domingo, 14 de noviembre de 2010

Avatares misteriosos (II): Montañas flotantes y mamporros en 3D

En la entrada anterior hablamos de una de las primeras películas que avisaban del peligro de perder nuestra humanidad y nuestro futuro al mismo tiempo que los recursos naturales de nuestro planeta; en el camino, conocimos naves espaciales precursoras de la Nostromo o los antepasados algo más torpones de R2D2 y WALLE. Eran los años 70 y la gente, podemos imaginar, saldría del cine pensando o bien que les acababan de contar una patochada tremendista, o bien corriendo a su casa a plantar un árbol, llenos de remordimientos.

Demos un salto en el tiempo y encontrémonos, de súbito, en una gigantesca sala de cine atiborrada de altavoces, una pantalla de dimensiones increíbles y un patio de butacas lleno de personajes ataviados con ridículas gafas: se apagan las luces, comienza el sonido atronador, y los logos de las productoras salen de la pantalla en un impresionante efecto estereoscópico. En las butacas, podemos encontrar una varipointa colección de individuos (luciendo todos ellos unos incómodos anteojos de dos kilos); aunque algunos parecen sacados de las mismas comunidades hippies que llenarían las salas de exhibixión de Naves Misteriosas treinta años atrás, sus ideales distan de ser los mismos. Aunque todos los presentes en la sala son conscientes del problema que supone la deforestación de grandes zonas del planeta y algo tal vez más grave conocido como "cambio climático", se han desplazado en flamantes automóviles y han comprado antes de entrar una gran cantidad de productos con alto contenido calórico, que además constituirán una gran cantidad de residuos poco reutilizables cuando termine la proyección. Saben que van a ver una película de ciencia ficción, supuestamente una que les va a mostrar algo que nunca  han visto antes. Se llama Avatar, y llega dispuesta a golpear sus sentidos en todas direcciones (x,y,z).

No he podido resistirme a colocar al avatar de Peter Griffin


Pero resulta que sí que lo han visto antes: se trata al fin y al cabo de otra historia de indios y vaqueros, de colonizadores en mundos lejanos, de choque de culturas. Y una vez más, del progreso y la tecnología enfrentados a la naturaleza y la tradición. La enésima revisión desde las Naves misteriosas de Douglas Trumbull. Mientras que en aquella pionera cinta la Tierra era un lugar destrozado del que valía la pena intentar salvar algunos pedazos, y buscar nuevos emplazamientos, en Avatar los terrestres han explotado al máximo la tecnología y gracias a ello han conseguido no sólo expoliar la Tierra, sino todos los demás mundos a los que viajan. Como film de ciencia ficción, Avatar es bastante correcto en sus planteamientos, por extraño que parezca (recordemos que salen montañas suspendidas en el cielo, nada menos); pero no vamos a detenernos en ese punto aquí, pues ya hay un blog perfecto para este tipo de análisis científico-fílmicos llamado Física en la ciencia ficción (podéis leer su análisis de la película que nos ocupa aquí mismo, así como otro artículo igual de preciso e interesante de la mano de  Wis Physics).


El mayor logro de Avatar es la forma en que nos presenta el escenario en que se desarrolla la trama, la luna Pandora. No sólo por el avance de los efectos especiales, que nos muestran con todo lujo de detalles un mundo totalmente inexistente, sino por la concepción de planeta que presentan: en Pandora todas las formas de vida están conectadas. En una metáfora tal vez demasiado explícita, toda la flora y fauna del planeta, desde la más discreta flor hasta los seres bípedos capaces de crear una civilización culturalmente avanzada, están neurológicamente conectados, y mantienen un equilibrio que se ve afectado por las interacciones que se producen entre ellos. Es el concepto de ecología en su máxima expresión, la hipótesis de Gaia descabelladamente amplificada. Esto es algo que en la época de Naves misteriosas no estaba tan en boga, pero que en la  actualidad casi todo el mundo ha escuchado alguna vez.

La sencillez, lo sosegado de su ritmo y la introspección que caracteriza a Naves misteriosas no tiene nada que ver con la trepidante acción, la violencia exacerbada y la hiperexcitación de los sentidos que produce el visionado de Avatar; pero ambas reflejan muy bien cómo se entiende en sus respectivas décadas la relación del hombre con la naturaleza. La cinta de 1971 pretende avisar, anticiparse a un problema que no estaba en la mente de los espectadores. Su protagonista es un único individuo enfrentado a toda una civilización que ha olvidado lo importante de la ecología: en Avatar, los humanos son perfectamente conscientes del perjuicio que están causando en el nuevo mundo y sus habitantes; simplemente, no les importa. Hasta tal punto, que es necesario que uno de ellos suplante literalmente a uno de los nativos, se introduzca en su cuerpo, para sufrir por lo que están haciendo. Es un fiel reflejo de cómo pese a haber pasado muchos años de desgaste ecológico y que sabemos mucho más acerca de la naturaleza y su equilibrio, seguimos comportándonos de manera bastante inconsciente. No es un aviso, es una reprimenda. Podría debatirse, eso sí, el nivel de hipocresía o de interés propio implícito en dicha reprimenda, igual que sucede con muchas empresas actuales que se las dan de "verdes" como mecanismo de publicidad o para beneficiarse fiscalmente.



La tecnología  más avanzada y las formas de vida más exhuberantes 
se enzarzan en una simbólica y descarnada batalla sobre las 
montañas flotantes de Pandora

Hay que remarcar un punto en común entre ambos films: paradójicamente, la misma tecnología que ha producido un desdén del hombre hacia sus limitaciones naturales y le ha llevado a destruir su mundo, es la única forma que tiene de solucionar el conflicto: en Naves misteriosas, el bosque-pecera y los robots son la única esperanza, mientras que en Avatar la tecnología de los avatares es la que provoca el cese de la destrucción humana en Pandora. ¿Cuál es la conclusión final, en ambos casos? Pues evidentemente, que la culpa no es de la tecnología ni del progreso, sino de los propios humanos que los utilizan erróneamente.

No voy a detenerme en los referentes de Avatar, mucho más evidentes y descarados que en otras cintas de ciencia ficción (desde la evidente comparación con la historia de Pocahontas y John Smith, hasta la menos conocida novela Llamadme Joe, de Poul Anderson; un análisis de este último parecido lo tenéis en el blog de ciencia ficción Imperio Futura). Al fin y al cabo, no deja de ser una cinta fantástica, un espectáculo que nos lleva a otro mundo, y me da la impresión de que las ideas ecológicas y naturalistas de Avatar son una mera excusa para darle algo más de entidad que justifique la necesidad de crear un mundo tan rico en formas de vida y escenarios oníricos. Es una muestra de la obsesión por el detalle de su director, James Cameron, incapaz de crear un mundo semejante "porque sí". Seguramente en las reescrituras del guión se fueron añadiendo detalles acerca de las relaciones entre los habitantes de Pandora, y de este modo la labor destructora de los humanos quedaría exageradamente amplificada. Esto les brindó la herramienta perfecta para darle a la cinta una moraleja, una justificación. Y dado que como hemos dicho no deja de ser una cinta de indios y vaqueros, la oportunidad de redimir a ese género en el que finalmente "los buenos" siemrpe acababan venciendo al pueblo invadido y despojándole de sus tierras y su identida cultural, en Avatar Cameron se toma la libertad de cambiar las tornas y hacer que sean los indios los que le dan candela a los blancos. Me parece también ver en esta resolución un reflejo de la época actual, en la que los gobernantes han decidido que la mejor forma de hacer a la gente consciente de obligaciones que deberían darse por supuestas es obligar mediante leyes y sanciones a que se respeten las normas más obvias, que cualquiera podría deducir por sí mismo.
Y el último punto en común (el cual es muy probable que  me lo esté sacando ahora mismo de la manga) es que en ambos casos estas películas nacen con la intención de constituir un despliegue de efectos visuales, cada una en su contexto: Douglas Trumbull quiso explotar las técnicas de maquetas utilizadas en 2001 y demostrar que podía mostrar en pantalla un film enteramente ubicado en una enorme estación espacial con visos de credibilidad; a partir de ahí, nació una historia y finalmente la propia película es mucho más que un simple espectáculo. En Avatar ocurre algo parecido, con la salvedad de que las mismas intenciones de mostrar una nueva tecnología que supone lo más realista visto hasta el momento (es imposible, os reto, que distingáis los componenetes generados por ordenador y no generados por ordenador, pensad no sólo en los pitufos azules gigantes sino en el agua, las rocas, el fuego, las plumas en las flechas...) y suponer la máxima experiencia cinematográfica en visión estereoscópica, no ha quedado en mucho más que eso, un mero espectáculo. Indudablemente se trata de una trepidante aventura, una experiencia en sí misma, no lo vamos a negar, y James Cameron nos ha vuelto a brindar momentos inolvidables (personalmente, me fascinó la primera posesión del protagonista sobre su "avatar"; la doma de la bestia alada; y especialmente, el ataque de las naves contra el gigantesco árbol que termina con el bosque en llamas). Nadie en sus cabales puede dejar de disfrutar con un clímax en el que...



... el malo malísimo, cuando es alcanzada su nave, salta al vacío al mismo tiempo que se termina de ajustar su exoesqueleto robótico y cae al suelo como si tal cosa, con la nave explotando en una vorágine de llamas cayendo tras de sí, y por si fuera poco se equipa con un cuchillaco del tamaño de Wisconsin para acabar enzarzado en lo que deviene en una pelea a machetazos entre un robot militar y un felino antropomorfo de más de dos metros.


No sé si toda esta disertación habrá conseguido transmitir las reflexiones que en su momento me causó el ponerme a comparar estas dos películas, y que vendrían a resumirse en las preguntas siguientes: en estos últimos cuarenta años, ¿somos más conscientes de cómo tratamos nuestro planeta? ¿Qué podemos pensar que ha cambiado en la concepción del cine de ciencia ficción?¿Antes tenían más mensaje estas películas que ahora? Yo diría que a grandes rasgos ni se ha visto afectada nuestra conciencia, ni tan sólo ha cambiado la concepción del cine y el espectáculo visual. Eso sí, las palomitas buenísimas, y las gafas, estilosas a más no poder.

En resumen: que todo cambia... para seguir igual.


4 comentarios:

  1. Cuanta razón jefe... las películas de antes pueden parecernos ahora un quiero y no puedo visual, pero las actuales (y posiblemente con los años siga igual) son un quiero y no puedo de la ideología. Se cambia la sútil insinuación de nuestros predecesores por un exhibicionismo compulsivo. No se dan cuenta de que si revelas el truco del mago al cabo de una semana nadie hablará de él, mientras que si dejas un hilo sin atar se escribirán ríos de tinta durante años (y sino que se lo digan a Tolkien o a Alan Moore).
    Me parece que me he puesto a desvariar y me he ido del hilo del post...

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  2. Cine, televisión, radio, literatura, música, pintura y escultura, artes gráficas y escénicas... con mucha, poca o ninguna ideología o reivindicación, lo que buscan (todas) es público y, por ende (la inmensa mayoría), dinero. Que mas dá como lo hagan (que pretexto se use)... al final, los sonidos, las imágenes (y las buenas intenciones, si las hay) se las lleva el viento... Y solo queda la pasta en las cuentas de Suiza y la pesada mierda física, química, biológica y mental, que va "in crescendo"y nadie que pueda limpiarla la va a limpiar.

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  3. Claro que es una peli más de indios y vaqueros, de Korea, de Vietnam, de la segunda guerra mundial y más recientemente, el mismo argumento, que Bush, Blair y Aznar reconociendo que no había armas de destrucción masiva en Iraq, tras miles de muertos y miles de millones gastados. Como "Senderos de Gloria" de Kubrick. Pero si quieres ir al cine, y que te cuenten algo que lleve mensaje, es lo que hay. Mucho mejor que otras vacías de contenido. Es evidente que el guión no es nada nuevo. Que la crueldad y la ambición humana, no tiene límite, lo lleva el ser humano escribiendo desde antes de los clásicos griegos. En definitiva lo que bien dices, que todo cambia para seguir igual. Ahora que yo disfruté como un niño y me terminé las palomitas con dolor de pancha incluido. Y encima termina bien, porque en la vida real, a los azulones grandotes de rabo largo los habríamos extinguido fijo. Así somos y así seguimos. Pero está bien que alguien nos lo haga ver de alguna manera, y si es con efectos especiales, mejor. "No debiste haber cruzado el Mississipi McCalahan, piñauuuu piñauuuu"

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  4. Vaya, mis comentaristas cada vez se enrollan más, ¡como mola!

    Pablunchu, tienes toda la razón; la sutileza se ha perdido mucho, vamos en Avatar sólo falta que se giren a mirar a cámara para explicar a los espectadores porqué están haciendo lo que hacen, en cada escena. Pero bueno, las hay peores, en este sentido... y encima, ahora les da por explicar el misterio de pelis antiguas (van a hacerlo con Alien, precueleando y tal).

    Banchsinger hombre, ahí te has pasado de pesimista; lo del money está más que claro, es una industria al fin y al cabo; pero hay películas de ciencia ficción que otorgan mucho peso a su mensaje, y no se venden al gran público, siendo bastante difíciles de digerir para muchos: te cito, sencillamente, dos ejemplazos: "Children of men" y "The road", ambas magníficas, reflexivas, y en general poco comerciales. Estas pelis dejan algo más, quiero creer.

    ¡Fer, cuánto tiempo sin leerte! Es cierto, no podemos negar que hay "algo" de mensaje en esta mega-aventura, incluso si se quiere cavar más hondo pueden salir interesantes reflexiones acerca de la individualidad, la religión versus la ciencia (de esto hay mucho en la peli, personalmente me gusta cómo presentan esta interesante dualidad en los fenómenos del planeta), y cosas por el estilo. Pero sí, al final las palomitas mandan...

    Dentro de nada (5 añitos) tenemos Avatar 2 y 3, así que id preparándoos, que haremos un mega post actualizado.

    Gracias por vuestras reflexiones, compañeros.

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