domingo, 31 de marzo de 2013

Spiderman y Batman, de la viñeta al ecosistema

Amigos, hoy es un día mágico. Tras años de debate interior y décadas de recapacitar acerca de cuál era mi personaje de tebeos favorito de todos los tiempos, la respuesta ha llegado de la forma más inesperada, encarnada en un trabajo científico de reciente publicación. En realidad esta pregunta que me ha atormentado desde la tierna infancia estuvo siempre respondida, en mi interior lo sabía: pero el conocer este dato biológico incontestable no ha hecho sino confirmar lo que nunca pude reconocer abiertamente. Por mucho que me encanten ambos personajes, por muy bien concebidos que están y por muchísimos años de inconmensurable disfrute que ambos me han hecho pasar, finalmente Spiderman supera a Batman. Y semejante afirmación merece una explicación detallada.

Pocas son las ocasiones en que ambos personajes, estandartes de editoriales rivales, se han cruzado; en este ejemplo pudimos comprobar que Mark Bagley pese a haber conseguido crear un Spidey muy personal y carismático, no se apañaba tan bien con el amigo Batman al que podemos ver en la imagen haciendo pucheros.

Apenas recuerdo el primer cómic de cada uno de estos personajes que cayó en mis manos. Haciendo un esfuerzo, creo que mi primer Spiderman fue un tebeo de la era Vértice, de esos que fusilaban la continuidad y calidad artística de los originales americanos con total impunidad (aunque creo que no tan groseramente como en la época de Bruguera). No sabría decir cuál en concreto, pero mis primeros recuerdos son uno en blanco y negro donde Spidey se enfrentaba al hombre de arena (de la época Ditko, nada menos) y otro en color donde aparecían Carroña y Daredevil. Para que el lector se haga una idea de cuán joven era yo, recuerdo no saber leer y mirar las viñetas embobado, preguntándome cómo narices hacía Spiderman para hablar si no tenía boca. Era algo que me escamaba mucho, y durante largo tiempo pensé que Spiderman era mudo, lo cual lo hacía aún más enigmático que el hecho de que fuese un adolescente que trepaba paredes en mallas. En cuanto a Batman, también recuerdo ser tan joven como para no distinguir cuál fue la primera aventura. Me suena vagamente ojear con horror un número donde el Caballero Oscuro era transformado en vampiro, lo cual hacía aún más misterioso y sobrecogedor aquel personaje envuelto en una oscura y amenazadora capa con forma de murciélago.

Internet es maravilloso: esta es la portada del mencionado número de Vértice que incluía el enfrentamiento con el Hombre de Arena (mi ejemplar está tan deslavazado que encontrarlo rápidamente y escanearlo hubiese sido una ardua tarea) (fuente).

De nuevo alucino: esta es la portada de aquel primer tebeo que incluso me daba miedito. No me diréis que el dibujo de Gene Colan no es impresionante (fuente)


Ambos personajes desde el principio me parecían mágicos a su modo, y desde el primer contacto con ellos la fascinación estaba imbuida de diferentes sensaciones: un asombro desmedido por las habilidades y aventuras de Spiderman, pobladas de variopintos secundarios, y un sobrecogedor respeto hacia el misterioso hombre disfrazado de murciélago, de tono sombrío y terrorífico pero a su vez de intenciones tan nobles como las del simpático arácnido. A partir de aquí, siempre existió en mi afición por los tebeos esta dualidad que se acrecentaba con los años, pues donde las aventuras de Spiderman me identificaban con un joven casi más sobrepasado por las circunstancias cotidianas de su vida que por las más peligrosas aventuras, las de Batman me metían de lleno en un mundo de detectives de la mano de un hombre con afán de superación capaz de transformar su imagen en un justiciero envuelto en las sombras de la noche. Y aunque los sentimientos que despertaban unas u otras historias fuesen tan distintas, finalmente nunca era capaz de decir cuáles me gustaban más, ni qué superhéroe era mi ídolo definitivo. Para colmo, estéticamente ambos héroes ofrecían  a su modo un espectáculo fantástico: las acrobacias de Spidey envuelto en sus telarañas, con la araña en el pecho y las redes cubriendo su torso y máscara, eran deslumbrantes; pero la figura fantasmagórica de Batman encaramado a una de las gárgolas de Gotham City, envuelto en la oscura capa de extremo rasgado o la forma en que desplegaba ésta como si un auténtico murciélago humano se tratase, rematado por las demoníacas y puntiagudas orejas, es algo que aún hoy me parece estéticamente sublime.


Algunas de las más icónicas imágenes de Spiderman y Batman, donde se identifican en gran medida con sus animales totémicos. Todd MacFarlane y  Norm Breyfogle fueron algunos de los artistas cuya representación de ambos héroes más me impactó en su momento (eran los años 90, qué tiempos) (fuente y fuente)


La calidad de las historietas tampoco ayudó nunca a desempatar. Por cada aventura de Spiderman en la que me desternillaba con las ocurrencias del arácnido personaje en las más precarias y peligrosas situaciones, encontraba una de Batman en la que el corazón se me encogía por la gravedad y seriedad de los retos  a que se enfrentaba el justiciero de Gotham. Historias como las sagas Batman: the  Cult, Justicia Ciega o cualquier entrega de la colección Leyendas de Batman en su primera etapa llegaban a quitarme el sueño (pocas lo hicieron tanto como la tétrica Broma Asesina parida por el genio Alan Moore e ilustrada por Brian Bolland de forma tan realista que no invitaba sino a las pesadillas). Entonces pensaba "Batman es el más grande"; pero entonces llegaban sagas arácnidas bien serias, como la de la muerte de Jean DeWolff o la inquietante saga del traje alienígena, y de nuevo el marcador parecía equilibrarse.

Pero lo que nunca imaginé, como decía al principio, es que la batalla fuera a decidirse en el mundo real, y más concretamente, en el reino animal. Cabe decir que los animales representados por cada personaje - araña y murciélago - se contaron siempre entre mis preferidos (difícil, por no decir imposible, saber si fue debido a la pasión tebeística, o viceversa). Una araña cualquiera con sus articuladas patas extendidas me parece una imagen bellísima, pero no lo es menos la silueta de un murciélago con sus alas extendidas recortadas contra la luna llena. Son imágenes sugerentes que han dado lugar a todo tipo de imaginería cultural, de la cual los personajes del cómic que centran este artículo son un perfecto ejemplo. Dilucidar si esa capacidad para impactar a nuestra conciencia tiene relación con algún tipo de memoria genética de nuestra especie, es algo que se me escapa; pero recordemos que no pocas culturas han utilizado estos animales como representaciones totémicas de sus deidades, costumbre de la que los modernos tebeos e historietas son claramente herederos de alguna manera.
Aun pertenecientes al mismo Reino dentro de la clasificación biológica de los organismos (Metazoos, coloquialmente conocidos como "animales"), la araña y el murciélago son tan diferentes como el grupo taxonómico al que pertenecen. Tanto como que uno es un invertebrado (el grupo más general, denominado filo, sería Arthropoda) y el otro un vertebrado (filo Chordata), mamífero para más señas. Millones de años de evolución separan sus orígenes, pero los representantes actuales de estos grupos comparten hábitat tan a menudo como para haber desarrollado relaciones de depredador-presa entre ellos. Y aquí viene la sorpresa: todos tenemos la imagen mental de los murciélagos surcando el cielo nocturno y alimentándose de insectos o arácnidos, pero ¿acaso podría una araña llegar a capturar un murciélago?

Pues precisamente esto es lo que presenta el artículo publicado el año pasado en PLoS One (Ref. 1), donde unos investigadores decidieron intentar responder a la cuestión de si los pocos casos documentados de arañas capaces de devorar murciélagos se debían a actos deliberados de depredación. La idea generalizada era que ciertas especies de arañas de las que fabrican grandes telas podían atrapar ocasionalmente algún murciélago despistado, el cual moriría fatigado y hambriento al quedar atrapado y sería posteriormente degustado por el arácnido. Pero tras una ardua y exhaustiva búsqueda bibliográfica, incluyendo un rastreo exhaustivo de la blogosfera científica en búsqueda de casos documentados por aficionados y científicos fuera de los círculos habituales, llegaron a recopilar más de 50 casos dispersos por todo el globo donde fehacientemente se ha documentado a arañas capturando en sus redes y devorando vivos a murciélagos. Incluso en algunos casos, se trataba de especies de arañas que no tejen redes, y que directamente se lanzaban a la caza y captura de estos desdichados alados. Ciertamente el mundo de los animales está lleno de sorpresas, no sólo por la increíble diversidad que nos ofrece (¿podéis pensar dos animales más distintos que una araña y un murciélago? Pues seguro que los hay) sino por las inesperadas relaciones entre ellos, dentro de un mismo ecosistema.

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Aquí se puede apreciar la masacre del mundo arácnido a los pobres murciélagos. Variedad de familias de arañas además dispersas por todos los lugares del globo. Para más detalles, consultar el artículo original de donde procede esta imagen (Ref. 1)

El paralelismo con el símil tebeístico es evidente: por muy imponente que resulte la figura del siniestro murciélago desplegando toda su envergadura alar, la esbelta araña de múltiples patas y pulida técnica tejedora - dotada de ese arma biológica impresionante que es la telaraña - es capaz de enfrentarse a él y superarlo con creces. Esta es la razón por la cual siempre en el fondo nuestro amigo y vecino Spiderman conquista nuestros corazones: al fin y al cabo, pese a estar dotado de las fantásticas habilidades de estos pequeños organismos, la grandeza de Peter Parker reside en realidad en los pequeños detalles que precisamente lo hacen más humano que todos los demás superhéroes jamás inventados. La responsabilidad, el sentido del deber, el tesón y el buen humor con que se enfrenta a sus retos nos hacen olvidar que está dotado de poderes sobrehumanos. Nos impresiona más que se vea atribulado por no llegar a fin de mes o por haber disgustado a su débil tía May, que descubrir cómo el millonario huérfano Bruce Wayne es capaz de desmantelar toda una trama criminal en base a sus capacidades deductivas y la tecnología más avanzada. Es una sensación´n parecida  a la sorpresa que se siente al descubrir que estos pequeños seres, de frágil exoesqueleto y primitivo sistema nervioso, son capaces de engañar, capturar y devorar a los avanzados vertebrados capaces de surcar los cielos alimentándose de otros tantos invertebrados.

Al parecer, la biología responde a la duda comiquera. Pero no descarto, como aficionado que sigo siendo al maravilloso mundo del cómic y al género superheroico, que una nueva etapa de lectura haga inclinarse la balanza de nuevo hacia el épico Caballero Oscuro. El tiempo lo dirá. Por lo pronto y como atestiguan otras manifestaciones en este mismo blog, sigo teniendo al trepamuros como mi más adorado héroe, independientemente de cómo de voraces y poderosas sean sus congéneres en la naturaleza.
Reciclando material: este dibujo ya lo presentamos en este post. No están los tiempos para derrochar con dibujos nuevos.

Terminemos el post, no obstante, con una nota a favor de los murciélagos, pues una especie tan llamativa e interesante no merece ser despreciada. Recordemos otro trabajo publicado en esta misma revista (Ref. 2) donde se nos mostró una particularidad de los murciélagos que seguramente constituye la envidia de muchos del resto de individuos del reino animal.

Y por favor, absténganse de llevar este último dato a un paralelismo de tebeo. Que ya bastante ha tenido que aguantar el pobre Batman al respecto de su sospechosa relación con jovencitos en pantalón corto.


Referencias:

1. Nyffeler M, Knörnschild M (2013) Bat Predation by Spiders. PLoS ONE 8(3): e58120. doi:10.1371/journal.pone.0058120

2. Tan M, Jones G, Zhu G, Ye J, Hong T, et al. (2009) Fellatio by Fruit Bats Prolongs Copulation Time. PLoS ONE 4(10): e7595. doi:10.1371/journal.pone.0007595

Agradecimientos: @copepodo y @ricardogyayo por enlazarme ambas referencias (en el primer caso, por descubrirme el trabajo, directamente)

Este post participa en la XXII edición del Carnaval de Biología, con el tema propuesto “Animales”, que hospeda@CEAmbiental en su blog Consultoría y Educación Ambiental

Logo del "Biocarnaval" con la leyenda de "XXII Edición" añadida.

9 comentarios:

  1. Gran descubrimiento el del artículo y gracias a copepodo por darlo a conocer. Es impresionante como las técnicas de supervivencia de algunos animales nos dejan desarmados y con la boca abierta. Aunque no dudo que la primera vez que una araña cazó un murciélago, pondría la misma cara que quien se encuentra un todo terreno empotrado en la pared de su salón.

    Sin embargo no entiendo las dudas que tienes desde pequeño. Batman es un ricachón con muchos juguetes y mucho tiempo libre de ... no hacer nada mas que matarse en el gimnasio. Mola, si... pero nada que ver con trepar por las paredes y el sentido arácnido de Spiderman... donde va a parar.

    Buena entrada compañero, creo que has tomado la decisión acertada... tarde... pero acertada jejeje.

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    1. Amigo, tus comentarios siempre aportan mucho: la metáfora del todoterreno es para enmarcarla vamos.

      Y la definición de Batman... ains, me duele pero a veces es lo que parece, sí.

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  2. Me ha gustado mucho este post, y entiendo un poco tus dudas entre Batman y Spiderman, aunque yo siempre, siempre, siempre he sido de Spiderman. Los dos personajes resutlan interesantes por muchas cosas pero el aire de medio genio, la competencia en física y química y que se las apaña él solito, me parecen inigualables. Nunca se me olvidará que incluso cuando se lió todo con el clon y la crisis de identidad yo era la única de mis amigos comiqueros que era fiel a Spiderman (mientras los demás le abandonaban y se iba a cosas más fáciles de entender como el Manga barato) --era la única chica y además la única que defendía a Spiderman en mi grupo de parroquianos de la librería Arte 9 de Manuel Becerra en Madrid (http://arte9cruz.com/). Pero a mí me parecía lo más obvio y sensible del mundo tener dudas de identidad...Nunca he aceptado que eso fuera de freakies :P

    Por otra parte, me ha gustado mucho leer que de pequeño te llamó la atención la capacidad de hablar con la boca tapada por la malla que tenia Spidey...¡A mí me pasaba lo mismo!, y eso que yo ya sabía leer cuando le conocí, pero saber leer no te asegura entender.

    Me ha gustado mucho el paper de Nyffeler y Knörnschild en PlOS, aunque no me sorprende de una raña. Sin embargo sí me sorprendió en su día los murciélagos del SW de la Península que comen paseriformes migratorios! recomiendo este paper de García-Popa et al (2006) en la misma revista (http://www.plosone.org/article/info%3Adoi%2F10.1371%2Fjournal.pone.0000205) Además fue compi de promoción hace...muchos años!

    En definitiva, me ha gustado mucho este post y creo que es candidato ganador del Bio-Carnaval...gracias por escribirlo y suerte!!

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    1. Vaya, esperaba que la gente comentase respecto a los superhéroes o respecto a los bichos, pero este comentario supera todas mis expectativas añadiendo matices a ambos temas! Muchas gracias por aportar tu experiencia personal comiquera, qué caña esto de internet. Respecto al artículo que mencionas, es perfecto para una segunda entrega, murciélagos comiéndose lindos pajaritos. Hay tema.

      Me alegro mucho de que te haya gustado el post, pero bueno de ahí a ganar... de hecho no sabía ni que había premios en esta edición!

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  3. Hombre, para gustos colores. Yo no he sido aún tan radical como para decidirme por uno de ellos. No obstante puestos a elegir, siempre he pensado que Batman o Ironman tienen un perfil mucho mas realista o, si queremos, sensato a la hora de enfrentar al crimen. No solo a lo que a habilidades superheróicas se refiere, solo con buena forma física y con adecuada y no tan increíble tecnología. Aúnan también caracteres, diferentes por supuesto (el mas oscuro y serio de Bruce o el mas jovial, sarcástico y tocapelonas de Stark), con inteligencia pero también una madurez y experiencia traídas por la edad. Me dan más confianza que un adolescente hormonando desbocadamante al que una extraña recombinación genética lo dota de un enorme poder, por muy inteligente y científico que este sea.
    En fin, como ya he dicho para gustos licores...

    Un saludo

    banchsinger

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    1. Hombre compañero, menos mal que alguien rompe una lanza por el murcielaguete. Yo me sigo quedando con el amigo Parker, porque los otros además de todo tienen una dosis de neuras bastante seria, eso hay que tenerlo en cuenta.

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  4. más a mi favor... el que no tenga neuras, que tire la primera telaraña... las neuras (mas lastre y mas gloria) suelen venir con la experiencia... como va a tener neuras una araña puber...jajajaja


    banchsinger

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  5. La verdad que ambos bichos son muy peculiares y dignos de estudio. Y los personajes de cómic más todavía. Tiene más detractores Batman, por el hecho de no tener super-poderes, ser rico con mayordomo, ir de amargado, de serio y de perdonavidas con Robin, (por no hablar del estrafalario carro que se gasta) etc... En cambio Spiderman es más cercano, humilde y el lector se identifica antes con él, ahí reside el truco. Me ha gustado mucho y con los comentarios de la peña me he partido de risa. Bueno, voy ya a demostrar que no soy un robot, que a veces me cuesta tela jaja.

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  6. Y una cosa más que se me olvidaba poner: Que donde estén Mortadelo y Filemón, que se quiten todos estos trepas. Esos si que tienen poderes, traumas y de todo y lo demás a su lado son cuentos frikis, jajajaja.

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