sábado, 30 de diciembre de 2017

Juegos en el aula, vacunas, y críos de 4 años

Hace unos meses me enfrenté a la tarea de contar mi profesión ante una clase de mocosos y mocosas de entre 3 y 4 años. Por mucho que al final haya llegado a considerarme un divulgador científico con cierta experiencia, hay que reconocer que este tipo de experiencias siguen suponiendo un reto. La cuestión es que para ayudarme en mi tarea, y tras mucho pensar qué podría hacer para llenar los 40 minutos de actividad (recordemos que estas personitas apenas pueden mantener la atención más de, digamos, un minuto y medio) decidí desarrollar una actividad de coloreado y pegatinas, algo muy resultón ante semejante público; y temáticamente, me centré en explicar las vacunas y cómo nuestro cuerpo aprovecha la vacunación para luchar contra las infecciones. He contado en el blog de la AMPA (la Asociación de Madres y Padres de Alumnos y alumnas, no la organización criminal) la experiencia, grosso modo; pero quería dejar constancia en el blog de la actividad propiamente dicha, puesto que al contarlo en su día por Twitter y mostrar los dibujos utilizados, encontré cierto interés e incluso demanda para utilizar los  dibujos. He pensado que tal vez algún profesional docente, pediatra o farmacéutico (así como cualquier progenitor o persona humana en general) podría aprovechar la idea, ampliarla o reciclarla, con lo que aquí va una breve explicación acompañada de los dibujos utilizados.

Aquí los dibujos preparados por un servidor (tampoco podéis pedirme mucho, estas cosas toca prepararlas la noche de antes aprisa y corriendo). Los dos de arriba son los policías (células del sistema inmunológico), el resto son microbios que podrían ser tanto buenos como malos, de ahí al ambigüedad de sus facciones entre la pasividad-agresividad y la simpatía.


1. Primero, hay que conseguir explicar a grandes rasgos lo que supone que en el cuerpo tengamos "bichitos" buenos como invitados, "bichitos" malos que nadie ha invitado, y "bichitos" que velan por nuestra seguridad, vigilando a unos y otros. Yo, por muy pequeños que sean los niños, introduzco siempre el concepto de células para referirme a los bichitos, pero es cierto que a estas edades poco se puede hacer que no suponga más confusión.

2. A continuación, se reparten los dibujos, que están todos repetidos (a base de fotocopias o impresora), habiendo menos "policías" y más "bichos", en general. Los bichos tienen aspecto más malote, con dientes, pinchos, y aspecto monstruil. Los policías, pues bueno... se notan que son policías y buenos (reconozco que me quedaron mucho más resultones los bichos malos). 

3. Se reparten los dibujos aleatoriamente, y se pide a los chavales que los coloreen, y que piensen si el bicho que les ha tocado es bueno o malo. Es fascinante ver cómo justifican su elección, y qué rasgos consideran "buenos" o "malos". 

4. Sutilmente, el docente escoge uno de los bichos con aspecto de malote (o con menos aspecto de mlaote, puede ser interesante esta opción) y le coloca un gomet rojo. Como están repetidos, puede buscar todos los que sean iguales y ponerles el gomet. O ponérselo solo a alguno de ellos, para darle un toque aún más interesante. IMPORTANTE: una vez elegido el que va a tener el gomet, el instructor debe reservar una copia del dibujo engometado para sí mismo.


Para los que no estéis en edad escolar, un "gomet rojo" es una pegatinita redondita de color rojo.

5. Cuando los dibujos estén coloreados (con asombrosos e hilarantes resultados, en general), se escoge a uno de los policías y al niño al que le ha tocado, y se lleva aparte. Se hace a los demás que formen un grupete todos mezclados, en medio de la clase.

6. Al policía elegido (al azar por favor, que si no se vuelven todos locos) se le ofrece la foto del bicho malote con el gomet. Gracias a ella, podrá reconocer cuáles de todos los bichos son automáticamente malos: solo aquellos que tengan el mismo gomet rojo. Esta es la vacuna; ahora el policía puede rastrear la clase, buscar los bichos con gomet, y apartarlos de los demás. El cuerpo está curado.

Obviamente se puede enriquecer la actividad cuanto se desee, hacer más específica, o más dramática; pero solo con esto, y simplificando mucho, los niños entienden conceptos muy básicos: hay bichos buenos, hay bichos malos; no hace falta que los policías ataquen a todos. Pero a veces puede haber infiltrados muy chungos, y las vacunas ayudan a encontrarlos y eliminarlos rápidamente. 

Bueno, la experiencia con los muchachos de la clase de miniLitos fue espectacular. Incluso me contaron que uno de sus amiguetes se fue unos días después, por primera ves en su vida, muy contento a vacunarse; bueno, todavía con ciertas reticencias, pero diciendo que esperaba que no le doliese porque sabía que había que ayudar a los policiás del cuerpo a eliminar a los bichos malos. Aparte de que los nanos quedaron encantados con sus dibujitos para colorear (ahora mismo tengo la nevera de casa llena de microbios de absurdos colores arcoiris...). 

Creo que  es especialmente sintomático acabar el año con esta entrada, puesto que denota un hecho incontestable: el blog está muy vacío, las entradas escasean, pero la divulgación a pie de calle la llevo a tope. Ojalá tuviera tiempo para plasmar aquí todo lo que hago. No estaría mal, para empezar, contar la charla que di hace un par de semanas en mi propio instituto de secundaria; sin duda, son dos extremos de experiencias divulgativas, una al comienzo de la etapa educativa, otra al final, justo antes de la universidad. Dos actividades que considero cruciales, y tremendamente importantes. Bien vale la pena tener el blog más abandonado, si es porque invierto el tiempo en hacer cosas así.

Pero claro, si encima vengo y lo cuento, pues doble éxito. A ver qué tal se presenta el 2018, en ese aspecto.

Seguiremos informando.



6 comentarios:

  1. Querido colega:
    Acabas de describir una actividad de eso que llamamos “gamificación”, que cumple a la perfección las exigencias de la misma: que cautive, que enseñe (es decir, que ayude a entender conceptos) y que resulte divertida.
    Me has emocionado.
    Gracias.

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    1. Jo tío, gracias a ti por tus palabras. La verdad es que anima mucho pensar que algo tan improvisado pueda considerarse realmente útil para el aula... y la verdad cada vez más me reafirma la sensación de que esto de la "gamificación" más allá de una modernez o tendencia de moda, es algo realmente potente, y tengo muchas ganas de desarrollar algo así en el ámbito universitario... me viene muy bien tu feedback por tu experiencia en el tema, así que ya hablaremos ;D

      Un abrazo, ¡¡ y gracias por comentar!!

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  2. Buenas tardes....estoy buscando informacion para que mi hija haga un trabajillo sobre el origen de la palabra "vacuna" y me he encontrado con esta actividad tuya. ME encanta!! y me gustaría qie ni hija la hiciera en su clase... son de 1ª de primaria. a ver si consigo que aprenda el juego y se lo explique a los demas!! me ha gustado mucho! Eres un crac

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    1. Muchas gracias RFC, me alegro muchísimo de que haber escrito sobre la actividad haya resultado útil... pues justo hoy me he reunido con el claustro de profesores del colegio para planificar otras tantas actividades científicas similares: ¡seguiremos informando! ;D Mucha suerte y si necesitas consejo o asesoría me preguntas.

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  3. ¡Buenas tardes! Si no te importa me encantaría aplicarla en infantil esta semana de la ciencia. ¿Te parece bien? ¡Un saludo!

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    1. Madre mía Ana, cuánto siento que el comentario se me hubiese quedado traspapelado; he tenido un bombardeo de spam y al final se me pasaron por alto mensajes auténticos...
      En fin, si te sirve para el futuro POR SUPUESTO, la idea de publicar la iniciativa en el blog eera precisamente esa, que cualquiera pudiera incorporarla si le parece útil.

      Gracias de todos modos por el interés, y disculpas de nuevo... un saludote

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