Another brick in the lab

Hace tiempo que tengo en mi poder unas imágenes curiosas que quería compartir, y por fin he encontrado la ocasión adecuada: nos mudamos de laboratorio. Para los que trabajen en un laboratorio de biología molecular, de química o similar pueden imaginarse el trauma que ésto supone, tanto si lo han experimentado como si no. Recordemos que nuestro trabajo diario incluye apertura de múltiples neveras, congeladores, almacenamiento de cajitas, gradillas llenas de tubitos diminutos, botellines y botellones de reactivos más o menos perniciosos para la salud, ordenadores, dispositivos rarunos, sillas, taburetes, bancadas y armarios llenos de papeles, archivadores, libros y más libros. Vamos, como cualquier trabajo pero con el añadido de la toxicidad y el tamaño de aparatos como ultracentrífugas, agitadores, incubadores o campanas de extracción de gases.

Pues todo eso, toca trasladarlo; y como homenaje al sitio que ha sido mi segundo hogar durante estos dos últimos años, voy a presentaros unas imágenes de un momento cumbre en la historia de nuestro recinto: el día que cambiaron la fachada exterior del centro, y nos dividieron el laboratorio con un muro de la vergüenza (y de pladur).

 Batablanca también es fan de Pink Floyd.

Nuestro laboratorio tenía la ventaja de disponer de unas preciosas vistas a la calle, con la consiguiente entrada de luz natural a chorros que siempre es de agradecer en contraste con la mortecina luz blanca artificial. Toda esa fachada, no sólo las ventanas, sino TODA la fachada iba a ser derruida y construida de nuevo, así que para que el progreso y la ciencia no se detuvieran, tuvieron la deferencia de aislarnos de semejante barullo clavándonos un murete de pladur de lado a lado del laboratorio. Esto implicó que el lugar normalmente  destinado al "estudio" quedase reducido y nos apiñásemos cordialmente en un mismo banco a espaldas del muro y perdiendo de vista para siempre la citada luz diurna. Parecerá una tontería, pero durante esos meses se notó un cansancio psicológico bastante grande, eso de entrar y tener la impresión de estar envasado al vacío proporcionaba una claustrofobia bastante desagradable. Así que no tardamos en empezar a colgar cosillas varias y a graffitear dicho muro, para alegrarnos un poco la vida. Desde el primer momento servidor se acordó del glorioso muro de Pink Floyd, así que planté el logo de dicha obra maestra encima de la única apertura al exterior, y un Batablanca resignándose a su nueva condición de formar parte del muro (en la foto que introducía el post).

Parecía el mismísimo 13 Rue del Percebe. La puertecita de metal del tercer piso era la que se ve en la siguiente foto.

La puerta al vacío. Nótese el cartel de arriba a la derecha (justo al lado de lo de "The Wall"), donde el logo con un señor tropezando y la leyenda "Peligro - caída a otro nivel" indicaban la posibilidad de despeñarse directo hasta el suelo, desde una altura de tercer piso. Pues a mi me parece poco cartel, qué queréis que os diga.

Mi interpretación de esta misma puerta y de los simpáticos obreros, de reducido tamaño, que entraban y salían constantemente a su través. Me recordaban a los entrañables curris de Fraguel Rock, pero sin ánimo de burla pues hicieron un gran trabajo y nos molestaron lo mínimo posible.

También MINSIX se animó a plasmar su arte, con un dibujo que luego utilizamos para fabricarle un recuerdo el día de su tesis. Los demás también participaron, colgando nuestra orgullosa bandera y demás paridas.

La bandera conocida por todos y el dibujo de MINSIX.

Finalmente, un Spiderman que nunca terminé, y la guinda: una viñeta de Calvin y Hobbes vilmente plagiada (como me pille la Sinde...!) a la que dediqué algo más de atención y que constituye el único vestigio del muro que nos queda, pues el amable trabajador que lo estaba desmantelando cuando todo llegaba a su fin me vio la carica de pega y me preguntó: "¿Quieres que te recorte el gatito?", a lo que yo asentí con los ojillos iluminados.

En cuanto nos mudemos al nuevo laboratorio, acabaré al pobre Calvin (que sigue a lápiz a día de hoy), le buscaremos un sitio y lo colgaremos donde se vea bien. 

ACTUALIZACIONES: Escribí esta entrada hace una semana, en el transcurso de la cual hemos empezado y terminado la mudanza. Cuando estemos totalmente ubicados y el cuadro de Calvin y Hobbes colgado en un sitio chulo, escribiré otro post con las nuevas fotos, si se tercia (vamos, si me da por ahí).

También en el transcurso de estos días el compañero eulez está repasando el discazo de Pink Floyd en su blog, en varias entregas. No os lo perdáis, tanto si conocéis la obra como si no.