sábado, 27 de octubre de 2012

Arte de poyata (III): nuevas y asombrosas aportaciones

Nuestra iniciativa “Arte de poyata” se ve reforzada con cada entrega (aquí la primera, aquí la segunda), y tras la última tanda de aportaciones otros lectores se animaron a mandar sus obras de arte cientificado. He decidido rescatar esta serie tras leer la interesantísima y muy divertida serie de posts Jerga de laboratorio publicada por el amigo Óskar HR en su genial blog LEET MI EXPLAIN (el cual si no visitáis habitualmente debéis hacerlo desde ya mismo). Ambas series de entradas se complementan a la perfección para dar una idea del tipo de cosas que hacemos los locos embatados, y con su elaborada guía terminológica se entenderán mucho mejor algunas de estas imágenes.

Lo cual me viene al pelo, porque en la anterior entrada me olvidé de meter precisamente la foto que en su faceta de fiel lector y seguidor nos mandó Óskar, y que inaugura esta tercera entrega:

OskarHR_Imagen0110

domingo, 21 de octubre de 2012

Love in the lab

La tormenta arreciaba. Lo que había comenzado como un ligero golpeteo contra las ventanas del laboratorio parecía ahora un auténtico apedreamiento, pues además de lluvia, el granizo había hecho acto de presencia. Una cortina gris de lluvia y piedras cubría los edificios al otro lado del patio, y los árboles de la calle parecían a punto de ser arrancados de cuajo. Por invisibles rendijas se filtraba el fuerte viento, produciendo un sonido fantasmal que ponía el vello de punta. Era el puro sonido del frío.


martes, 16 de octubre de 2012

Miguelito Slasher (Capítulo 4)

Por fin el esperadísimo desenlace de esta asombrosa historia de horror neorrural, intriga de boina y gayato, relato gótico-campestre, después de tres emocionantes capítulos publicados alternadamente en Diario de un Copépodo (1 y 3) y en esta misma casa (2).
 
MIGUELITO SLASHER

Capítulo 4

Los límites que definen las emociones humanas son a menudo difusos. Del mismo modo que a veces la frontera entre el amor y el odio es difícil de discernir, resulta confuso el modo en que a veces se puede pasar de la comicidad más absoluta al más terrible, inesperado y descorazonador terror. Y lo más temible, como descubriría la familia Peinado al final de aquella invountaria incursión en el pueblo, es que mientras que la carcajada y la risa terminan por desgastarse y cesar, no existen límites para el terror que un ser humano puede soportar.
Pero antes de llegar a esa horrible certeza, los límites seguían difusos, y la situación que vivía en aquel momento la familia Peinado se encontraba todavía más cercana al humor esperpéntico que al horror que habría de llegar más tarde.

jueves, 11 de octubre de 2012

Mercenarios de la Ciencia

Esto es lo que parece, otra vuelta de tuerca, otra apreciación sutil (aunque no tanto) a esta pregunta 
 ¿Hasta cuándo piensas vivir de la Ciencia? que Dr. Litos desarrollaba no ha muchos días, desatando enfervorecidos comentarios y una avalancha de visitas que por poco nos quema el servidor (atención, puede ser una exageración). Ese oportuno post del jefe, se le aparece a servidor en una época especialmente adecuada: final inminente del primer postdoc en el extranjero (Sí, fui de los que abandonó el barco, obligado por cierto).

Sigo sin tener intención de colgar la bata, no descarto buscar en la privada, pero lo quiero evitar por el momento. Dicen las malas lenguas que el I+D en la privada es como un agujero negro. Del que se va a la privada, no se vuelve a ver la luz de su ciencia,  jamás regresa. No obstante, el firme propósito de seguir en ciencia trae a mí una sensación olvidada. Un sentimiento desenterrado de cuando hace casi tres años acepté el postdoc que hoy canta el rosario de la aurora. Y, no se equivoquen, la palabra acepté no implica elección, NO hubo elección. Tras enviar más de 20 solicitudes de postdoc a lo largo y ancho del viejo mundo, sólo aquí se me dio la oportunidad. Agradecido infinitamente, he trabajado en algo que, siendo francos, me ha llegado a gustar, dándome un postdoc personal y científicamente muy productivo (aunque sigo sin retractarme). Finalmente hubo suerte, pero no nos engañemos, cuando lo solicité, fue con una frase en la cabeza: "Por pedir, que no sea...". Así pues,  solicité todo lo que se ofrecía a un perfil como el mío. Eso incluía cosas que no terminaban de interesarme. Y menos mal, si no ya llevaría tres años sin trabajo. Hoy llevo una semana repitiendo el mismo proceso "solicitudil", consciente ya de que con mucha probabilidad acabaré convertido en un Mercenario.

(imagen inspirada en estos otros mercenarios)

domingo, 7 de octubre de 2012

La paleta de colores del pintor molecular

Suelo decir muy a menudo que una de las cosas más problemáticas del trabajo en bioquímica o biología molecular es que manejamos cosas que no se ven. Por tanto, el avance de estas disciplinas ha venido de la mano de un desarrollo tecnológico basado en mejorar y facilitar la forma de detectar, observar y cuantificar moléculas. Uno de estos métodos es la tinción, que obviamente se basa en un principio tan básico como pueda ser pintar de algún modo estas cosas tan difíciles de ver, para dotarlas de una coloración que las resalte de modo parecido a como toda la vida se ha hecho para detectar a las personas invisibles (Figura 1).

El objetivo de esta entrada era detallar algunas curiosidades acerca de los nombres de tinciones muy populares en este tipo de laboratorios, pero como este blog científico-lúdico es frecuentado por gente de toda índole y condición, conviene hacer antes algunas aclaraciones didácticas. ¡Jindetrés, sal!, siempre al servicio de la educación y el conocimiento gratuito y accesible.

Figura 1. Wilhelmina Murray se adelanta unas cuantas décadas y desarrolla un sutil método de detección de hombres invisibles, anticipándose a la moderna colorimetría, en La Liga de los Hombres Extraordinarios, Vol. 1, de Alan Moore y Kevin O'Neill.

sábado, 29 de septiembre de 2012

Salidas para la investigación en España

Para animar un poco los ánimos después del deprimente post anterior (que finalmente llegó a portada de Menéame, segunda que consigo desde aquel famoso y escatológico post) , os traigo una viñeta humorística relacionada con el mismo tema. No es  que anime mucho, pero la tenía preparada desde que hace unos meses se pusiera en marcha la inciativa #sinCiencia, y después de un acertado comentario de Fer me he visto obligado a rescatarla del olvido (la tenía ya dibujada, a falta de escaneo y "viñetaje") y publicarla. Lo cual demuestra que es un tema que nunca pasa de moda... así que mejor dejo de escribir y os dejo con la viñeta, porque la deprimencia amenaza con volver por sus fueros.



(pinchad en la imagen para contemplarla en toda su magnificencia)



Así que como no cambie la cosa, para nuestros descendientes "emigrar a Europa" va a tener un significado bastante diferente del actual...


miércoles, 26 de septiembre de 2012

Atención, pregunta: ¿Hasta cuándo piensas vivir de la Ciencia?

A lo largo de la carrera de cualquier investigador científico ronda siempre la pregunta que da título a este post. La última vez que la he escuchado ha sido de boca tecla de Quique Royuela (@eroyuela), investigador especializado en virología, amigo y colaborador en la revista Journal of Feelsynapsis (quien dice colaborador dice jefe, aunque a nosotros nos gusta llamarle cariñosamente "el jofe"). Es esta una pregunta que no sólo nos formulamos en muchísimas ocasiones, sino que nos acompaña y aunque va mutando en sutiles variantes, el significado subyacente nunca cambia. Digamos que va tomando diferentes formas, desde una especie de "¿Viviré alguna vez de la ciencia?" cuando empezamos nuestro primer trabajo científico no remunerado, pasando por cosas del estilo de "¿Hasta cuándo podré vivir de la ciencia?", hasta llegar a la forma enunciada por el amigo en particular, "¿Dejo la Ciencia?". Esta última forma suele coincidir con períodos de inflexión, como finales de contrato o solicitudes de proyectos. Es una pregunta que se nutre de la frustración y el desgaste de un trabajo duro, muy bonito y estimulante, pero poco gratificante en algunos sentidos. Veamos algunos matices.



miércoles, 19 de septiembre de 2012

En bata de guerra (II)

II. La historia

Mientras permanecía sentado en el comedor, observando a aquel extraño visitante tomarse un café tras otro, no podía dejar de pensar en lo ridículo de la situación. Se encontraba en compañía de un hombre que afirmaba venir del futuro, y no sabía si sorprenderse más por lo absurdo que esto parecía, o por el hecho de que en su interior sabía que todo lo que le estaba contando aquel individuo, era cierto. Ciertamente le recordaba al joven estudiante que hasta sólo hacía unas horas le había ayudado con el trabajo, pero tampoco lo conocía tanto tiempo como para estar seguro de hasta qué punto esto era una impresión. O tal vez fuesen los pequeños detalles, demasiado rebuscados como para que una mente maquinadora, incluso un cerebro enfermo y paranoide, pudiese haberlos creado artificiosamente. Sin ir más lejos, llevaban casi una hora hablando, interrumpiéndose cada pocos minutos porque su interlocutor se emocionaba con cada nuevo café que salía de la máquina. También se interrumpía ante las más nimias anécdotas, como los quince minutos que tardó en separarse del ventanal cuando una gaviota se posó en el alféizar, o las numerosas veces en que se amorró al grifo de agua de la minicocina del comedor. Le sabía mal tener que molestar al visitante durante esos periodos de sumo gozo, pero pensaba que la situación lo justificaba de sobra. Así que al final se decidió y le animó a continuar con sus explicaciones.

viernes, 14 de septiembre de 2012

Miguelito slasher (capítulo 2)

Este relato de suspense neorrural constituye el segundo capítulo de un experimento conjunto entre Copépodo y servidor de ustedes: se trata de una variante de cadáver exquisito, un relato por entregas en el que cada autor desconoce las intenciones del otro y debe continuar la historia a partir del punto en que la dejó el anterior. Podéis leer el primer capítulo pinchando aquí.

MIGUELITO SLASHER

Capítulo 2


Es curioso cómo en la vida los puntos de inflexión son siempre impredecibles e inesperados. Pero más curioso es que se puedan definir siempre (a toro pasado, por supuesto) de manera harto concreta y puntual. Meses más tarde, mientras abría una nueva caja de tranquilizantes, Julián reflexionaba acerca de estas cuestiones y se debatía entre otorgar la categoría de punto de inflexión a la decisión de lanzarse por aquella salida de la autopista o al momento en que cruzó la cortina de macarrones del bar... 

Aquel bar... en aquel pueblo.

lunes, 3 de septiembre de 2012

Resumen jindetrésico veraniego y otras cuestiones de dudosa relevancia

Amigos, los caminos de internet son inescrutables. Y los de la egoblogoirrelevancia, ni os cuento. Este verano no sólo tenía firmemente decidido tomarme unas merecidas vacaciones internéticas, sino que me molesté en anunciarlo a bombo y platillo en este post. Pues bueno, los avatares del destino han querido que al final haya sido uno de los veranos más prolíficos y durante el mes de agosto en el que esto suele estar más vacío que de costumbre, hemos publicado unas cuantas entradas que procederé a resumir a continuación. No es que tengan mucho de especial, reconózcolo. Pero como de todo hay por ahí, es posible que alguien se sienta mal de perderse alguna de estas historietas. Lamentablemente, es casi seguro que nunca ganaremos un premio a la egoblogoirrelevacia debido principalmente a que todas estas chorradas y desvaríos se publican con la excusa de la ciencia y esto siempre da un caché (aunque nuestra forma de divulgar se base a menudo en la caca y las surrealistas comparaciones cinéfilas o incluso videojueguiles). Vamos, que al final no despuntamos ni en la egoblogoirrelevancia ni en la esfera científico-divulgadora, pero qué queréis que os diga, también mola salirse un poco de los moldes.

Además de los motivos mencionados, el amigo Banchsinger también se ha currado unas cuantas entradas, así que como hacía tiempo que no publicaba tan seguido, es menester reconocerle el mérito. También aprovecharé para enumerar las publicaciones en otros medios, para no desatender la parte de “ego” que tiene la egoblogoirrelevancia, faltaría más. Que algún despistado que no tenga tuiter se habrá quedado sin saber de algunas cosillas.

Vamos allá: