes de tener la fuerza de la juventú, que en saltar la trentena se empieza a flaquear.
EliminarEs que es eso, lo ideal sería aspirar a plazas fijas, con posibilidad de trasladarte cada ciertos años de una unidad a otra del organismo contratante, de modo que aunque no vayas a hacer vida en una disciplina, por lo menos no tengas la inquietud periódica de ¿podré seguir comiendo/pagando la hipoteca dentro de tres años? En ningún trabajo "de alto standing" se pide el sacrificio de pasarte media vida laboral sin estabilidad, para encima estar cobrando cuatro duros.
ResponderEliminarEn fin, me callo ya, que nos deprimimos, y siempre hay que intentar verle el lado positivo a la vida (como diría el amigo Bryan)
Buen post ;)
Pablunchu, por supuesto que es un problema bien gordo eso de la inquietud periódica. Pero No obstante, si tu vida científica no se centra en una disciplina o áreas muy cercanas, acabarás siendo, como ya he dicho, aprendiz de todo y maestro de nada. Ah, y esto no es una trabajo de "alto standing", cuando has visto tú un mercenario de "alto standing". Solo hay que evaluar las pruebas que tú mismo pones.
EliminarY tomando tu ejemplo casi mas valía que nos callásemos, llevamos una racha de post que pueden tener mucha razón y tal, pero inducen al suicidio. Cúrate algo positivo y tronchante compañero antes de que este blog sea llevao a la ruina del pesimismo por tu mentor y servidor.
Genial reflexión aunque triste conclusión la que se puede sacar de tus palabras Banchsinger. Estoy con el Dr. Litos en intentar quedarme en la tierra para luchar por una carrera científica sin salir de nuestro país, pero por desgracia no es nada fácil y lo más posible es que tengamos que migrar aunque solo sea unos años. Ahora bien, si me voy y me va bien, no me cortaré en quedarme para siempre.
ResponderEliminarEn la empresa privada me dijo un compañero... los que nos venimos al sector privado... nos convertimos en prostitutos de la ciencia. Total, ¿Que o somos mercenarios o somos prostitutos...? en fin, seguiremos luchando por lo justo y con paciencia. Te deseo lo mejor Banchsinger.
Prostituta, mercenario... queda algún otro oficio superlativamente chungo y desagradecido al que se pueda comparar la vida de un científico del montón? (Que conste la consciencia de que tal comparación es una exageración, quizá de no mucho gusto. No me quiero ni imaginar lo que tienen que pasar aquellos que por desgracia o elección propia, son mercenarios o se prostituyen. Pero sirva la exageración a la reivindicación).
EliminarHola!! he pasado por aqui y me ha gustado mucho tu blog, asi que me quedo!! tienes
ResponderEliminaruna seguidora más.
Pasate por el mio, tu y tu blog quedais oficialmete invitados XD
Un beso!
Hola Colas de Sirena, Me alegra que te haya gustado el blog. Pero no es mío, en realidad es de Dr. Litos. Pablunchu y yo solo somos redactores de cuando en cuando. En fin te esperamos por aquí cuando quieras, las nuevas contribuciones siempre son bienvenidas.
Eliminarcomo pone mas abajo: "Ciencia es aquello sobre lo cual cabe siempre discusión"... Ortega y Gasset.
Un saludo
Siguiendo con los símiles usados por banschinger en el post, yo estoy a punto de convertirme en un mercenario de la ciencia. O peor aún, voy a dejar de ser piloto de cazas para dedicarme a pilotar aviones comerciales o avionetas.
ResponderEliminarSaludos.
Bueno, creo que los pilotos comerciales cobran bastante bien... ya lo de las avionetas no lo se. De cualquier manera, mucha suerte y no te estrelles eh?!
EliminarTiene usted más razón que un santo. Cuando has estado de mierda hasta el cuello, conoces el terreno como la palma de tu mano, cuando has defendido la plaza contra departamentos prepotentes ansiosos de recursos, entonces te dan una palmada en la espalda y te comentan : "Tiene usted mucha experiencia en el campo de batalla, pero es usted guerrero viejo"
ResponderEliminarRecuerdo que mi sargento me dijo : "Este sistema tiene grandes fallos, cuando has curtido y has enseñado lo suficiente a un becario para que las tareas del departamento le salgan automáticas, hayas creado un grupo de trabajo responsable y consolidado, en ese momento llega el General y reformula y los echa a todos a otros ejércitos donde proveerse las habichuelas..."
A mi, esta pataleta ya me llegó el año pasado, y si, mi símil fue exactamente el mismo.
y otra cosa :
ResponderEliminar"Yo... he visto cosas que vosotros no creeríais: Atacar naves en llamas más allá de Orión. He visto rayos C brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán... en el tiempo... como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir"
El final de una Posdoc en el fondo para muchos, lamentablemente, se convierte en la muerte del replicante...
Mítica cita, sí señora. No describe nada mal la situación. Espero que si es de tu gusto, a menos, hayas encontrado equipo en el que servir. Como dice el Copépodo, se trata de no ser del todo fatalista e intentar ser feliz haciendo lo que te gusta el mayor tiempo posible.
Eliminarun saludo
Todos los comentarios conducen a la misma conclusión, (que pienso debería ser el punto de partida) y es que esto es España, ¡¡c_ñ_ !! país de charanga y pandereta y del que inventen ellos, a cualquiera que le preguntes si conoce algún científico español, te dirá que Flipy en "El Hormiguero". No hay más que ver cuando vino el nuevo Al Capone ese, a montar los Casinos, que a todos los políticos se les hacía la boca agua, (soñando con la mordida, claro), si llega a ser algo para investigación, se va por donde ha venido rapidito, y encima se le hubieran reido en su cara. A pesar de todo esto, pienso que no hay que tirar la toalla y seguir siempre luchando por lo que uno sabe, quiere, y que además considera que es justo. Además la inteligencia siempre acaba venciendo a la ignorancia.
ResponderEliminarPues eso Fer. Aunque discrepo en eso de que "Además la inteligencia siempre acaba venciendo a la ignorancia". La Historia es implacable, demuestra que la ignorancia siempre vuelve con más fuerza. Ya lo dijo Einstein: "Solo hay dos cosas infinitas: el universo y la estupidez humana. Y no estoy tan seguro de la primera". Y el Infinito es muy grande.
EliminarUn saludo
Si, pero mira Einstein, Max Planck, Lise Meitner, Boltzmann, Ehrenfest, Nernst, Max Von Laue, y todos los científicos de esa época que sufrieron las dos guerras mundiales, además de problemas muy gordos a nivel personal y laboral y la cantidad de cosas que descubrieron. No tenían internet, pero se carteaban entre ellos y hacían reuniones para intercambiar datos, y también tuvieron que cambiar muy a menudo de residencia. Ellos triunfaron, ahora los admiramos, a los políticos de sus épocas no. Tal vez la precariedad, el sufrimiento y el nomadismo, deben ir implícitos en la labor científica, porque si no es así, no lo entiendo, pero la pena, es que este siglo, no es el siglo XXI ni la Europa que nos vendieron. Pero arrieros somos. Por eso siempre diré que lo último que hay que hacer, es morirse, pero tirar la toalla, nunca. Animo y un abrazo.
EliminarEso mismo diría mi viejo. Gran lección en la que no solemos caer los que nacimos entre algodones.
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