Tras despedirse del último de sus acompañantes, después de seis horas de carretera, sintió que el acontecimiento había finalizado del todo. Sin embargo, también sintió que probablemente no sería un acontecimiento de los que realmente terminaban, sino más bien sería de aquellos cuyas consecuencias siguen desencadenándose incluso mucho tiempo después de que tengan lugar. Algo había sucedido aquellos dos días, no podía concretarlo bien, pero durante el trayecto que aún le quedaba hasta llegar por fin a casa reflexionó bastante, y comenzó a desarrollar ideas que le rondarían durante los próximos días. Ideas que, probablemente, acabarían plasmadas de algún modo en su blog, aunque no sabía bien ni cuándo ni de qué modo. Mientras lo semáforos se sucedían y cada vez sentía más cerca la calidez del hogar, su mente divagaba...