Cinco años de blog y la biblioteca de los posts soñados

Existe un lugar en el reino de Sueño donde se guardan aquellos libros que no han sido escritos todavía. Aquellos que sólo aparecen en los sueños y en la imaginación de sus autores. Sólo algunos de ellos llegarán a convertirse en auténticos libros, cuando las mentes que los idearon encuentren la manera de plasmarlos en palabras dentro del mundo real, momento en el cual desaparecerán de esa fantástica biblioteca en la que volúmenes y más volúmenes guardan los anhelos, fantasías y sueños de tantas personas. 

 
 

Esta fantástica idea nacida de la imaginativa mente de Neil Gaiman, creador de la saga de cómics The Sandman - en la que se describe tan fantástico lugar – es perfectamente aplicable al mundo del bloguerismo. Es fácil imaginar una inmensa biblioteca donde millones y millones de borradores de posts aguardan a ser publicados, hasta que sus creadores tengan el tiempo o las ganas de sentarse frente al teclado para dar forma a esa idea loca, esa segunda parte de una entrada ya publicada, o a esa reflexión que acudió a su cabeza en pleno trayecto del metro y que no encontró el momento de retomar para tomar unas anotaciones que pudieran convertirla en una auténtica entrada.

Imaginad la cantidad de posts que pueden llenar esta biblioteca a lo largo de cinco años. Cinco años como los que se cumplen hoy desde que empezase este increíble experimento llamado ¡Jindetrés, sal! Pues bien, ha llegado el momento de homenajear a todas esas ideas que de una manera u otra han terminado formando parte de esta imaginaria biblioteca. Mi forma de celebrar este cumpleblog va a ser repasar esas historias, por si jamás llegan a salir de la biblioteca. Servirá para hacer balance de temas a medias, y para imaginar cómo podrían haber sido algunos posts que tal vez nunca me decida a escribir. Quizás también pueda servir para para que me motive y ponga manos a la obra con temas que no me inspiran ahora como cuando los imaginé por vez primera. En cualquier caso, espero que a los más veteranos conocedores del blog les resulte un experimento curioso, y a los más nuevos, para despertar su curiosidad. Os invito a todos a visitar… 

...la biblioteca de los posts soñados.

 

I. Los Inconclusos

En esta primera gran ala de la biblioteca se alojan todos aquellos posts serializados pendientes de alguna entrega por publicar. Se organiza en dos estanterías principales:

- Las Series Incompletas: ideas que podrían desarrollarse en muchas etapas, o que sirven para hablar a su vez de temas que se ramifican y sobre los que me apetece extenderme, suelen dar lugar a series episódicas con un número de entregas más o menos indeterminado. A menudo esto sirve para evitar hacer posts extremadamente largos, y los habituales estarán temblando porque ya saben que mis posts… SON LARGOS. En este momento hay varias series empezadas, algunas de las cuales a falta de pocas entregas (Diario de un curso de experimentación animal, Ensayo sobre la piscina) y otras con algunas más en el candelero (Memorias de laboratorio). El problema reside en que si se pasa "el momento" de alguna de estas series, cada vez es más difícil retomarlas, con sucede con el diario del curso, por ejemplo. Digamos que la posibilidad de concluir una serie disminuye de forma directamente proporcional al tiempo pasado desde la publicación de la primera entrega. Toma ya. 

En algún lugar de esta estantería podría llegar a encontrarse también una entrega de una saga no-oficial. Se trata de un post que llevo pensando desde hace casi un año, cuya estructura, imágenes y redacción he repasado una y otra vez pero que debido a la necesidad de documentarme científicamente en el tema que aborda, voy retrasando el ponerme con ello. Se trata nada más y nada menos que de un nuevo post de temática fecal, cuyo título podría ser Por qué ya no me gusta la mostaza “a la antigua” y que supondría el broche final a la que podríamos denominar “Trilogía de la Caca” completada por ¡No puedo creer que no sea... caca! y El extraordinario caso del chapapote en el pañal.

- Las Sagas Iniciadas: en este momento sólo una saga publicada por entregas ha sido publicada en su totalidad: Batablanca. Desde entonces, en lugar de centrarme en una nueva aventura, he ido lanzándome a la piscina y empezando una tras otra, quedando así tres historias largas diferentes a medio publicarse:

Crónicas del Reino de Sal: esta historia es la más rumiada, requetepensada y elaborada de todas. Sé cómo termina esta historia, qué giros dramáticos la van a conducir, qué arcos argumentales siguen sus protagonistas principales e incluso qué aventuras concretas o anécdotas van a dominar algunos de sus capítulos. Normalmente, sólo tendría que sentarme a escribir capítulo tras capítulo para que todo siguiera su curso, pero decidí tomarme esta historia más en serio que ninguna otra y cada entrega ocupa una cantidad de tiempo en su elaboración y relectura, que ahora mismo sólo tengo escrita un nuevo episodio, que leo y releo y no me decido a lanzar. Una lástima, porque os digo yo que el final de la historia es realmente espectacular. Y os lo digo así de claro por si nunca la termino de escribir, curarme en salud, obviamente.

En bata de guerra: en realidad esta saga estaba condenada a quedar inconclusa, pues empezó un poco como una historia de broma y poco a poco fue adquiriendo un tinte de los más surrealista. A partir de la tercera entrega, se convirtió en una historia de ciencia ficción y humor con ramificaciones increíbles, en la que convencí a la compañera bloguera Daurmith para que participase en un elaborado crossover, de modo que la historia continúa narrando hechos en paralelo en este blog y en GeneSys, Unlimited. Ambos gastamos una buena cantidad de mails discutiendo el devenir de la trama y la forma en que ambas historias se entrecruzaban, un experimento narrativo de lo más estimulante que ojalá, de verdad, podamos terminar (o al menos ampliar un poco) algún día. 

Disturbios celulares: esta nueva serie protagonizada por el héroe Batablanca, años antes de convertirse en el investigador celular que todos conocemos, comenzó como un nuevo experimento narrativo: mi intención era escribir entregas cortas y no muy meditadas, para poder publicar a un ritmo más rápido y comprobar por dónde marchaba la historia de forma espontánea. La cosa empezó bien, y a fecha de hoy no tengo grandes planes trazados en cuanto a toda la trama, pero ha pasado mucho tiempo y el experimento ha perdido su espontaneidad inicial. De todos modos sigue siendo una historia fácil de retomar, así que no descarto ponerme en serio y tal vez acabarla de forma no muy extensa. Veremos.

Y hasta aquí dejamos las series de posts, aunque podría mencionar muchas más, pues temáticas compartidas y continuaciones espirituales ha habido muchas y siempre se me ocurren nuevas ampliaciones, pero tampoco es plan. Pasemos a la siguiente ala de la biblioteca.

II. Los No Escritos

Esta es la parte más interesante de todo este ladrillo de post, la idea que me movió a contaros todos estos rollos. Rescatar todas esas ideas (o las que consiga recordar) que no sólo han pasado por la posibilidad de convertirse en posts, sino que han llegado a tomar forma muy concreta, llegando en el mejor de los casos a quedar eternamente condenadas a un borrador en alguna parte del universo virtual. 

Por ejemplo, existen en la ya mencionada carpeta "borradores" trazas de párrafos que conforman el núcleo de una reseña de la película La herencia del viento, y que titulé tentativamente como "una batalla contra la ignorancia". Empecé a escribir tras ver la película, y como eran los principios del blog y el tema de Darwin ya me estaba empezando a picar mucho, empecé muy entusiasmado, pero no sé en qué punto perdí la inspiración. Me gustaría terminarlo de verdad, porque la peli es muy buena y poco conocida, merece un post sin duda.

Otro tema recurrente en mis meditaciones y que nunca acaba de tomar forma es una especie de post-pregunta en la línea de la serie Atención, pregunta que podría titularse "¿Somos pedantes?", donde me cuestiono y lanzo al público la reflexión sobre si los científicos o al menos los que intentamos difundir los conocimientos científicos no resultamos a veces algo soberbios, pedantes, cansinos y espantamos más que atraemos el interés de la gente. Esto lo empecé a pensar en los albores de esta historia de bloguerismo, y desde entonces he vivido tantas situaciones, leído tantos posts y conocido tantas anécdotas dentro del mundillo de la divulgación, que se me quitan y me vienen continuamente las ganas de escribir sobre el tema, sin que la balanza se decante. 

Existe también en alguna estantería de la biblioteca un post sobre homeopatía, que había pensado titular "La homeopatía y el valor de la verdad". No me suele gustar tratar estos temas tan polémicos, primero porque no me gusta demasiado discutir y segundo porque ya habla de ello mucha gente, pero al final siempre hay un par de matices que creo pocas veces se comentan y que podrían resultar interesantes de contar, pero como digo, siempre termino por encontrar cosas más estimulantes sobre las que escribir.

Mención especial merece una idea loca de post colaborativo (en la línea del genial Miguelito slasher), también con el amigo Copépodo, la cual no debo mencionar por si conseguimos algún día retomarla; o la cantidad de videos científico-lúdicos que hemos diseñado entre Pablunchu, Lujancio y yo mismo, incluso llegando a rodar algunas tomas para el primero de una serie de Nanometrajes.

Finalmente, hay algunas ideas que me vienen una y otra vez a la mente: una especie de secuela/historia paralela al cuento de ciencia ficción "La luz de un nuevo día"; una surrealista versión de Blancanieves (en plan científico-lúdico, claro); una reseña de la película "Contagio"; nuevas biografías científicas de personajes salidos de trilogías cinéfilas; una historia de desarrollo neuronal contada en primera persona; y un épico post científico-erótico (algo más elaborado que este inocente precedente), narrando en paralelo una fecundación desde dentro... y desde fuera. Pero creo que voy a detener aquí el experimento, para dejar algo de intriga en el ambiente. Porque puede que algunas de estas historias abandonen de una vez por todas la biblioteca, puede que otras jamás lo hagan... pero lo bueno es que continuamente habrá otras nuevas que tomen el relevo. Como me dijo el otro día mi nuevo socio de aventuras, el ínclito Gerardo Sanz: "Ideas todos tenemos muchas... lo importante es ponerlas en práctica". 

Por lo tanto, creo que podemos abandonar la biblioteca con la tranquilidad de haber comprobado que pese a llevar cinco años soltando chorradas, todavía queda cuerda para rato. En este cumpleblog no repasamos número de visitas, de entradas o comentarios, pero creo que con todo lo expuesto queda claro que mi intención es seguir con esta locura hasta el fin de los tiempos. Mientras alguno de los que habéis llegado hasta esta línea sigáis estando ahí, y me consta que estáis (¡gracias!); mientras el compañero infatigable Banchsinger siga contribuyendo como hasta ahora, y mientras las ideas sigan llenando estanterías en la biblioteca de los posts soñados... aquí seguiremos, intentando vaciarla.

Está bien, perdón, ya me callo. 

De verdad.

Todas las imágenes de este post pertenecen a la historia corta El Castillo, escrita por Neil Gaiman e ilustrada por Kevin Nowlan. Las dos últimas imágenes han sido modificadas sin el permiso de los autores.