Queridos amigos, hoy tengo el honor de presentaros una contribución de nuestro exiliado amigo El Lechero, que muchos conoceréis como habitual comentarista y uno de los principales impulsores de la demencial idea darwínica. Humilde como todo buen científico, El Lechero nunca ha querido firmar oficialmente como autor del blog y se limita a colaborar en la sombra, así que me ha mandado un fantástico texto para que lo publique en su nombre (como también hicimos en esta otra ocasión con otros amigos exiliados en Alemania).
Sin más dilación, les presento, recién llegado de los USA, ¡El Lechero!:
A falta de definir la estructura tridimensional de las protagonistas de este artículo,
me he tomado la libertad de ilustrar el post con esta imagen metafórica.
Hace poco tuve uno de esos días en los que recuperas la ilusión por la ciencia y comencé a revisar bibliografía, imprimir artículos e incluso a leerlos, ya me entendéis...
El caso es que en medio de esta fiebre, me topé con una proteína llamada "patatín" y comencé a recordar los nombres graciosos que reciben muchas veces las proteínas. Se han descrito ya tantas proteínas y se han complicado tanto los procesos celulares conocidos que no cabe ya esto de llamar a una proteína "glucógeno sintasa". Mi mente comenzó a alejarse del artículo y a pensar más y más en esas proteínas con nombre gracioso... y me dije "Darwinnnnnnnnnnnnnn !!!!!!!!!!! Esto tengo que escribirlo en ¡Jindetrés, sal!".
Es natural, la gente está años y años investigando, haciendo rastreos infructuosos así que el día que sale uno positivo y encuentran una proteína nueva, no desaprovechan ese momento de gloria para gustarse y hacer un bautismo por todo lo alto.
Por ejemplo, ¿qué me decís del oncogén Pokemon (POK erythroid myeloid ontogenic factor)? Otros nombres han dado el salto de la gran pantalla a la prensa científica como R2D2, una proteína implicada en el procesamiento de miRNAs, Groucho (no confundir con nuestro becario del blog)... e incluso Homer Simpson.
En alguna época también han marcado tendencia los que bautizan a su proteína con nombres de animales: ahí están PUMA, Armadillo, Raptor, o Sonic Hedgehog. A mí personalmente me parece muy sugerente el nombre del factor de transcripción "FOX". Cada uno que lo traduzca como quiera para mi que quisieron decir "zorrita" y perdonad el atrevimiento. También alguna vez me he topado con la proteína SIAH (seven in absence). Evidentemente, el día que le pusieron el nombre en el laboratorio habían estado fumando unos petardos.
Otras proteínas ya han sido citadas en este foro, y nos resultan bastante familiares pero no por ello quiero dejarlas fuera de esta revisión. Por ejemplo la familia de proteínas llamada SUMO, o la E3 ubicuitin ligasa llamada Malina.
Una proteína que toda la vida se conocía como PTG (Protein targeting to glycogen) de momento alguien con ganas de marear, o de cachondeo pasó a llamarla R5. Dejando aparte las rimas fáciles, creo que algún nostálgico lo hizo como homenaje a ese coche en el que fuimos concebidos muchos de nosotros.
Continuando con nombres un tanto escatológicos están las "caspasas" , las "culinas" o "Coitus interruptus", una proteína descrita en D.melanogaster, y no es coña. La gente que trabaja en plantas tampoco se queda atrás. Por ejemplo existe AMC (Abstinence by mutual consent) proteína descrita en Arabidopsis; o las proteínas Argonautas, de las que ya se habló por aquí en su momento.
En definitiva el cachondeo y la imaginación dejan pequeñitas huellas en la ciencia. Parece que la realidad a veces supera a la ficción. A la luz de estos datos, no me extrañaría que la ruta compuesta por proteínas como el lonchasoma, adobo1 y las tomaquitilating proteins (Dr. Litos, Banchsinger et al.; ¡Jindetrés, sal!, 2010) cobrara un cariz profético y llegara algún día a hacerse realidad.
El Lechero
Qué cachondos xD si es que debe ser para volverse majareta.
ResponderEliminarSi es que aunque haya algunos compañeros que parece que hayan aprendido hablar con un literato del siglo XVI, siempre alegra ver que aún quedan científicos con sentido del humor. La ciencia está para tomársela con humor y alegría (y si no que se lo digan al fistro creador de este peazo de blog). Tengo que ir pensando algún nombre ingenioso, vaya a ser que el día menos pensado descubra algo y no sepa como ponerle (lástima que groucho ya esté cogido, maldición!)
ResponderEliminarYo creo que cuando estamos en medio de una búsqueda bibliografica..totalmente enfrascados en los papers..siempre es bueno encontrar algo de que reirse..yo por ejemplo cada vez que leo EMT (Epithelial-Mesenchymal Transition) no puedo dejar de pensar en que un microscópico autobus rojo pasa por ahi! :P
ResponderEliminarcreo q esto de la tesis me esta afectando :S
Vaya yo en general a los científicos ya os tenía como gente de culto y con una cierta...como decirlo sin que os ofendais....imaginación desordenada a la par que indefinida. Pero tambien tengo que decir que al mundo culinario habeis aportado grandes avances y cosas curiosas.
ResponderEliminarCon todo esto solo quiero decir, que como amante de la gastronomía y la cultura oriental, me quedo con las proteínas SUMO, PATATÍN Y ADOBO1, que los nombres son nuestros eh? Jeje.
La verdad, me ha encantado el post.
Tantos anyos de respirar vapores del laboratorio, que algo de tóxico y nocivo han de tener... dan como resultado, entre otras cosas rocambolescas, a estos apelativos tan singulares como graciosos o salidos de tono.
ResponderEliminarMagnífica recopilación y comentario Lechero, me ha traido recuerdos pasados de nuestras charlas laboratoriles, Se las hecha de menos.
Haznos el favor de prodigarte mas por estos lares con tu genial impronta.
un aporte más: TANGO for Transport ANd Golgi Oragnization y chan chan :P
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