domingo, 18 de abril de 2010

Entusiasmo científico, eslabones perdidos y titulares sensacionalistas


Es cada vez más frecuente abrir el periódico (vaya, menudo arcaísmo; debería decir leer el feed RSS o abrir una página web) y encontrarse con noticias de carácter científico que nos ilustran con los avances más relevantes en biomedicina, astrofísica, antropología... Por un lado esto es muy buena señal, y ayuda a que la barrera entre la sociedad y la comunidad científica se reduzca. Pero claro, la mala interpretación de los resultados o la prematura difusión de hipótesis no contrastadas debidamente da lugar a malentendidos bastante incómodos. En muy poco tiempo, han aparecido varias noticias que buscan el mismo titular impactante: descubrimiento de pruebas que apoyan la existencia de nuevas especies de homínidos, de “eslabones perdidos” entre el género Homo y sus parientes más cercanos. En ambos casos se trata de datos muy preliminares, todavía sin contrastar y de una repercusión mucho menor de lo que se anuncia a bombo y platillo. He leído en el interesante blog El PaleoFreak varias noticias similares, y en este enlace podéis encontrar otros fascinantes titulares recopilados por el autor del blog.

Yo, por mi parte, voy a proponer una posible explicación para este sensacionalismo, para quitar algo de culpa tanto a los periodistas como a los científicos que protagonizan estos malentendidos mediáticos. Para ello, me lo llevo a mi terreno, la investigación a nivel de biomedicina.

Situación: un hombre embatado sale de revelar una membrana de western blot, culminación de un experimento que ha transcurrido a lo largo de una semana, el cual ha surgido a raíz de una aventurada hipótesis, y que de salir el resultado esperado, puede abrir una línea de trabajo muy prometedora. El investigador en cuestión sale de dicha sala con una sonrisa en la cara, y al entrar en el laboratorio proclama a viva voz que su experimento ha sido un éxito; tal vez, incluso, se aventure a exclamar que el primer paso hacia una cura para la  enfermedad (x) haya tenido lugar. 
 
La alegría en este caso puede ser justificada, y cumplirse las mejores expectativas, o bien puede durar tanto como comprobar que:

a)    En realidad el entusiasta estaba mirando la membrana del revés
b)    Repasando el experimento, se da cuenta de que le falta un control crucial
c)    Al comprobar la posición de las muestras, resulta que se equivocó en la posición de los controles positivo o negativo (en caso de tenerlos) respecto a la muestra problema
d)    En el mejor de los casos, el resultado es correcto; sin embargo, jamás vuelve a reproducirse en posteriores repeticiones

(Pincha sobre la imagen para un tamaño decente)

Cualquiera de estas opciones, podría pensarse, deprimiría hasta la náusea al investigador desdichado, pero nada más lejos: es parte de la profesión, y él mismo, minutos después de proferir vítores y palabras de gozo, sabe que el aparentemente buen resultado debe ser meditado, repetido, contrastado y corroborado por distintas técnicas. Pero claro, tomemos ahora  por caso que en cada laboratorio existiese un reportero de plantilla (sería de extrañar, dado que apenas hay investigadores "de plantilla"), encargado de registrar los acontecimientos y de anotar los descubrimientos que se producen, para comunicarlos a la sociedad mediante su publicación en los medios de información. Este reportero podría dejarse llevar por la impresión del entusiasmado científico, y al entrevistarle en ese momento de gozo, dejar constancia de que "una nueva vía para curar la enfermedad (x) acaba de descubrire en tal laboratorio". 

Esto es una exageración, por supuesto, pero lo que ocurre muchas veces no se va tanto: un periodista entrevista al director de un grupo que trabaja en un campo muy importante a nivel social, digamos cáncer o párkinson. El investigador, si es un profesional, será comedido en sus comentarios y su valoración del trabajo que llevan a cabo, pero dirá sin tapujos lo que espera que resulte de su investigación. Pero claro, todos somos humanos (aunque algunos no lo parezcamos ) y nos dejamos llevar; bastará que el periodista  presione un poco, buscando las afirmaciones más revolucionarias, y aunque no queramos hablar de aplicaciones prácticas inmediatas de nuestro trabajo, se nos instará a especular, y si una cosa tenemos en común es que nos emocionamos. Sí, nos emocionamos, y si se nos deja y se nos tira de la lengua acabaremos dando rienda suelta a nuestra imaginación, nuestras esperanzas, lo que deseamos que resulte del duro trabajo, lo que anhelamos. Y claro, el reportero cogerá precisamente la información más emocionante y la plasmará en una artículo con un titular revolucionario. Así sucede que, cada vez que un grupo de paleontólogos descubre nuevos fósiles pertenecientes a un homínido, ellos mismos se emocionan, sueñan con haber hallado una nueva especie, tal vez un ancestro crítico para entender la evolución del ser humano, y al ser bombardeados por la prensa, así lo expresan. No es difcícil entender qué titular queda mejor, si “Hallan fósiles pertenecientes supuestamente a un homínido que podría o no pertenecer a una especie ya conocida, y cuando se analice su material genético puede ser, si se constata que no es un único mutante o la muestra no contiene contaminación de otros organismos, que se trate de una nueva raza, subespecie etc” o “Hallan fósiles pertenecientes a un posible eslabón perdido”. Eslabón perdido. Uno de esos términos que tienen gancho. Da igual si es correcto o incorrecto, o si se aplica con certeza, pero todo el mundo entiende de un mismo modo a qué se refiere, lo cual hace que se perpetúe dando lugar a una gran desinformación (podéis ver un caso muy reciente aquí; nada menos que el grado de confusión lleva a poner a creacionistas y paleontólogos al mismo nivel).

Está claro que hay que tener una gran vocación para dedicarse a la investigación, lo cual suele ir asociado a una altas expectativas respecto a nuestro trabajo y su repercusión en el campo que sea. La prudencia que se le presupone a un investigador al comunicar sus hallazgos está constreñida por esas ganas de gritar a los cuatro vientos ¡EUREKA!, y que miles de personas puedan beneficiarse de nuestro trabajo para saber que tantas horas de estudio, comidas de coco y constantes frustraciones han producido algo utilizable y de provecho para muchos (recuerden amigos lectores aquel añejo post Our joy in a well). Así que, amigos científicos, controlad vuestro entusiasmo, siempre sin perderlo; amigos no científicos, interpretad con precaución cualquier noticia acerca de descubrimientos científicos, y cuando nos preguntéis por nuestro trabajo, intentad ser benévolos con nuestra soberbia desmedida al asumir que nuestro trabajo será la causa de la cura de todos los males de la humanidad. Al fin y al cabo, y como diría C3PO, todo esto es “típico de los humanos”.

ACTUALIZACIÓN: ¡Esta entrada ha sido "meneada"! Si os ha gustado podéis votar entrando aquí.

jueves, 1 de abril de 2010

Proteínas VAULT: los desconocidos gigantes de la célula

Se suele tener una imagen preconcebida de las células que en rasgos generales no varía mucho: la célula es un saquito, una bolita, delimitada por una membrana plasmática y gobernada por un núcleo interno, donde multitud de proteínas campan a sus anchas regulando los distintos procesos. En los últimos años nuestra visión del interior celular ha ido cambiando, enriqueciéndose poco a poco. Ahora todos imaginamos la célula como una estructura muy dinámica, cuya membrana no es sólo una barrera sino que está plagada de entradas y salidas, interruptores, es capaz de abrirse o cerrarse en determinados puntos y de especializarse de maneras muy complejas; lo mismo ha pasado con nuestra visión del interior celular y de sus orgánulos, gracias a los avances de la microscopía de alta resolución entre otros campos. Se ha depurado la imagen de un "globo lleno de cosas flotando" para ser sustituida por la de un entramado de orgánulos, estructuras de andamiaje formadas por el citoesqueleto, transporte regulado de materiales y proteínas mediante dineínas y kinesinas... sabemos ahora que existen agrupaciones muy complejas entre las distintas enzimas y sus sustratos (channeling), además frecuentemente se demuestra que la mayoría de proteínas no trabajan en solitario, sino que interaccionan con otras  que actúan como andamiaje o scaffold.

Bien, pues por si todo esto no fuera bastante "relleno" para la célula, también tenemos circulando por ahí unas estructuras llamadas Vaults. Se trata de un complejo macromolecular de dimensiones gigantescas, concretamente hablamos de 600 angstroms de longitud por unos 400 de anchura. Para hacerse una idea, en su interior cabrían dos ribosomas y aún tendrían hueco para jugar a las cartas (otro día hablaremos de la diveridísima forma de éstos). Por si el tamaño no fuese bastante llamativo, la forma de este complejo es muy peculiar, presentan una simetría muy marcada y además pueden abrirse en dos mitades, mostrando un interior que hasta ahora siempre se ha encontrado hueco. Se conocen desde hace tiempo, pero fue el año pasado cuando un grupo japonés publicó su estructura en la revista Science (Ref. 1), apenas unos meses antes de que lo hiciese un grupo español (Ref. 2) que acababa de resolver esa misma estructura; sí, esas cosas pasan en la ciencia de verdad, no sólo en los telefilms. Esta estructura nos muestra una imagen espectacular que desvela únicamente el misterio de cómo estos gigantes están formados: esta "coraza" está constituida en un 90% por una proteína llamada MVP (Major Vault Protein), cuya estructura a su vez consiste en una serie de dominios repetidos rematados por una larguísima "cola" en forma de hélice; los dominios, encajados unos con otros en una serie precisa de 39 repeticiones dan lugar al "barril gordo" mientras que las colas se enlazan todas dando lugar a la "capucha" que queda en la parte de arriba.


 La brutal estructura. En rojo, el monómero de MVP cuya repetición genera cada mitad (en detalle en la imagen siguiente; ambas de Tanaka et al., Science 2009)



Esta peculiar geometría hace que en la parte apical quede abierto un agujero, donde además se ha encontrado que se asocia una enzima conocida como Telomerasa, de capital importancia para el mantenimiento de la integridad cromosómica tras la duplicación del ADN. Además, se asocia también ARN cuya función es desconocida. Las imágenes detalladas de la estructura tienen una gran belleza, particularmente a un servidor le parece increíble cómo la naturaleza es capaz de generar estructuras de una simetría y precisión tan atractivas tanto a gran escala como en su mínima expresión, a escala molecular. De hecho, la contemplación de estas imágenes provoca fácilmente que se dispare la imaginación, pues recuerdan a numerosas manifestaciones del arte humano en muchas de sus facetas (como ya resaltó el revolucionario blog Curent Revolution en dos ocasiones, aquí y aquí).
 

El conocimiento de la estructura de las Vaults abre muchísimas posibilidades a la hora de intentar desentrañar su posible función. Pero también arroja muchísimas dudas (vamos, como cualquier buen episodio de Lost). Estos gigantes moleculares están presentes en casi todos los tipos celulares analizados y en numerosísimas especies de animales, incluso en algunos organismos unicelulares. Se pueden observar por microscopía, y se sabe que la apertura se ve afectada por cambios en el pH.  Por el tamaño de los orificios y de la cavidad que forma la estructura, la idea más obvia es que se encarguen de transporte de material de un lado a otro de la célula, incluso se postuló en su momento que directamente interaccionasen con los poros nucleares. Sin embargo, no existen pruebas firmes de todo ésto. Una de las pistas más importantes, y que seguramente algún lector con formación microbiológica habrá pensado enseguida, es el enorme parecido entre estas estructuras y las cápsides que constituyen el envoltorio de algunos virus. Éstas también están formadas por repeticiones de un monómero proteico siguiendo
algún tipo de simetría, aunque no suele ser de tipo parecido al observado en las Vaults, sino más bien tipo icosaédrico o cúbico. Por lo tanto, no es descabellado pensar que  fuesen en su momento algún tipo de virus que haya pasado a formar parte del complemente génico de las especies donde se infectaron en determinado momento,  como ha sucedido tantas otras veces a lo largo de la evolución en un proceso conocido como transferencia horizontal. Habría entonces que deducir si se trata simplemente de una arcaica reminiscencia o, lo que es más probable, que se haya mantenido por haber llegado a adquirir una nueva función beneficiosa para los organismos que la conservasen. Personalmente creo que este origen es más que probable; un dato a favor es la presencia de la telomerasa, enzima que, oh casualidad, tiene las mismas características que la enzima encargada de duplicar el material genético presente en muchos retrovirus.

Para terminar, quisiera retomar el inicio de la entrada respecto a la imagen que tenemos del interior celular. Además de transporte por medio de vesículas, orgánulos flotando, redes de microtúbulos y complejos de proteínas ancladas unas a otras, imaginaos ahora grandes "contenedores", yendo de aquí para allá, haciendo no sabemos qué e interfiriendo con procesos tan importantes como la transducción de señales, la proliferación o el ciclo celular. Sabemos mucho de la pinta que tienen las células por dentro, pero la verdad es que todavía tenemos muchísimo más por aprender. Eso sí, nos sobra imaginación para elucubrar, más aún si disponemos de imágenes tan peculiares como la de estas cocteleras que pululan por el interior celular.


Referencias:



Otro interesante artículo-resumen en Byte Size Biology.

martes, 30 de marzo de 2010

Reporteros ¡Jindetrés, sal! (9)

Manteniendo la tradición que iniciaron El lechero y Minsix y que ha llevado ya a Jindetrés a muchas partes del mundo, me hice esta instantánea en Oporto, Portugal. Y sí llevaba el cartelito conmigo, no es un retoque fotográfico hecho 6 meses después. Bueno, espero que os haya gustado este viaje espacio-temporal que nos ofrece esta foto y os animo a visitar Oporto.



jueves, 25 de marzo de 2010

Batablanca - Capítulo 5: Protéine fatale

ANTERIORMENTE EN BATABLANCA: En busca de información acerca del misterioso sujeto conocido como "Jindetrés", el audaz investigador Batablanca se dirige a la taberna de Sac's. Allí, para su sorpresa, se reencontrará con su viejo colaborador Bam, con el cual recordará viejos tiempos. Finalmente, Bam le ofrece su ayuda para detener al susodicho enzima de restricción, que ha desatado el caos en los últimos días (Capítulo 1:"Tócala otra vez, Bam"). Tras una búsqueda infructuosa, finalmente otro malhechor llamado Bigeldós les dará una pista: Jindetrés ha estado trabajando con Saluno y Pistuno (Capítulo 2: El tercer enzima). Más adelante, mientras perseguían a Pistuno, Batablanca y Bam son pipeteados por sorpresa hacia una trampa: un eppendorf donde tiene lugar una reacción de PCR. Con la ayuda de la polimerasa Taq, consiguen sobrevivir. Una misteriosa nota emplaza a Batablanca a una cita en la noria a 4º, hacia donde decide dirigirse en solitario (Capítulo 3: Una reacción inesperada). Una vez pipeteado hasta el eppendorf suspendido en la noria, Batablanca se encuentra con que Pistuno ha sido aniquilado por el mismísimo Jindetrés, que se le presenta allí mismo. Jindetrés resulta ser un antiguo compañero que traicionó a nuestro héroe y desapareció, siendo dado por muerto y reapareciendo bajo esta nueva identidad. Le pide a Batablanca que deje de intentar atraparle y se una a él en su secreta misión, pero nuestro héroe se niega. Jindetrés, iracundo, se decide a acabar con Batablanca, pero un repentino y vigoroso temblor del eppendorf provoca la huida del malhechor. Antes de poder ponerse a salvo, Batablanca es golpeado súbitamente y se desvanece (Capitulo 4: "Ni tú ni yo somos héroes").

Desperté igual de repentinamente que me había desvanecido, incorporándome de golpe. La tranquilidad a mi alrededor me desconcertaba, pues mi último recuerdo era estar al borde de la proteólisis, en medio de una turbulencia inesperada y acosado por una proteína con malas, muy malas intenciones. Ahora, sin embargo, me hallaba en un sitio de lo más tranquilo, un sitio que no conocía y que por lo tanto me hacía estar alerta, a pesar de la aparente calma. Intentaba deducir qué me había golpeado, cuando una voz me respondió directamente.

miércoles, 10 de marzo de 2010

Reporteros ¡Jindetrés, sal! (8)

En vista de que la manifestación por la ciencia no ha sido un gran éxito, y dado que no acudí personalmente, para los interesados  recomiendo visitar la página  Por la investigación y algunos blogs como los de eulez  y copépodo donde nos cuentan sus propias impresiones. Además, los comentarios de ambos posts sirven para tener una idea de lo que se esperaba, lo que hubo, y diversas opiniones al respecto. Así que mientras reflexionamos sobre este panorama nada halagüeño para la ciencia en nuestro país, pasamos por el momento a cosas más lúdicas.

Nos llegan nuevas fotos de colaboradores convertidos en intrépidos reporteros. Esta vez, la ya habitual Consuela se ha hecho acompañar por dos valerosos secuaces que no han dudado en formar parte de esta comunidad de amigos de la ciencia y el absurdo que constituye nuestra página: desde aquí se lo agradecemos sinceramente.

Las fotos vienen de las tierras del norte de la península; en concreto, de Bilbao (la ciudad, no el tío de Frodo Bolsón).


Tres ejemplares únicos posan frente al Guggenheim: Palominus hecesiensis,
Consuela castoris y Eslabonica eslaboniensis.



Consuela castoris a punto de ser atrapada por un arácnido de dimensiones turbadoras. A la derecha, un cachorro de Homo sapiens es captado por la cámara de los reporteros, huyendo en patinete .


De regalo, un video con el que me he topado titulado "científicos vascos". No sé para quién puede resultar más ofensivo, si para la comunidad científica en general, los científicos vascos en particular, o para toda la sociedad vasca en su conjunto; lo que está claro es que los colegas del norte saben reirse de sí mismos echando mano de los topicazos, lo cual creo que es bastante sano y saludable. Además, por si esto fuera poco, sale nuestro amigo Darwiiiiiiiin!






lunes, 1 de marzo de 2010

Por la ciencia, ¡manifiéstate!

Este sábado 6 de marzo se celebra en Madrid una manifestación en defensa del futuro de la investigación en España. Realmente los motivos para manifestarse son varios, el principal de ellos protestar contra el recorte presupuestario en investigación, como llevamos comentando desde el 7 de octubre del pasado año. Hay muchas otras razones para manifestarse, como podéis leer aquí, pero todas ellas se resumen en intentar conseguir que tanto la opinión pública como los gobernantes (presentes y futuros) se den cuenta de que la inversión en I+D es algo crucial para el desarrollo de cualquier país, de que investigar no es algo que pueda hacerse "por amor al arte", es una profesión tan válida como cualquier otra y que devuelve a la sociedad tanto como ésta invierte en ella. En los últimos años se ha avanzado mucho, pero no por ello se debe dejar de insistir ya que partimos de un nivel muy bajo. Uno de los objetivos que la Federación de Jóvenes Investigadores ha perseguido durante mucho tiempo, la creación de una Ley de la ciencia que regule la trayectoria académica y profesional de los investigadores, empieza a vislumbrarse pero está lejos de ser una realidad (resulta que, después de años de exigirla, se acaba de presentar un borrador, justo ¡oh sorpresa! unas semanas antes de tener lugar la manifestación). Lo cual demuestra que las manifestaciones sirven para algo, para mucho, diría yo. Al igual que el imperfecto Estatuto del Personal Investigador en Formación (EPIF para los amigos, no confundir con el amigo de BLASF) poco a poco ha servido para regularizar la situación de muchos becarios y dar lugar a los primeros contratos de investigación predoctorales, esperemos que estos golpes de manifestación-medidas rápidas desesperadas den lugar poco a poco a una concienciación de los poderes estatales, que cada vez tienen más en cuenta al colectivo investigador. Un colectivo formado en una altísima proporción por jóvenes, muchos de ellos depositarios de una gran inversión en su formación por parte del estado y los cuales, paradójicamente, acaban invirtiendo su talento en el extranjero; por todo ello, un colectivo innegablemente ligado al futuro del país.

Así que a ver si no sólo los jefazos sino el resto de ciudadanos (muchos siguen considerándonos cuatro chiflados que gastan dinero sin lograr nada más que satisfacer su propia curiosidad científica) se conciencian de que por mucho que nos guste este trabajo, pues mira tú, también nos gusta que se nos pague, que se nos ofrezcan los mismos derechos que al resto de trabajadores, y que nos duren los contratos...
Para estar bien informados de todo lo concerniente a los motivos de la propuesta y los detalles de las movilizaciones, podéis consultar el blog Por la Investigación, que está muy al día. Respecto al día de la manifestación, no os podré dar mucha información directa porque lamentándolo mucho, por razones médicas (me van a implantar un brazo biónico con una pipeta automática incorporada) no podré asistir, y si cuelgo algún resumen será de lo que lea en otras fuentes. Eso sí, si algún lector se pasa por la mani y nos trae alguna instantánea, estaré eternamente agradecido.
Así que los que estéis en pleno uso de vuestras facultades, desempolvad vuestra camiseta naranja, alzad vuestras pancartas y gritad todos a una:
¡ INVESTIGAR ES INVERTIR EN FUTURO !

Por cierto, lo del brazo biónico era coña (más de uno se habrá puesto a googlear para ver si eso era posible... si es que no tenemos remedio).

miércoles, 24 de febrero de 2010

¿Evolución o involución?, por Fer

El amigo Fer, inspirado por las tan reiteradas como cansinas entradas con motivos evolutivos por tema, me ha enviado el texto que reproduzco a continuación en su integridad:

¿EVOLUCIÓN O INVOLUCIÓN?

Quiero lanzar varias preguntas, porque me gustaría encontrar opiniones y matices distintos a mis pensamientos, por lo que ruego encarecidamente a todo aquél que lea ésto, aporte su razonamiento personal al respecto.

Desde hace bastantes décadas, el ser humano del primer mundo, entre cuyos afortunados nos encontramos nosotros, no ha parado de descubrir y de inventar. Todos estos adelantos, nos están permitiendo vivir más años y más cómodamente, nos hacemos más sedentarios, trabajamos más intelectualmente que físicamente... Cada vez vivimos con más higiene y más limpieza. Nuestros antepasados más recientes no se duchaban todos los días con gel y champú. En cuanto a los adelantos médicos, nos estamos curando casi todas las enfermedades, la esperanza de vida aumenta casi cada año, las parejas que no pueden reproducirse de forma natural, se reproducen, los recién nacidos que antes no podían seguir viviendo, por cualquier motivo, ahora lo consiguen. ¿No es ésto acaso, una selección artificial?¿No nos estaremos volviendo más vulnerables? ¿Se nos ha olvidado que somos animales y que el proceso evolutivo no se detiene? ¿Forma parte de la evolución nuestra inteligencia, para alterarla? ¿O somos un mal virus que le ha salido a este planeta? Ninguna especie es capaz de destruir ni de reproducirse como nosotros. Somos capaces de alterar el clima y hasta la órbita terrestre.

Si con todo ésto realmente la especie se está volviendo más débil y vulnerable, en caso de una desgracia natural o pandemia (de las de verdad, no de las mediáticas), ¿serán los habitantes del tercer mundo los herederos del planeta? Al menos serán más resistentes y estarán mejor preparados. Y si todos los humanos nos extinguimos, ¿heredarán el planeta las cucarachas, como siempre ha dicho la sabiduría popular? Se me ocurren más preguntas, pero espero que a partir de aquí se pueda crear algo así como un foro de debate al respecto.

Un saludo a todos los que os habéis enganchado a las faldas del Batablanca.

Fer

Bien, voy a ser el primero en comentar esta reflexión y dejo los comentarios para los demás. Antes de empezar, decir que todo lo que diga, además de poder ser utilizado en mi contra, es fruto de reflexiones personales y no especialmente científicas, así que no me deis mucha caña luego. No soy experto en evolución, aunque me encante reflexionar acerca del pasado y el futuro de la vida sobre la Tierra.

La pregunta clave de las formuladas por Fer, en mi opinión, sería: "¿Forma parte de la evolución nuestra inteligencia, para alterarla?"; y creo que estamos lejos de poder responderla. Pienso que los seres humanos actuales estamos muy desligados de lo que se puede entender como "evolución", al menos en un sentido amplio. Desde que la inteligencia, lo que entendemos por inteligencia "humana", digamos, se convirtió en una característica de la especie que le permitió adaptarse cada vez más rápido a su entorno, la ventaja evolutiva que supuso produjo un cambio radical: la especie fue capaz con este nuevo atributo de saltarse a la torera muchas de la barreras que seguían limitando a otros seres vivos. Le permitió crear armas para enfrentarse a sus predadores, mejorar sus viviendas para luchar contra las inclemencias meteorológicas, hollar nichos previamente inviables, y un largo etcétera. Por lo tanto, el desarrollo de la inteligencia paradójicamente "estancó" al ser humano al alejarlo del proceso de la selección natural, y lo separó del resto de sus parientes animalescos. Los mecanismos evolutivos son muchos y complejos, pero me parece que básicamente toda la comunidad científica asume que la selección natural no opera sobre las poblaciones humanas desde hace miles de años, lo cual no significa que nuestro genoma no se vea sometido a los mismos mecanismos evolutivos a nivel molecular que el resto de seres vivos. Creo sin embargo que esto no nos hace más vulnerables, ya que el desarrollo de la inteligencia y con ella de la ciencia y la tecnología nos han dado una herramienta fascinante para superar las adversidades del hostil planeta que es nuestro hogar.

Lo malo es que la desigualdad patente entre poblaciones humanas (lo que Fer ha llamado "primer" y "tercer" mundo) hace que esta afirmación no sea del todo precisa, ya que en según qué lugares, ni la tecnología es accesible a todos ni las barreras naturales están tan solventadas... pero tampoco en estas poblaciones digamos que los seres humanos siguen atados al efecto de la "selección natural", ya que incluso allí las causas de vida o muerte están supeditadas a la acción de otros humanos, no mejor adaptados, sino "mejor remunerados" o "mejor armados". Por lo tanto, me temo que los pobres no tienen ni eso, y si hubiera un cataclismo a escala planetaria no creo que estuvieran especialmente mejor adaptados que los demás.

Él sí está bien adaptado

La paradoja de todo ésto, como se puede intuir, es que la inteligencia que nos ha "liberado" de los designios de la selecición natural y las adversidades del entorno no nos ha cambiado por completo. Al parecer hay algo en esta inteligencia que nos hace peligrosos para nuestros semejantes; tal vez sea el dilema de un ente enfrentado a sus condicionantes más primitivos, latentes aún en cada uno de sus genes, y los dictados de un cerebro hiperdesarrollado en el que se almacenan otro tipo de condicionantes: sociales, históricos, culturales... parece que la mente racional intente controlar unos instintos primarios anclados en la "supervivencia del más apto", "lucha por el territorio", "conquista de las hembras", conceptos que como hemos dicho ya quedaron obsoletos en su papel por hacer avanzar a la especie. He leído algo referente a esta dicotomía que la relaciona con los hemisferios cerebrales y su uso predominante según individuos, pero me parece que estas afirmaciones tienen escaso rigor científico. Ni que decir tiene, que todas estas reflexiones pueden ser peligrosas: recordemos que la obra de Darwin ha sido esgrimida como justificación de teorías fascistas, precisamente por interpretar el concepto de "supervivencia del más apto" de una manera que nada tiene que ver con las ideas de nuestro amigo de frondosas barbas.

No sé si algún día conseguiremos controlar estos instintos: tal vez esa evolución silenciosa a nivel molecular llegue a producir mutaciones que supriman el instinto del hombre para dañar a sus semejantes, para despreciar su entorno, para no pensar en el futuro de sus descendientes. Mientras tanto, tendremos que recordarnos constantemente que podemos enfrentarnos a nuestros instintos, que debemos pensar las consecuencias de nuestros actos y que lo que vale para el león y la gacela ya no vale para nosotros. Lo que está claro es que por más que nos queramos engañar, seguimos siendo, en el fondo, unos confusos animalillos que nos hemos salido del camino impuesto por la naturaleza y a veces vamos muy, muy perdidos.

Como nota final, resaltar que la cuestión de la evolución de la inteligencia humana es de los temas más controvertidos y aún sujeto a debate. Aunque conocemos cada vez más acerca de la morfología del cerebro y de los mecanismos neurológicos, el salto brutal entre nuestro desarrollo cognitivo y el de los primates más cercanos a nosotros es algo que descoloca a todos los estudiosos de la evolución y que tardará en ser discernido con total exactitud. Hasta entonces, es en este punto donde caben perfectamente intervenciones divinas de toda índole, para muchos la única explicación de este gran salto evolutivo, y de paso, la excusa perfecta para separarnos del resto de los animales. Sin embargo, y tirando de gustos personales, yo recomendaría otro tipo de elucubraciones más imaginativas: yendo al terreno de la ciencia ficción sugeriría a todo aquél con curiosidad por el futuro de la humanidad y el desarrollo de sus capacidades la lectura de la obra El fin de la infancia, de Arthur C. Clarke. Del mismo autor podemos encontrar también una explicación a la súbita aparición de la inteligencia humana más cercana a la "intervención externa" en la famosísima novela 2001: Una odisea espacial (mucho más explícita que la versión fílmica, la cual no deja de ser genial, ojo).

No he respondido muchas de las preguntas planteadas por el texto de Fer, pero bueno creo que he ampliado un poco la reflexión: sería muy valioso que algún lector con mayores conocimientos de evolución, sociología o neurobiología aportase algo. Y si esto es mucho pedir, pues al menos que alguien diga alguna tontería ingeniosa, leñe.

lunes, 22 de febrero de 2010

Entre el ATP y el MECANISMO DE ANTICITERA

Como tantos domingos por la tarde, entraba yo en una estación de tren pensando: ¿Qué puedo leer de provecho mental y/o lúdico mientras cabalgo este largo rato en alas del caballo de hierro? Después de pasear largo rato entre montones de revistas, libros y libretos de toda índole (los más, de poca índole), una vieja conocida (revista digo) me llamó la atención: “ATP, doble vida de una molécula”. Así, como si de un ejemplar de la prensa rosa de la química de la vida se tratase, rezaba la portada del ejemplar de marzo 2010 de la revista INVESTIGACIÓN Y CIENCIA. Para el profano, es esta una publicación mensual de divulgación científica bastante recomendable, porque no incurre en sensacionalismos seudo-científicos, ni esotéricos; y es también recomendable para el no profano, porque acerca puntos de vista sobre otras áreas del saber, que por científico que se seas seguro que no son la tuyas. Bueno a lo que iba, tras montar en el férreo équido, comencé a leer la revista desde el principio (siempre lo había hecho, podría decir que cinco u ocho paginas de divulgación sobre el ATP no me entretendrían mucho rato, pero la verdad es que lo que pretendía era amortizar al máximo los seis boniatos que cuesta el magazine). Después de un artículo extenso sobre astrofísica de agujeros negros y un par de geología polar-siberiana y geoquímica de las dorsales oceánicas y de uno más asequible a mi entendimiento de bioquímico sobre el surfactante pulmonar; me encontré, mientras intentaba que mi mente no se colapsase cuando intentaba entender algo a cerca del horizonte de sucesos del agujero negro, con el artículo: EL MECANISMO DE ANTICITERA. Este versa sobre un artilugio que data del siglo 2 antes de cristo, no se sabe la procedencia exacta ni las manos nos que lo fabricaron, pero por sus inscripciones y situándolas en la historia que conocemos podría proceder de Siracusa (Grecia) y haberse concebido, si no por el mismo Arquímedes, si por herederos de su legado (esto aun está por demostrar). Se encontró entre los restos de un naufragio romano en 1900, cerca de la pequeña isla de Anticitera (entre la península de Corinto y la isla de Creta). La historia de su estudio ha sido larga (no entrare en ella). Sobra con decir que un artefacto de semejante refinamiento y precisión tardo mas 1500 años en repetirse. El mecanismo era un artefacto que medía y predecía eventos astronómicos marcados por el calendario babilónico (eclipses, ciclos lunares, estaciones, trayectorias solares y planetarias… y dios sabe cuantas cosas mas) mediante un sistema de engranajes (que me rio yo de los relojes suizos)... vamos algo parecido a lo que hacen las computadoras de la NASA. Paso inadvertido en una vitrina, estaba rodeado de cerámicas increíbles y majestuosas estatuas procedentes del mismo naufragio. Hasta que un día se rompió y la peña se acojonó viendo que aquello tenía piezas y engranajes propias de un mecanismo de relojería de precisión impensable para los tiempos de los que procedía. Os invito a que tecleéis en google su nombre y satisfagáis vuestra relojera curiosidad, y si no la tenéis, haced otra cosa que aun es mejor (y no digo yo que la mecánica de los cronógrafos desmerezca) intentad no fascinaros con la idea de que hace mas de 2000 años hubo una mente y unas manos humanas capaces de crear un artilugio que solo unos pocos seres humanos en el mundo hace tan solo 60 años serian capaces de haber realizado. Esto, suscita preguntas: ¿Cuántas veces en los últimos 150.000 años se ha inventado google? ¿Llegará un día en que al Current protocols le salga un competidor con 3000 años de antigüedad? ¿Es el jamón serrano tan exclusivo como pensamos?... Fuera coñas, ¿Cómo se concibe que alguien hace mas de dos mil años se acercara tanto a nuestra manera de pensar y a nuestro desarrollo tecnológico? …. Para mi es una cuestión de humildad, tras leer este artículo y recordar por el momento otros ejemplos similares, me atrevo a mirar de manera diferente a este manojo de cables que me permite llegar hasta vosotros, y siento como si me gritase desde lo mas profundo de su CPU: NOOOO ME IDOLATRESSSS!!! porque si miras entre las cosas, a priori mas insignificantes, puede que descubras maravillas que nunca soñaste encontrar.

Riesgos labora(toria)les

Nadie está exento de riesgos laborales; incluso si eres un muñequito fabricado con la gomaespuma que se utiliza para absorber el exceso de colorante en las tinciones de Coomassie, un día te sientes feliz y contento...


... y al siguiente puedes sufrir un serio percance:






Moraleja: no conviene dotar de personalidad propia al material de laboratorio, al igual que tampoco es bueno ponerle nombre a los ratoncitos o cualquier otro animal utilizado en experimentación. Luego hay remordimientos de conciencia.

viernes, 12 de febrero de 2010

¡Feliz día de Darwin!

A falta de completar el montaje del esperadísimo homenaje que ya os anticipamos, me he visto obligado a improvisar un dibujillo en honor de nuestro naturalista favorito. Creo firmemente, más aún si tenemos en cuenta el carácter extremadamente  humilde de Darwin a la hora de evaluar su propia obra (si no llega a ser por el trabajo de Wallace y por los ánimos de sus conocidos, aún estaría "puliendo" su disertación sobre el origen de las especies sin decidirse a publicarla), el hombre estaría apabullado ante la cantidad de homenajes que su figura ha suscitado.

Así que no nos enrollaremos más: hoy hace 101 años que nació Charles Robert Darwin. Felicidades.